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"Si los países centrales no hacen nada, vamos a una recesión mundial"

El ex ministro insistió con que la convertibilidad es la única  alternativa de Rusia para salir de la crisis. Reclamó la intervención del poderoso G-7 para liderar una recuperación de los mercados.

Domingo Cavallo, devenido en consultor de banqueros, elogió la decisión de Menem de ajustar el gasto.
"Para que la crisis asiática se revierta, los japoneses deben encontrar cómo reactivar su economía", afirmó.

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Por Marcelo Justo Desde Londres

t.gif (862 bytes) Con el reloj clavado en la hora argentina y melatonina para combatir el jet-lag de la última semana, Domingo Cavallo recibió a Página/12. Después de una reunión matutina con banqueros cuyos nombres no quiso divulgar, pero antes del encuentro que sostuvo con funcionarios del Tesoro británico, Cavallo se refirió a la crisis financiera internacional y elogió por primera vez en mucho tiempo al gobierno de Menem. "Creo que en momentos como éste las medidas anunciadas el lunes son tan importantes como las que dio a conocer Brasil", indicó.

--Usted vino a Londres a instancias del Institute for International Finance que agrupa a los 40 principales bancos del mundo. ¿Qué les dijo sobre la situación en Rusia?

--Que es muy grave porque están sufriendo un proceso hiperinflacionario, pero que se puede solucionar con una combinación de reforma monetaria e impositiva.

--¿Con la convertibilidad?

--Creo que no hay otra alternativa. De la hiperinflación se sale con regímenes monetarios como el argentino. Pero en Rusia es necesario que haya también un programa de reforma impositiva como el que diseñó en Argentina Carlos Tacchi, para permitir una inmediata recaudación de impuestos que equilibre el gasto público sin generar déficit. Hay muchas cosas en común entre la Argentina de entonces y la Rusia actual.

--Pero la situación de los mercados internacionales era diferente. Argentina se benefició por un ingreso masivo de capitales que no se va a dar en Rusia en este momento.

--La entrada de capitales a Argentina se dio a partir de 1992 y estuvo muy vinculada con las buenas privatizaciones que se hicieron, y al hecho de que con estabilidad la economía empezó a funcionar. En esa misma época también hubo un gran ingreso de capitales a Rusia pero atraído por una transformación de la economía que tenía grandes defectos. Ahora los inversores parecen no tener interés en Rusia, pero creo que si estabiliza su moneda revertirá esta situación. Y además no son sólo los capitales extranjeros. Están los capitales rusos que volverían al país si las reglas de juego se normalizan.

--En todo caso, un plan de convertibilidad depende de la voluntad política. Por el momento hay tantas posibilidades de que Rusia tome ese camino como uno opuesto.

--En algunos dirigentes existe la voluntad política pero todavía no lograron formar un gobierno que obtenga el respaldo de la Duma. Si no estabilizan la economía, la situación política será siempre endeble. Fíjese lo que pasó en Argentina. Alfonsín debió renunciar por la hiperinflación. Asumió Menem con gran poder político. Se consumieron dos equipos económicos. Para enero del '91 el apoyo al gobierno había disminuido muchísimo. Fue recién cuando logramos la estabilidad con la convertibilidad y otras reformas que el gobierno volvió a ganar una gran fortaleza política que le significó una serie de victorias electorales.

--En estos momentos el mundo no parece tener tanto tiempo para lograr una estabilidad en Rusia.

--En estos momentos las expectativas de los banqueros son que no hay solución para Rusia y muchos de ellos consideran que lo que han invertido allí está perdido.

--¿Existe el peligro del contagio, sobre todo para Argentina?

--Los banqueros interpretraron que la combinación de devaluación del rublo y moratoria unilateral junto a la restricción a los pagos internacionales decididos por el gobierno ruso el 17 de agosto quebraron los principios necesarios para mantener en funcionamiento a los mercados de capitales mundiales. E interpretan que los gobiernos y los países del G-7 no condenaron esa violación de las reglas de juego y, por lo tanto, podrían admitirla en otras economías emergentes. Lo que yo les digo es que en América latina eso no va a ocurrir porque la gente conoce las desastrosas consecuencias de decisiones como la adoptada por Rusia. Siempre insisto en que la situación de Argentina y Brasil es totalmente diferente de la de Rusia, y por tanto no se justifica este ataque a sus monedas y la fuga de capitales que se dio desde la devaluación del rublo.

--¿Cree que esta percepción está cambiando?

--Lo mío es una gota de agua en el mar porque imagínese que mi opinión no va a hacer cambiar la de los banqueros. Pero, si explicamos bien la situación y si por otro lado los banqueros comprenden que una crisis no le conviene a nadie y si los países del G-7 adoptan un liderazgo en la búsqueda de soluciones, se puede evitar que esta crisis se convierta en el disparador de una recesión mundial.

 

De Moscú a Buenos Aires

Una comisión de legisladores y economistas rusos podría viajar a Buenos Aires para conocer, de primera mano, cómo funcionan la convertibilidad y las privatizaciones. La posibilidad fue barajada ayer, después de un encuentro que mantuvo el senador Eduardo Menem con el presidente del Congreso de la Confederación rusa, Igor Stroyev. Según Menem, la reunión era de carácter protocolar pero se prolongó por más de una hora, ya que su interlocutor estaba "sumamente interesado en informarse sobre cómo se ha operado la reconversión económica argentina". Stroyev ha sido señalado como una de las alternativas que maneja el presidente Boris Yeltsin como candidato a primer ministro en el caso de que siguiera el rechazo del Congreso a la designación de Viktor Chernomyrdin.


El peligro de Hong Kong

--Además del efecto de la crisis rusa en América latina, existe el peligro de una devaluación en China que provoque la caída de la convertibilidad en Hong Kong.

--Creo que sería un gran error de Hong Kong abandonar su sistema de convertibilidad. Creo que tendrían que reforzarlo hasta funcionar como un régimen automático sin política monetaria. Esto sería bueno para Hong Kong, China y el mundo. La clave para que la crisis asiática se revierta es que los japoneses encuentren cómo reactivar su economía y que los chinos no devalúen su moneda. Algo así pasó con la crisis del Tequila cuando Brasil mantuvo la expansión de su economía y Argentina continuó con la convertibilidad. Si Argentina y Brasil no se hubieran comportado de esa manera, habría habido un contagio latinoamericano que probablemente se hubiera extendido a Rusia y Asia.

 

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