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Después de una cumbre sin ningún paroxismo en la que los presidentes Bill Clinton y Boris Yeltsin, abrumados por problemas internos, coincidieron en Moscú, hoy la Duma (Cámara baja del Parlamento) debe decidir por segunda vez si acepta a Victor Chernomyrdin para primer ministro. Pero la mayoría comunista ya anunció que votará masivamente en contra del candidato del presidente, agravando así la crisis política que acompaña al caos financiero y bursátil. Der Spiegel Mientras la moneda y las finanzas del Estado están al borde de un colapso definitivo, los ciudadanos empobrecidos están al borde de recurrir a la protesta de masas, y los comunistas esperan volver al poder y poner fin a las reformas de mercado. Boris Yeltsin perdió el control. Una tragedia cotidiana en Rusia es que millones trabajan sin que les paguen por ello. Las encuestas dicen que un 12 por ciento de los rusos están bien dispuestos a la huelga, y que un 11 por ciento incluso quieren la lucha armada. ¿Se separa Rusia de Occidente, de la democracia, de la economía de mercado? Chernomyrdin es un hombre del viejo aparato comunista, y por lo tanto les teme a las revoluciones. Washington Post Con los principales mercados del país cerrados, con las instituciones democráticas librando una guerra a muerte unas contra otras y con el gobierno paralizado en una crisis de liderazgo, el mensaje optimista que trajo el presidente Bill Clinton resultó superado por los acontecimientos. El rublo estable que fue la marca de la política económica de Yeltsin durante los últimos tres años ya pertenece a la historia. La situación preocupa a las mismas personas que antes, precisamente, hubieran saludado con énfasis el programa de Clinton de "respetar las reglas", pagar los impuestos, dar protección del gobierno a los inversores, reforzar el imperio de la ley, y evitar imprimir dinero para resolver los problemas. Clinton siempre tiene mal timing.(David Hoffman.) Los Angeles Times Las conversaciones de Bill Clinton y Boris Yeltsin en la cumbre de la semana pasada reposaron sobre el discutible supuesto de que Rusia había estado efectivamente en el camino de la reforma económica. Durante los últimos ocho años, los asesores extranjeros debieron fingir que en Rusia existía una sociedad civil capaz de asumir la dirección de una economía libre. Pero Rusia sigue necesitando con desesperación auténticas reformas económicas. Necesita bancos que no sirvan sólo para lavar dinero, fábricas que paguen sus sueldos a obreros que producen bienes, trabajadores agrarios a los que se paga por sus cosechas. Lo que no necesita es seguir "privatizando" a su economía en manos de oligarcas. La historia de nunca acabar El presidente norteamericano Bill Clinton viajó a Rusia por la crisis económica, después pasó por Irlanda por los problemas de los acuerdos de paz en el Ulster, pero la prensa sólo se preocupó por Monica Lewinsky. Varios senadores demócratas criticaron su actitud y el mandatario tuvo que repetir sus palabras. "Lo siento, estoy muy arrepentido", dijo en Dublín. Time Cuando faltan sólo nueve semanas para las elecciones parlamentarias, los demócratas temen que los problemas de Clinton no sólo pueden haber disminuido sus oportunidades para ganar nuevamente los comicios presidenciales sino también puede costarles más de 30 escaños. Algunos hasta están hablando de una catástrofe que parecía impensable sólo un mes atrás: perdiendo los cinco escaños en el Senado que los republicanos necesitan para evitar que la minoría demócrata bloquee la legislación republicana por obstructora. Esto dejaría a los demócratas virtualmente sin un nivel mínimo en el Congreso. Y cada una de las sillas demócratas podrían ser fundamentales para la supervivencia de Clinton. International Herald Tribune Como
lo resume su programa de actividades de la Casa Blanca, el presidente tiene un problema
más serio que la condena del jefe de la bancada republicana en el Senado, Trent Lott, y
la defección del jefe demócrata en ese cuerpo Dick Gephardt. Clinton es un político
frente al cual sus más leales partidarios ahora enmudecieron. Es el líder de un partido
cuyos candidatos a representantes más importantes a veces rehúsan defenderlo en público
y después lo golpean en conversaciones off the record. El problema principal del
