Cinco agujeros más al cinturón
|
Por Maximiliano Montenegro Por la crisis, el gobierno hará un fuerte ajuste en el gasto público sobre las metas previstas originalmente para 1999. En comparación con los números que se manejaban antes de que crujieran los mercados financieros, el apretón fiscal llegará a unos 5000 millones de dólares. Ese será el costo de la crisis sobre las cuentas públicas en el año electoral. Y se sentirá a pleno. El recorte de gastos afecta a los sectores más pobres, que también serán los más golpeados por la recesión. También habrá ajuste en las provincias. El presidente Menem recurrió a la Biblia para explicar los gestos de austeridad que exigen el FMI y los inversores. "Los ministros tendrán que hacer como Nuestro Señor Jesucristo: multiplicar los panes y los peces y transformar el agua en vino para que podamos crecer", afirmó ayer, al explicar la malaria presupuestaria. Hace dos meses, cuando los ministerios giraron a Economía las solicitudes presupuestarias para el '99, la suma de gastos ascendía a unos 4500 millones de pesos por encima de este año. Muchos interpretaron la cifra como un reclamo desmedido de los ministros, dispuestos a darse el gusto de aumentar el gasto electoral en el último año del gobierno menemista. Sin embargo, los responsables de área en cada uno de los ministerios no hicieron más que llenar las planillas presupuestarias bajo los supuestos de incremento del gasto público, necesarios para mantener un nivel mínimo de servicios dado el crecimiento económico y poblacional, del propio Palacio de Hacienda. Menem dijo ayer que se mantendrá en el '99 el mismo nivel de gasto de este año. "Los señores ministros y secretarios de Estado tendrán que conformarse con lo que les toca, no hay posibilidades de despilfarro ni de tirar manteca al techo en este momento", aseguró. En la práctica, el Presidente confirmó un nuevo ajuste sobre las cuentas públicas, en línea con lo reclamado por el FMI. Ayer por la mañana el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, acompañado por sus secretarios, Solé y Carola Pessino, recibió en su despacho a Roque Fernández y al secretario de Hacienda, Pablo Guidotti. Allí, Roque contó que el viernes por la mañana, en Washington, la jefa de la misión del Fondo para Argentina, Teresa Ter Minassian, le había reclamado el compromiso de un nuevo ajuste fiscal para el '99, a cambio de renovar el aval del organismo a Argentina. En tanto, Guidotti, quien anoche viajo a Washington para mantener otras reuniones en el FMI, fue el encargado de explicar los motivos y el monto del ajuste: - Se mantendrá el recorte de 1000 millones de pesos en el gasto público sobre el presupuesto de este año. - Otros 1000 millones a 1200 millones deberán ajustarse entre las partidas de los diversos ministerios como consecuencia del aumento de las tasas sobre el pago de intereses de la deuda. - La recaudación será unos 1500 millones menos de lo previsto. - A instancias del FMI, el déficit fiscal deberá reducirse en casi 1000 millones de pesos: la meta de 3500 millones de este año se acota a 2655 millones para el próximo. - Todos los números del Presupuesto '99 están hechos sobre la base de un crecimiento de la economía del 4,8 por ciento. "Hicimos varios escenarios y nos dio como un número razonable", comentó Roque. Pero lo cierto es que la mayoría de las consultoras privadas estiman que, en el mejor de los escenarios, el aumento del PBI para el año próximo rondará el 2 por ciento. De ser así, el ajuste fiscal debería ser todavía mayor. Luego, los ministros se reunieron con Menem. El Presidente no sólo avaló el ajuste propuesto por Roque. También se comprometió con otras demandas de Economía. Por un lado, redoblará la presión sobre los diputados oficialistas para que aprueben el proyecto de reforma tributaria. Por otro lado, anunció --a través de Rodríguez-- que vetará la garantía de un piso de financiamiento a las provincias incorporada en el proyecto del Fondo Educativo. Como los gobernadores sólo aprueban el Fondo sujeto a esa condición, Roque espera de ese modo congelar la iniciativa de Susana Decibe (ver página 12). Pero el ajuste no sólo será a nivel nacional sino que también comprometerá a varias provincias. "Muchas ya están pensando en el ajuste por la crisis de financiamiento y