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DE SIBERIA AL BALTICO, LAS REGIONES ADOPTAN PLANES PROPIOS Y DESCONOCEN LA AUTORIDAD DEL KREMLIN
Rusia empezó ayer a desintegrarse en feudos

Las distintas regiones y repúblicas de Rusia empezaron a adoptar ayer planes de emergencia y a negarse a contribuir al gobierno central, mientras crecían la incertidumbre política y el caos social.

Un policía y dos jóvenes contemplan una heladera vacía en un comercio de Moscú.
\En algunos lugares hay desabastecimiento; en otros, el precio de la comida subió un 150%.

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Por James Meek desde Moscú

t.gif (67 bytes) Jefes regionales desde Siberia hasta el Mar Báltico avanzaron ayer cautelosamente con vistas a cubrir el vacío de poder creado por las peleas políticas, mientras la crisis económica empezaba a incidir fuertemente en la vida cotidiana de los rusos comunes. Con el presidente Boris Yeltsin demorándose sobre su tercer y último intento de lograr que un candidato a primer ministro sea aprobado por el Parlamento, y dos de los candidatos más probables rehuyendo el cáliz envenenado que representa dirigir un gabinete de crisis, ansiosos gobernadores de provincia empezaron a tomar la ley en sus propias manos.

En el aislado enclave ruso de Kaliningrado, sobre la costa báltica entre Polonia y Lituania, el gobernador Leonid Gorbenko declaró lo que denominó un "estado de emergencia", aunque técnicamente sólo el presidente tiene derecho a hacer algo así. Un pronunciamiento desde la oficina del gobernador llamó al pueblo de Kaliningrado, que está a unos 450 kilómetros de Rusia propiamente dicha, a mantener el orden y no acumular alimentos. El estado de emergencia tiene el objetivo de crear una reserva regional de alimentos y combustibles, controlar los precios y asegurar suministros esenciales a escuelas y hospitales.

A lo largo y a lo ancho del país se tomaron medidas similares. En Krasnoyarsk en Siberia, el gobernador Alexander Lebed congeló los precios del gas, del petróleo, de la electricidad y de los transportes locales, y dijo que los precios de los bienes producidos en la región y de los alimentos esenciales serían controlados por decreto. "Al regular los precios, ciertamente me estoy poniendo al borde de violar la ley --dijo ayer el general convertido en político--. Pero... estoy decidido a evitar la hambruna en la región. Los empresarios deben entender que estoy protegiendo sus intereses para evitar una situación en que multitudes de personas hambrientas y furiosas se lancen a las calles."

También se impusieron controles de precios locales en Perm, Novgorod, Smolensk, Omsk y Chuvashia. A medida que los precios en alza de la comida y de otros bienes esenciales fuerzan a cada una de las 88 regiones del país a instalar sus propios minirregímenes económicos, el comercio interregional parece en vías de colapsar. En Moscú, el querosén, una de las pocas mercancías que había mantenido su antiguo precio, subió ayer. El popular diario Moskovbsky Komsomolets lanzó un concurso en primera plana de "recetas de crisis". La primera, que salió ayer, es para hacer "costillas de crisis": macaroni hervidos y picados, fritos como hamburguesas y condimentados con un cubo de caldo desmenuzado.

El rublo siguió deslizándose cuesta abajo ayer, a tal punto que ha perdido dos tercios de su valor en tres semanas. En comparación, la moneda de Indonesia demoró un año en caer un 84 por ciento. El analista Dmitri Kuznets opina que, cualquiera sea el gobierno que se forme, afrontará una situación similar a la de 1992, en los umbrales de la era postsoviética: "Por ahora, no hay refuerzos, ni estabilización, ni reformas. Estamos de vuelta en el primer casillero", sostuvo.

