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EL FRIO ESTUVO CASI AUSENTE. EL CALOR ASALTARA EN OCTUBRE

Nada más fácil que pasar el invierno

El calentamiento de la Tierra, El Niño y La Niña contribuyen a desdibujar los límites de las estaciones. La primavera será más fría y breve que de costumbre, sostienen los meteorólogos.

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El invierno de fin de siglo permite broncearse al sol, como ocurrió este fin de semana

Por Carolina Bilder

t.gif (67 bytes)  Abrigo en verano, musculosa en invierno. La gente deja de vestirse al ritmo que impone el calendario. Como en una revuelta ensalada de estaciones, el invierno llega más tarde, no hace frío y es probable que se estire más de lo establecido, mientras que el verano promete calentar los termómetros antes de tiempo y la primavera será más corta que de costumbre. Se trata del "corrimiento de las estaciones", según coinciden los climatólogos. A pocos días de que el almanaque dé una vuelta de página y marque el cambio de estación, cuatro especialistas consultados por Página/12 dan letra a un tema corriente de conversación entre los argentinos: "Este invierno no hizo nada de frío".

"Se prevé que llegue alguna ola de aire frío polar a comienzos de septiembre y eso es lo que puede hacer bajar ligeramente el promedio de la temperatura que tuvimos durante este invierno benigno". Hugo Hordij, del Centro de Análisis Climático del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), anticipa un final frío de estación que revertiría la tendencia cálida actual. "En agosto, la media es de 13,1 grados --explica--. Por ahora las máximas están en cuatro o cinco grados por arriba de la media, lo que significa un promedio de entre 17 y 18 grados".

El día más frío del año sorprendió en el otoño. El 12 de junio el termómetro marcó 2,4 grados de temperatura y el cero grado de sensación térmica hizo que los porteños sacaran apresuradamente los guantes y las bufandas. Pero el frío apuró sólo esa vez. En lo que va del invierno, la temperatura más baja en Buenos Aires fue de 3,7 grados, el 12 de agosto.

"Tenemos un invierno relativamente cálido con temperaturas medias por encima de los valores normales en casi todo el país", confirma Marta Castro, a cargo del Laboratorio de Previsión Climática del SMN. La especialista explica que los máximos desvíos ocurrieron en el noroeste argentino. En la localidad de Chilecito, en La Rioja, la temperatura subió 2,9 grados con respecto de la media normal del invierno.

En una tendencia que se mantiene desde 1996, cuando el termómetro marcó para agosto el record histórico de 33 grados, las estaciones albergan varios climas a la vez. Primero fue El Niño, que inundó el Litoral. Ahora, La Niña promete tiempo seco y pocas lluvias.

El corrimiento de las estaciones confunde y los climátologos ensayan explicaciones acerca de los nuevos fenómenos. Como el del clima cálido en la versión '98 de este invierno, cuyas temperaturas hasta julio fueron las más altas desde que existen mediciones. "El Niño representó un calentamiento medio en la temperatura de la superficie del mar en los océanos próximos. Eso hizo que, por un lado, se desarrollaran algunos sistemas meteorológicos que impedían que el aire polar llegara hasta esta zona y, si eso ocurría, la misma temperatura del océano, al ser superior, le agregaba temperaturas cálidas", explica Hordij. Y, si la tendencia se confirma, los inviernos calurosos seguirán repitiéndose cada vez más seguido.

El calentamiento global de la tierra y la acción de El Niño provocan otras consecuencias. Con La Niña, es probable que el promedio de temperaturas del '98 baje, porque esa corriente está asociada con un enfriamento del Océano Pacífico. "Va a haber una prolongación del invierno y probablemente la primavera sea más fresca que lo normal, y también más breve porque el calentamiento fuerte del sol podría comenzar en octubre", avizora Hordij. El invierno termina más tarde; el verano puede empezar antes y la primavera, más breve, traerá lluvias de dos o tres días seguidos durante septiembre, según anuncian los especialistas.