la menor recaudación", reconoció a Página/12 el secretario de Política Económica y Regional, Rogelio Frigerio. Según las cuentas que manejan en Economía, el déficit fiscal consolidado de las provincias alcanzará este año a los 1800 millones de pesos, frente a los 500 millones que se habían consensuado a principios de año con el FMI. Un nivel razonable, según los expresaron funcionarios del Fondo, sería reducir el año próximo el déficit por lo menos a la mitad. Para Frigerio, el ajuste será impuesto no por una decisión del FMI ni del gobierno central, sino por el propio mercado. El motivo es que varias provincias tienen problemas crecientes en la refinanciación de su deuda con los bancos privados. Si no consiguen fondos frescos, como una parte de sus ingresos corrientes les son retenidos automáticamente para pagar los vencimientos, no tendrán otra salida que retrasar el pago de los salarios públicos y/o pasarle la tijera al gasto en obras. "No somos prestamistas de última instancia con las provincias", sostuvo Frigerio a este diario, con lo cual confirmó que no habrá salvataje de la Nación para quienes quieran esquivar el ajuste. Frigerio se negó a dar una lista de las provincias más comprometidas financieramente. Pero es sabido que, en un lugar privilegiado de esa lista se encuentran Jujuy, Tucumán y Río Negro, seguidas por Neuquén y Catamarca. El ministro de Economía de Buenos Aires, que explica la mitad del déficit total de las provincias, anunció que hará recortes en el gasto por 150 millones de pesos, consistente en la eliminación de horas extras y pagos de viáticos a los empleados públicos. Por supuesto, el salvavidas para La Rioja no pasa por el Ministerio de Economía sino por los aportes del Tesoro Nacional que distribuye el Ministerio del Interior.
SuperCavallo va a Londres, calma a los banqueros y sigue para Ucrania
Por Raúl Dellatorre y Claudio Zlotnik Un día de descanso para los atribulados inversores de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde ayer el índice de acciones líderes trepó un 5,9 por ciento. Pero no para Domingo Cavallo, quien tras dejarle a Rusia la receta de la convertibilidad para salir del caos, permaneció menos de 36 horas en Buenos Aires y partió hacia Londres. Allí, expondrá mañana frente a los 40 presidente de bancos de mayor peso en el mundo sobre la situación en el país de Boris Yeltsin. Su próxima escala es Ucrania, donde lo esperan con el paciente (la economía local) en el quirófano y dispuestos a meter bisturí donde el mediterráneo les indique. En su breve estadía en el país, Cavallo aseguró que "voy a seguir tratando de ayudar al gobierno ruso, una vez que esté confirmado por la Duma (Parlamento)". "Los rusos entienden bien que la convertibilidad es la solución, incluso el primer ministro, Chernomyrdin, anunció que va a un régimen de convertibilidad", apuntó el ex ministro. Pero planteó que el gobierno "se equivoca en seguir emitiendo rublos para pagar sueldos y gastos del Estado: yo les advertí que esto los iba a llevar, como los estaba llevando, al descontrol hiperinflacionario". Cavallo dijo que esperaba que "mucho más rápido de lo que anunciaron (para el 1º de enero de 1999) apliquen la única solución para esta situación, que es un régimen monetario como el nuestro". La banca privada internacional escucha hablar de Rusia y tiembla, tanto por los créditos que colocó en ese país --hoy de dudosa cobrabilidad-- y por las repercusiones que la crisis genera en el sistema financiero global. En paralelo al encuentro del Grupo de los Siete --gobiernos de los países más desarrollados-- en Londres, el Institute for International Finance, que reúne a los 40 principales bancos del mundo, realiza un foro paralelo para debatir sobre la situación. Allí, por iniciativa de Bill Rhodes --presidente del Citibank--, fue convocado a exponer Cavallo, para relatar su visión sobre la economía rusa. El economista argentino hablará mañana, precediendo a Stanley Fisher, vicepresidente del FMI. Cavallo buscará, además, diferenciar a la Argentina --y también a Brasil-- de Rusia, a la que los banqueros tienden a verla cada vez más "pegada" en estos días. A la que le cuesta cada vez más diferenciarse es a la Bolsa local, que ayer recibió una bocanada de aire fresco gracias a la recuperación de los mercados