Ayer Yeltsin estuvo reunido con Viktor Chernomyrdin, su candidato para primer ministro, a quien el Parlamento había rechazado por segunda vez el lunes. Pero el hecho de que el presidente no volviera a nominarlo inmediatamente para el cargo sugirió que estaba considerando a otros candidatos --como el Parlamento esperaba--. Los dos que surgieron como los principales, el canciller en funciones Yevgeny Primakov y el alcalde de Moscú Yuri Luzhkov, no parecían muy entusiasmados por la idea de encabezar un gobierno de crisis. El liberal Grugory Yavlinsky, el miembro de la Duma que había propuesto a Primakov, parece no haber consultado previamente al ex jefe de la inteligencia soviética. "Estoy agradecido a aquellos que sugirieron mi candidatura --dijo el hombre de 68 años, odiado por la derecha norteamericana gracias a sus intentos de negociar la paz con Saddam Hussein--. Sin embargo, debo declarar inequívocamente: no puedo acordar con esto." Luzkhov estuvo menos categórico. Se limitó a decir que no habían existido discusiones sobre su posible designación. "Yo ya soy el jefe del gobierno de Moscú. ¿Eso es tan poco?"

Sin embargo, hay señales de que el Parlamento esta vez está hablando en serio, y que se dispone a rechazar a Chernomyrdin otra vez si el presidente lo postula nuevamente. En esa circunstancia, Yeltsin quedaría obligado a disolver la Duma y convocar a nuevas elecciones, lo que llevará a una incertidumbre política aún mayor, a gastos considerables y, por último, a una Legislatura aún más hostil que la actual.

 


 

CRONICAS DEL CAOS EN MOSCU Y OTRAS CIUDADES
Hambre, suicidios y pánico

Por Luis Matías López  desde Moscú

t.gif (862 bytes) Hace un mes, un rublo se tuteaba con el franco francés y costaba 16 centavos de dólar. Hoy, sólo vale 4 centavos. Pensiones de 400 rublos, y de menos, son muy comunes en Rusia. Antes de la crisis, con esa cantidad, equivalente a 10.000 pesetas (unos 68 dólares) se podía malvivir. Ahora, reducida a poco más de 3000 (unos 20 dólares) sólo es un pasaporte para malmorir. Los diarios empiezan a publicar historias procedentes de regiones remotas y no tan remotas de Rusia que cuentan cómo gente desesperada se ahorca o se pega un tiro porque se ve incapaz de vencer en la batalla por la supervivencia.

El último caso ha sido el de una mujer de Volgogrado (antigua Stalingrado), que se tiró por la ventana tras matar a su hija. Dejó una nota en la que decía que no tenía para darle de comer. La policía lo comprobó: en el miserable apartamento no había ni una miga de pan. En Moscú, el sanguíneo y popular alcalde Yuri Luzhkov amenaza a los especuladores y promete despedir a una legión de funcionarios si los pensionistas reciben su dinero con un solo día de retraso. En Ivánovo, a unos 400 kilómetros de Moscú, donde se creó en 1905 el primer "soviet" de obreros, la gente ya se ha echado a la calle para protestar por los retrasos salariales y el aumento del precio del pan, que ayer subió de 3 a 6 rublos. La crisis va ya mucho más lejos del fracaso de la moneda. Amenaza la supervivencia de decenas de millones de personas en un invierno que se anticipa extremadamente crudo. La situación se acerca ya al límite de no retorno incluso en Moscú, que durante años ha capeado el temporal que venía sufriendo el país gracias a que pasan por ella el 80 por ciento del dinero y las transacciones comerciales. Katia, una secretaria de 25 años, María, una profesora de universidad de 24, y Rita, empleada de hogar con una familia extranjera, dicen temer el estallido de revueltas populares e incluso de una guerra civil.

Vladimir, un periodista retirado, que vivió en América latina muchas situaciones de emergencia, confía en que el consenso resuelva la crisis política y se evite la catástrofe. Sin embargo, admite que sus 400 rublos de pensión apenas si le dan para pagar los gastos de su vivienda y alguna que otra medicina. Ese riesgo de estallido aún no es visible en las calles de Moscú, casi tan hermosas como cuando Luzhkov las engalanó hace un año para celebrar el 850º aniversario de la fundación de la ciudad. Pero ya hay síntomas alarmantes, como las colas ante los bancos para retirar unos ahorros bloqueados y que se deprecian casi minuto a minuto. O como las tiendas con los estantes vacíos o que cierran sus puertas porque ya no tienen nada que vender o porque no quieren poner precios que en cuestión de horas van a quedar desfasados. Con lo poco o mucho que tienen en casa, los moscovitas acaparan, aunque sin estridencias, por si llegan peores tiempos, que llegarán. La gasolina subió ayer entre un 15 y un 40 por ciento. Todavía el lunes, las compañías petroleras descartaban un aumento inmediato de los precios. La manteca, la sal, el azúcar, la harina y otros productos básicos cada vez son más difíciles de encontrar, y cuando se encuentran, su precio ha doblado al vigente hace un mes. Menos de lo que ha subido el dólar, pero no todos tienen el codiciado billete verde, aunque haya decenas de miles de millones debajo de los colchones.

