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TENGA A BILL Y MONICA EN LA PUNTA DE SUS DEDOS
Todo el Sexgate en Internet

Clinton y sus asesores enfrentan hoy el shock de un informe muy caliente sobre el Sexgate, que hoy aparece en Internet.

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Bill Clinton puede optar por atrincherarse para una larga batalla que derrote los intentos del Congreso para disciplinarlo.
O bien apoyar un desenlace más rápido, en el que el Presidente buscaría un acuerdo y aceptaría la censura moral del Congreso.


Por Gary Young  desde Washington

t.gif (67 bytes) El fiscal independiente Kenneth Starr encontró a todos desprevenidos por la velocidad con la que produjo su informe sobre el caso Lewinsky. El texto, o una antología, estará hoy en Internet, con el interrogatorio sexual a Clinton incluido. Mientras el apoyo a un presidente cada vez más cercado iba ayer en caída libre, la estrategia de defensa para evitar el juicio político elaborada por un reducido número de aliados era totalmente confusa. Con muy poco tiempo para maniobras políticas o legales, los consejeros de la Casa Blanca están divididos entre aquellos que piensan que el Presidente sólo puede evitar la destitución luchando contra sus detractores, y aquellos que piensan que es el momento de llegar a un acuerdo. Los de la línea dura están instando a Clinton a que se atrinchere para una batalla potencialmente larga que apunte a derrotar cualquier intento del Congreso por disciplinarlo. Otros apoyan un desenlace más rápido, en el que el presidente aceptaría una resolución de censura del Congreso.

Las varias disculpas que Clinton repitió durante los últimos días estuvieron dirigidas a los congresistas demócratas, que exigieron más arrepentimiento como un requisito para apoyarlo ante la inminente confrontación al juicio político. "Fue una reunión extraordinaria por la honestidad y franqueza", dijo ayer el sub jefe de la bancada de la minoría, Chet Edwards, demócrata de Texas. "Lo que vi y escuché en la reunión (de ayer) fue a un esposo y un presidente que estaba genuina y profundamente arrepentido por el dolor que había causado." Clinton tiene mucho trabajo que hacer en Capitol Hill con los demócratas, que sienten que él los ha ignorado durante su presidencia y ahora está arruinando sus chances para las elecciones legislativas de noviembre. Están enojados con él por la estridente naturaleza de su confesión televisada del 17 de agosto, pero aunque quieren escuchar un tono más suave, se dan cuenta que cada vez que menciona el affaire, le da más impulso a los temas que ellos no quieren que aparezcan en noviembre en las primeras planas y en los noticiosos.

Pero después de años de esquivar situaciones difíciles, o bien con semántica ("Experimenté con marihuana, pero no inhalé"), o disimulando (como cuando negó parcialmente un affaire con Gennifer Flowers) el escurridizo Bill se está quedando sin opciones. También se está quedando sin aliados. En los siete meses que pasaron desde que primero negó su affaire con la becaria de la Casa Blanca Monica Lewinsky hasta que lo confesó, le mintió constantemente a casi todos sus colegas, incluyendo al vice presidente Al Gore y a su mujer. Ellos jugaron su reputación por él, declarando públicamente que creían lo que él decía. Comprensiblemente, muy pocos de ellos puedan sentirse particularmente bien dispuestos a correr nuevamente en su ayuda. Eso deja un círculo de amigos leales, de los cuales muchos ya no tienen ninguna reputación que perder. Está Dick Morris, el ex asesor presidencial que tuvo que renunciar cuando lo encontraron con una prostituta. También está Teddy Kennedy, el senador por Massachusetts y veterano en el escándalo Chappaquiddick, que ha estado ofreciendo consejos al Presidente. Los apoyos más leales, tanto dentro como fuera del Congreso, vinieron de afroamericanos, y así, el día antes de que el Presidente confesara sus pecados a la nación, Chelsea Clinton pidió por el reverendo Jesse Jackson.

Gore ofreció su apoyo y su interés, mientras trataba de mantenerse apartado del conflicto para poder salir lo suficientemente limpio como para suceder al presidente en el año 2000, si no antes. Pero con la estrategia básica todavía no establecida, la Casa Blanca está buscando lo que algunos asistentes describen como un super abogado, un miembro nuevo para el equipo de defensa de Clinton que sirva como embajador a Capitol Hill y supervisor de la lucha contra el juicio político. Algunos funcionarios de la Casa Blanca ya reconocen francamente un creciente sentido de impotencia y tristeza sobre el probable impacto del informe de Starr acusando al Presidente de perjurio y obstrucción de la Justicia. Muchos creen que el momento decisivo llegará cuando se haga público hoy el informe de Starr (los sites para probar son www.house.gov.icreport y www.thomas.loc.gov/icreport). "¿Qué es esto? Todavía no lo sabemos," dijo un ex estratega de Clinton. "¿Estamos tratando con pecados o estamos tratando con delitos?"

Traducción: Celita Doyhambéhère

 


 

LOS CARGOS PERSEGUIRIAN A CLINTON POR AÑOS
Y encima, el caso de los fondos

Por Martin Kettle desde Washington

t.gif (862 bytes) Bill Clinton afronta la amenaza de una serie de incómodas investigaciones embarazosas sobre su conducta financiera, aún si sobrevive al creciente peligro contra su presidencia generado por las investigaciones del fiscal independiente Kenneth Starr en el affaire Lewinsky. La decisión de la ministra de Justicia Janet Reno de abrir una investigación preliminar sobre las tácticas de financiación de campaña de Clinton durante las elecciones presidenciales de 1996 abre la posibilidad de que las acusaciones persigan al presidente hasta que deje la Casa Blanca y más allá.

Esas investigaciones pueden causarle casi tantos dolores de cabeza al vicepresidente Al Gore, que sucedería a Clinton en caso de renuncia o juicio político y que tiene su meta puesta en ganar la presidencia en el 2000. La investigación preliminar anunciada por Reno el martes consiste en una indagación de 90 días para determinar si Clinton ayudó a planificar una campaña por 44 millones de dólares del Partido Demócrata, que enmascarada bajo la forma de pronunciamientos abstractos sobre temas específicos benefició deshonestamente su reelección al violar las leyes que limitan los gastos de campaña. Si Reno llega a la conclusión de que hay base para una investigación que lleve a posibles acusaciones contra Clinton, nombrará un fiscal independiente. La nueva investigación es la tercera indagación preliminar anunciada por Reno en dos semanas por el tema de los fondos de campaña. Anteriormente, la ministra se había resistido a los pedidos de una amplia investigación sobre la financiación del Partido Demócrata, pero ahora ha autorizado que se examine por separado los papeles que desempeñaron en el asunto Gore y Harold Ickes, ex subjefe de gabinete de Clinton.

La nueva investigación tratará de establecer si Clinton y sus asistentes bosquejaron y coordinaron los avisos del caso para evitar los límites legales a las campañas. Clinton ya admitió haber tenido que ver en el diseño de algunos de los avisos y hasta declaró que habían ayudado a impulsar su campaña. La Casa Blanca ha negado cualquier infracción a la ley. Mientras tanto, los republicanos critican a Reno por adoptar un enfoque prudente y por insistir en investigaciones separadas, una táctica que la ministra ya usó el año pasado en un caso de uso de teléfonos oficiales para la financiación de las campañas.

 

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