accionarios de Asia y ante los feriados de Wall Street y San Pablo. Los papeles empresarios treparon ayer en promedio el 5,9 por ciento, el máximo de la región. Pero en la city no se ilusionan. Todavía está fresco en la memoria de los operadores lo sucedido hace una semana, cuando el índice de acciones líderes MerVal subió casi un 9 por ciento para luego dar paso a sucesivas ruedas negativas. Además, sospechan que hoy, con el mercado brasileño funcionando, puedan volver las malas noticias. Una idea de que la rueda de ayer no puede tomarse en cuenta para evaluar el curso de la crisis lo da el pobre volumen negociado: apenas 9,8 millones de pesos, la cuarta parte de lo que se operó en promedio la última semana. "Fue un día muy especial. Sin Nueva York ni San Pablo abiertos, los grandes inversores prefirieron mantenerse al margen. Recién mañana (por hoy) se abrirá un nuevo capítulo de la crisis", comentó ante Página/12 Maximiliano Ruprecht, analista del banco de inversión Caspian Securities. Las palabras pronunciadas por el presidente de la Reserva Federal (banca central norteamericana), Alan Greenspan, durante el fin de semana, dejando entrever la posibilidad de una baja en las tasas de interés, despertaron la euforia de los mercados asiáticos. Es que, de esa manera, la FED propiciaría que la economía estadounidense continúe siendo el motor de la economía mundial, evitando un crac global. El discurso de Greenspan, el hombre más escuchado por los mercados financieros, provocó la inmediata revaluación del yen frente al dólar. La moneda japonesa se cotizó ayer a 132 unidades por dólar, llevando tranquilidad a los recintos asiáticos. En este contexto, ni siquiera la derrota política que ayer tuvo Boris Yeltsin ante la Duma, en donde no logró encaramar como primer ministro a su postulante, Viktor Chernomyrdin, aplacó el ánimo triunfalista en el salón de 25 de Mayo y Sarmiento. Además del impulso en las acciones, los títulos públicos subieron entre el 1 y el 3,7 por ciento. Los inversores especulaban ayer con el lanzamiento de medidas en Brasil capaces de contener la fuga de divisas. Pero el presidente Fernando Henrique Cardoso descartó absolutamente la posibilidad de un paquete fiscal. De la salud que presente hoy el mercado de San Pablo dependerá en gran medida el comportamiento de los papeles empresarios y los bonos argentinos. DESPLAZADO POR DAR QUORUM A LA REFORMA LABORAL Sebastiani le dice adiós a la UIA
Las máximos referentes de las dos corrientes internas de la UIA, el Movimiento Industrial Argentino --del que participa Alvarez Gaiani y el Grupo Techint-- y el Movimiento Industrial Nacional --en el que reviste Sebastiani-- mantuvieron febriles contactos durante el fin de semana. Además de definir la salida del actual presidente, acordaron la nueva estrategia de la central fabril en su relación con el Gobierno. Aunque seguirán batallando por medidas que morigeren el impacto de la crisis internacional sobre la industria, bajarán el tono de las críticas a la conducción económica. Además, darán un expreso apoyo a la convertibilidad, luego de que Sebastiani dijera hace tres semanas que "si no se hace nada, en poco tiempo habrá que hablar de devaluación". "Hay que barajar y dar de nuevo", dijo a este diario uno de los miembros del Comité Ejecutivo --cuerpo de dirección-- de la Unión Industrial. Después del fracaso en su pelea contra la reforma laboral, la entidad no quiere repetir la experiencia con el proyecto impositivo. La nueva conducción le propondrá a Roque Fernández que, a cambio del aval de la central fabril a la iniciativa, se introduzcan cambios en la reglamentación de la ley, a fin de hacerla "más tolerable" para la industria. "A Economía le conviene que el proyecto salga con el consenso de los empresarios", consideró el dirigente. Por otra parte, en la UIA ya empezaron a analizar quién sucederá a Alvarez Gaiani desde abril. El dirigente encabezaría la lista por el MIA, para acceder a un mandato propio de dos años, mientras que el MIN postularía al papelero Héctor Massuh. Aunque circularon versiones sobre un ofrecimiento del cargo al presidente de Fiat Argentina, el italiano Vincenzo Barello, ayer fueron descartadas de plano por dirigentes de las distintas corriente de la UIA. "Tiene que ser un argentino", afirmaron.
|