presidente no es imponerse sobre sus enemigos, sino ganar de nuevo a sus amigos. The Economist Si Clinton perdió su magia con los sabios, todavía retiene mucha de su popularidad entre la opinión pública (...) Quizás, si Wall Street sólo se desliza en lugar de resbalarse, si la política exterior va en el sentido del presidente o si el informe de Starr no es demasiado dañino, el presidente todavía podrá patinar, intacto, alrededor del iceberg. Pero éstos son todavía demasiados "si", y el mayor todavía no llegó. Los norteamericanos quieren honrar no sólo a su presidente sino también a las ornamentas completas de su investidura (...) De cualquier manera, ¿por qué alguien podría querer que este presidente cumpla su mandato? Tormenta en Uruguay El senador Danilo Astori y el diputado Leonardo Nicolini, ambos del Frente Amplio (FA), se presentaron como precandidatos a presidente para las elecciones de 1999, rompiendo de esta manera un acuerdo tácito pero firme para que el candidato de la coalición de izquierdas Encuentro Progresista --del que participa FA-- fuera el ex intendente de Montevideo Tabaré Vázquez. Brechas La agudización de las tensiones internas en período preelectoral parece haberse convertido en norma para el Frente Amplio. Poco antes de las elecciones de 1989 estalló una larga controversia con el partido por el gobierno del pueblo que se saldó con el alejamiento de éste y del Partido Demócrata Cristiano, en medio de un debate sobre la conveniencia de impulsar una doble candidatura. En 1993 las fricciones entre "moderados" y "radicales" estuvieron a punto de provocar una nueva división, salvada in extremis mediante la creación de un Organo de Conducción Provisorio que redujo el número de fuerzas representadas en la dirección. En esta ocasión las cosas parecen bien distintas, ya que no se avizoran rupturas. El País Era muy frecuente que cuando se señalaban las hondas contradicciones del Frente Amplio, sus desinteligencias esenciales, como que en esa tienda se cobijaban quienes creían en la democracia, y quienes mantenían viva la nostalgia de sus viejos amores totalitarios, se adelantara algún vocero de ese partido para advertir que eran meras intrigas de "la derecha", para falsear el cuadro bucólico, de paz y sosiego, que ofrecía esa colectividad. Fueron muchos los episodios que registraban esos desencuentros, lo que no fue óbice para que se siguiera usando esa muletilla. La proclamación de la candidatura del senador Astori (...) desató por fin la tormenta. El Observador El conflicto, al margen de las causas y eventual definición, representa una presión democratizante dentro de una fuerza política que arrastra todavía los hábitos de rigidez disciplinaria impropios de una fuerza política democrática. Esa presión es buena para el sistema político y es buena para el Frente Amplio. La actitud de Astori tiende a descorrer el velo al plantear su propia concepción de izquierda en oposición a Vázquez. Sus planteos tendrán que ser contestados con fundamento no sólo para definir la interna frenteamplista, sino también para fortalecer el anunciado proyecto de la coalición de atraer esos votos extrapartidarios imprescindibles a efectos de intentar ganar la elección nacional de 1999.
La crisis asiática International Herald Tribune
El aspecto que más preocupa en el Asia de hoy no es la crisis económica sino las acciones irracionales que la crisis está engendrando. En Malasia ahora quieren imponer controles al intercambio comercial (en una economía abierta desde hace mucho tiempo), y Hong Kong (un supuesto bastión del libre mercado) empezó a arrojar grandes sumas de dinero a la Bolsa y a predicar en contra de una "especulación" en la que antes creía ser maestra indiscutida. Esto ocurre precisamente cuando Tailandia y Corea del Sur empezaban a ver la luz al final del túnel, cuando las monedas se habían estabilizado y habían declinado las tasas de interés. Incluso Indonesia empezaba a enfrentar más sobriamente la realidad. Ahora Malasia y Hong Kong arrojaron una sombra sobre el sudeste asiático.
Comerciar con los talibanes The Economist Si los talibanes
que gobiernan el 80 por ciento de Afganistán se deciden a asegurar las rutas que a
través del país dan acceso a las riquezas minerales y de hidrocarburos de Asia Central,
esto fomentaría la buena voluntad de los extranjeros para hacer negocios con el nuevo
régimen de Kabul. Y esto podría incluir a los norteamericanos, aunque los recientes
bombardeos en busca de Bin Laden seguramente disuadan por ahora a algunos empresarios.
Funcionarios norteamericanos repitieron que los talibanes deben respetar las normas
internacionales de derechos humanos, drogas y terrorismo. Hay que ver si a las empresas
les importan tanto estas cuestiones cuando empiecen los buenos negocios. |