Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

 

ENTREVISTA AL JOVEN, Y NOVEL, ACTOR MARIANO TORRE
En la piel de Silvio Astier

A los 19 años, y después de haber superado   un casting con 500 colegas, protagoniza el film “El juguete rabioso”, de Javier Torre

Mariano Torre se tomó el casting casi en broma, y lo ganó.
Su personaje es “una criatura que se está muriendo por dentro”.

na31fo01.jpg (10100 bytes)


Por Verónica Abdala

t.gif (67 bytes) “Muchos argentinos tenemos la sensación de no ser ni de aquí ni de allá, y la certeza de que hay que seguir adelante, aunque uno sienta que ya no puede.” Mariano Torre tiene 19 años, es actor y define así a Silvio Astier, el protagonista de El juguete rabioso, cuya piel se calzó en el rodaje del film homónimo, que se estrena mañana. La novela que Javier Torre (Fiebre amarilla, Las tumbas, El camino de los sueños, Lola Mora) filmó es la primera en la obra de Roberto Arlt. Fue escrita entre 1919 y 1924 y se publicó en 1926. El crítico literario Noe Jitrik afirma que resulta clave que los problemas sociales que plantea no están vistos desde afuera, como una curiosidad de literato alejado de la gente común, sino desde adentro de su sufrimiento. “Arlt examina una realidad sórdida sin desentenderse de ella”, sintetiza Jitrik. Posiblemente esta característica, común a la obra completa de Arlt, le da a buena parte del texto una sensación de actualidad permanente, al menos en un país como la Argentina.
Mariano Torres –que curiosamente no tiene parentesco alguno con el director– admite que recién desde que se involucró en el film, el año pasado, conoce al autor de Los siete locos (1929), Los lanzallamas (1931) y El amor brujo (1932). Se define, en cambio, como “un fanático” de Antoine de Saint-Exupéry. “En realidad, tanto el personaje de ‘El Principito’ como el de Silvio Astier revelan cuestiones que hacen a la esencia de los hombres y a su búsqueda de felicidad”, explica el actor que tiene 20 años, nació en Tierra del Fuego y vino a Buenos Aires junto a su hermana, en 1996, decidido “costara lo que costase” a dedicarse a su carrera. “Allá en el sur, en donde yo nací, se sabe que si querés ser algo de verdad, te tenés que venir para la Capital”, cuenta. “Los provincianos tenemos la fantasía de que acá los sueños se hacen realidad.”
Mariano, que cursa tercer año en el Conservatorio de Arte Dramático, fue seleccionado para interpretar al protagonista de la película –en que comparte elenco con Lito Cruz, Thelma Biral, Jorge Luz y Juan Acosta, entre otros– en un casting del que participaron 500 chicos. “La verdad es que, como tenía muy pocas esperanzas de ser elegido, me despatarré sobre una silla y leí el texto que me dieron de un tirón. No podría describir cuánto me sorprendió la noticia de que protagonizaría el film. En fin, de ahí en más todo fue alegría y esfuerzo: llegué a utilizar una verdadera batería de métodos poco convencionales para interpretar al personaje: en una escena, por ejemplo, opté directamente por sofocarme hasta quedar casi sin aire, para así acceder al estado mental que entendía que era el mismo de Astier. Cuando terminamos de grabar el director me felicitó.”
–¿Cuál fue la mayor dificultad en el rodaje?
–Lo más difícil de superar fue el susto: lo distintos que éramos el personaje y yo, y que mi trabajo consistiera, precisamente, en anular esa distancia. Astier es un loco, en el mejor sentido de la palabra, y yo tenía que enamorarme de esa locura. Hubo un momento en que comprendí, como en una suerte de revelación, que yo podía ser un Astier, o vos o Arlt o cualquiera. Porque Astier no es más que un posible resultado del desamor que los habitantes de las grandes ciudades sentimos por el que nos pasa por al lado.
–El juguete... fue escrito en los ‘20, y sin embargo, el lector tiene la sensación de que Astier podría vivir en la Argentina de los ‘90 ...
–Sí, totalmente. Debe ser por eso que la película transcurre en un espacio atemporal. Astier es de aquí y de allá, y puede describir nuestra época tanto como “Cambalache”, el tango de Discépolo.
–En una entrevista en la revista La Literatura Argentina, en 1929, Arlt se define como “un individuo inquieto y angustiado por este permanente problema: de qué modo debe vivir el hombre para ser feliz”.
–Lo que Arlt retrata a través de sus personajes es, en mi opinión, la médula del ser humano. Y el alma del ser humano no tiene épocas. Sus personajes son criaturas que se están muriendo por dentro, pero tienen que seguir viviendo. Yo creo que Astier, en algún sentido, es Arlt. Y que Arlt nos dice “ok, todos nos sentimos un poco así, pero no podemos quedarnos en esto y morir y conformarnos”.

 

PRINCIPAL