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Finalmente a Keiko le llegó la hora del Free Willy real. Ayer, la famosa primera protagonista de la película en que ella misma era liberada, partió desde su última residencia en el Oregon Coast Aquarium, de Newport, y para hoy estaba previsto su arribo a la islándica bahía de Saedyrasfnid, en las islas Westman. Aunque no se trate de la primera orca en viajar en avión, sí es la primera orca mediática, navegante de Internet con su propia página web, que agrega ahora un record más a su extenso curriculum: la partida de la aeronave militar que la transportó hasta Islandia fue seguida por más de 400 fotógrafos, camarógrafos y corresponsales de todos los rincones del mundo. Fue tal la expectativa generada por la partida de la orca, que el sitio de Internet que proporcionó las imágenes en vivo y en directo para todo el planeta resultó completamente saturado por la cantidad de llamados recibidos. Willy, o sea Keiko, pasó sus últimas horas antes del viaje dando vueltas en su piscina especial del Oregon Coast Aquarium, haciendo caso omiso al nerviosismo que se había estacionado en la ciudad de Newport desde su anunciada partida. Con varios días de antelación, una multitud de curiosos, fotógrafos, periodistas, y más curiosos, empezó a recorrer las calles y las pasarelas del acuario para ver a la orca que iba a ser liberada, en la última etapa de una historia que empezó al conocerse las verdaderas condiciones en que vivía la estrella de cine (ver recuadro). Incluso los políticos, que suelen estar allá donde hay multitudes, dieron su toque de atención a la causa. Ayer, poco antes de la partida, en declaraciones con cierto acento melancólico, el alcalde de Newport, Mark Jones, recordó ante cuanta cámara se le cruzó por delante que "Willy se ha convertido, en los últimos dos años, en parte de nuestra familia, de la comunidad entera. Vamos a extrañarla como se extraña a uno de los nuestros". La diva fue envuelta en un elegante chaleco de nylon capaz de resistir sus más de 5 toneladas, y cuidadosamente cargada por una grúa en un camión, que demoró media hora en arribar al aeropuerto municipal de Newport. Desde horas antes, la ruta que une el acuario y el aeropuerto estaba circundada por policías y seguridad de la Keiko Foundation. "Espero una multitud", aseguró el día anterior, muy ansioso, el jefe de policía local, Jim Rivers. "Todo el mundo va a querer acercarse para saludarla". Para evitarlo, Rivers situó estratégicamente a la mitad de sus hombres, en actitud preventiva, bordeando la ruta y, con la excusa de hacerse cargo él mismo del operativo, el marshall precedió la procesión en su auto, ubicándose a metros apenas de la afamada estrella hollywoodense. Detrás, seguía una escolta de motociclistas policiales, el camión con Willy, detrás más motos y, por fin, una columna de micros con una pléyade de periodistas dispuestos a no perder un solo gesto de la estrella. En el tiempo prefijado, la caja que transportaba a Willy Keiko fue colocada dentro del C-17, un Jumbo de carga de la Fuerza Aérea estadounidense. Siguiendo la tradición norteamericana, el casco del avión fue ornamentado con "killer whales" (ballenas asesinas), en obvia alusión a su pasajera. Sólo el mal clima hubiera imposibilitado el despegue. Alrededor de las 22 (hora argentina), el C-17 despegó rumbo a Islandia, junto a la tripulación del avión, un grupo de periodistas y un equipo de especialistas, entre quienes figuraba la teniente Colleen Lehne, dedicada a las relaciones públicas de la Fuerza Aérea, una suerte de representante de prensa militar exclusiva para Keiko. "Mi prioridad top es asegurar que los medios tengan acceso a este vuelo histórico", señaló Lehne. El operativo Willy Keiko in the Air, última etapa del operativo Free Willy Keiko en territorio estadounidense, se constituyó en un fabuloso negocio al más puro estilo norteamericano. El presidente del Oregon Coast Aquarium, Phyllis Bell, dijo que "un par de semanas atrás, en un solo día, pasaron a visitarla 9850 personas, y el promedio fue de unas 8 mil por jornada". Desde la llegada de la famosa orca --Orcinus orca para quien tenga pretensiones científicas--, en febrero del '95, el turismo en Newport se incrementó. Pero los comerciantes aseguran que este año aumentaron notablemente las familias que decidieron pasar sus vacaciones en la ciudad costera, especialmente desde que oficialmente se reconoció que sería liberada en mar abierto. La Free Keiko Foundation recibió, durante su primer año de vida (1995), más de un millón de dólares por ventas de remeras con la imagen de Willy, llaveros con Willy retozando, postales con Willy atrapando un pescado de las manos de una cuidadora, y jugos con sabor frutado. Los ingresos se multiplicaron con la segunda Liberen a Willy, protagonizada por una Keiko trucha, pero orca al fin. Ayer, Keiko volvió a ser estrella, saturando de llamadas el sitio de Internet donde era proyectada a todo el mundo su despedida.
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