El clásico "veranito de San Juan" se convirtió en otra rareza. Para Hordij, su ausencia se debe a que "el invierno fue permanentemente benigno". Demorada y más débil que en los últimos años, la tormenta de Santa Rosa aterrizó sin estruendos ni grandes chaparrones en la Capital, aunque impactó en la zona del Litoral con granizo y lluvias intensas.

"La Niña ya está declarada, pero todavía no la podemos garantizar porque si bien la anomalía fría ya desembarcó en el medio del océano Pacífico, todavía quedan restos cálidos en la costa sudamericana". Atento observador de las variaciones climáticas, Vicente Barros comenta las conclusiones obtenidas en el Tercer Foro Regional de Perspectiva Climática para el Sudeste de Sudamérica, desarrollado en Buenos Aires entre el 26 y 28 de agosto.

Acerca del impacto que provocará La Niña en la región hasta fin de abril próximo, Barros explica que "la mayor cantidad de agua caerá durante la primavera y puede llover dos o tres días seguidos. Octubre, noviembre y diciembre serán meses de clima seco y las precipitaciones estarán bastante por debajo de lo normal".

Los expertos coinciden en que durante la primavera no habrá olas de calor prematuras, tal como ocurrió en los dos últimos años. "Será relativamente fresca pero no demasiado fría", dice Barros, sin dar mayores precisiones. "El fuego solar irradiará fuerte sobre todo a partir de diciembre --adelanta--, y el calor se sentirá un poco más de lo normal".

Conclusiones: aún no es hora de archivar los abrigos, aunque lo que más habrá que tener a mano será la ropa liviana.

 


Una catástrofe anunciada


t.gif (862 bytes) "Se inundarán la costa del Río de la Plata, las cuencas del río Paraná y Uruguay y el Delta. El agua salada puede llegar hasta los filtros de Palermo y la ciudad de Viedma, sumergida bajo el agua." Juan Burgos, director del Centro de Investigaciones Biometeorológicas del Conicet y Premio Mundial de Meteorología en 1981, extrae estas conclusiones de la investigación que realizó en la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria y señala una fecha para el desastre que predice: del 2020 al 2050. Según el especialista, alcanzaría con que el nivel del mar siga creciendo, en una tendencia que hasta el momento se vislumbra irreversible.

Los datos se conocerán el mes próximo, cuando Hidrografía Naval publique los resultados del trabajo realizado por Burgos en la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Si sus pronósticos se cumplen, en los primeros veinte años del siglo que viene las costas bonaerenses se perderán y el agua salinizada por el avance del mar se meterá en las napas, probablemente hasta los filtros de Palermo.

Las inundaciones causadas por la corriente de El Niño podrían ser la crónica de una catástrofe anunciada. "El nivel del mar va a seguir aumentando y se producirán inundaciones. Cuando el agua suba 50 centímetros vamos a perder la mitad del Delta y la costa del Río de la Plata se cubrirá por el agua que avanzará probablemente hasta los filtros de Palermo en la marea de alta", sentencia Burgos.

La ciudad de Viedma, que Raúl Alfonsín pensó como capital del país, "va a quedar tapada por agua salada". Según entiende el especialista, el mar que avanza por el deshielo de los bloques de la Antártida, que se están fundiendo, no detendrá su marcha.



Invierno en Buenos Aires


* Temperatura más baja en lo que va del año: 2,4 grados el 12 de junio.

* Temperatura más baja en este invierno: 3,7 grados, el 12 de agosto.

* Temperaturas históricas más altas en invierno: 28,5 grados, el 14 de junio de 1951; 30,2 el 29 de julio de 1979 y 33,7 el 24 de agosto de 1996.

* El invierno más frío: el de 1916, con una temperatura media de 7,7 grados.

* El invierno más caluroso: el de 1997, con una temperatura media de 13,1 grados.

Fuente: Servicio Meteorológico Nacional.


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