A veces hay que hacer un gran recorrido por todo el barrio para encontrar, por ejemplo, sal, uno de los primeros productos que se han esfumado. Con tiempo --aunque eso no durará mucho--, aún se consigue casi todo, incluso numerosos productos extranjeros llamados a desaparecer porque nadie quiere vender a una Rusia incapaz de pagar sus facturas en divisas fuertes. En un "gastronom" (tienda de alimentación) de la avenida Kutuzosvki, se encuentran turrones españoles a poco más de un dólar, y numerosas tartas y chucherías. Por algún extraño milagro de la naturaleza, acaba de llegar un cargamento de helados a precios ridículos. El descontrol es total. Aún hay tomates a precios anteriores a la hecatombe, 5 rublos, o sandías a dos, pero ya empieza a manifestarse el fenómeno de marcar los precios en "unidades convencionales", un disfraz para el dólar que, de momento, todavía no se puede utilizar legalmente en Rusia. En Cash and Carry, un supermercado situado en la orilla del Moscova, cerca de la Casa Blanca, el pescado o la leche (importados) es el mismo en esta nueva "moneda" que antes de la crisis. Cuando se hace la conversión a rublos (ayer a 24), el precio cuadriplica a veces el de hace tres semanas. Como cada día desde mayo, un grupo de mineros protesta ante la Cámara alta del Senado. Pero ahora, con el país rompiéndose a pedazos, se consuelan pensando que es más fácil lograr su objetivo: echar del Kremlin a quien creen culpable de este caos. Su nombre es Boris Nicolaievich Yeltsin.

 


 

UN PRIVATIZADOR DENUNCIA AL GENERAL CARISMATICO
"Lebed podría ser el Franco ruso"

t.gif (862 bytes) Alexandr Lebed, el carismático general retirado que hoy es gobernador de la enorme provincia de Krasnoyarsk, puede convertirse en el Franco de Rusia. Al menos, es algo que no descarta el ultraliberal Anatoli Chubais, el padre del programa de privatización rusa.

Interrogado sobre si cree posible "una variante tipo Franco", Chubais, ex vicepremier a cargo de macroeconomía, dijo al periódico Kommersant Daily: "Sí, por supuesto", para luego agregar que hoy esta posibilidad "es más grande que en cualquier otra época". Para Chubais hay un claro candidato para el papel de dictador: Alexandr Lebed. La posibilidad de una dictadura está hoy en boca de todos; de ella hablan desde el primer ministro en funciones Viktor Chernomyrdin hasta el líder comunista Gennady Ziugánov. Según Chubais, este "guión pesimista" se podría desarrollar en las siguientes etapas: disolución de la Duma Estatal, huelga general el 7 de octubre, caída del presidente Boris Yeltsin en diciembre e instauración de un régimen "extremadamente autoritario".

Chubais pronostica que incluso, si se logra evitar la dictadura, de todas maneras habrá tiempos muy difíciles con "protestas sociales desde todos los sectores". "Y no habrá adónde retroceder", señala. Al igual que el ex primer ministro Yegor Gaidar, considera que fue un error destituir a Sergei Kiriyenko. Sobre Chernomyrdin como jefe de Gobierno, considera que "de todas las variantes realistas, ésta es la que tiene menos riesgos para el país". A todos en Rusia, desde la gente de a pie a los banqueros, les esperan tiempos "muy duros". Esta época negra durará por lo menos "año y medio o dos años", piensa Chubáis. La crisis, como lo dijo en su día Kiriyenko, no ha hecho más que comenzar, y de ahora en adelante va a ser "sólo más y más difícil". Este economista, que es probablemente el político más odiado por la oposición, sostiene que por el momento "Moscú es la única que ha sentido todo el peso de la crisis, pero ésta llegará también a las provincias".

 

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