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Licio Gelli volvió a caer (mañana se fuga)

Desde 1981 que el jefe de la P2 y gran amigo de Perón y Massera se fuga y es capturado cada tanto. Ayer le tocó ser capturado, en Niza.

El Gran Maestre en 1973 con amigos (desde la izq., López Rega, Perón y Alberto Vignes).
Ayer, Licio Gelli fue arrestado en Francia y debió ser hospitalizado de inmediato.

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t.gif (67 bytes)  Pese a que llevaba una barba postiza, el ex gran maestro de la Logia P2 Licio Gelli fue detenido ayer en Francia por la policía. Amigo de Perón e influyente de Massera, vinculado con la quiebra del Banco Ambrosiano del Vaticano, conspirador para instaurar un régimen autoritario en Italia y prófugo desde mayo, Gelli tenía experiencia y talento para la clandestinidad. Pero fue finalmente descubierto en Niza, en la Costa Azul, en una operación conjunta de las policías francesa e italiana, que lo buscaban desde que requirieron nuevamente su captura por su implicación en la quiebra del Ambrosiano.

Gelli ocupó la primera plana de los diarios en las décadas del 70 y 80, en las que su nombre fue vinculado con casi todos los escándalos que en ese período afectaron no sólo a Italia (ver recuadro). En 1981, la Justicia italiana sospechó que la logia Propaganda Due (P2), dirigida por Gelli, había organizado una conspiración política para instaurar un régimen autoritario en Italia. Uno de los indicios fue una lista de 963 personalidades, entre las que se encontraba el magnate multimedios y ahora ex primer ministro, Silvio Berlusconi. El elenco fue hallado durante un allanamiento policial en el domicilio de Gelli. La P2 y su gran maestro fueron así acusados de espionaje y de estar vinculados con la extrema derecha, responsable en aquel entonces de varios atentados terroristas, en el marco de la llamada "estrategia de la tensión". La revelación hizo caer al gobierno demócrata cristiano de Arnaldo Forlani. Gelli también fue acusado --y en algunos casos condenado-- por su participación en escándalos político-financieros. Así ocurrió con la quiebra del Banco Ambrosiano, cuyo ex presidente Roberto Calvi presuntamente se ahorcó del puente Blackfriar en Londres en 1982, aunque otros supusieron que se trataba de una venganza de la mafia. El mismo escándalo salpicó al Vaticano. El miembro de la P2 Michele Sindona, banquero del Ambrosiano, se hacía llamar el "banquero de Dios" y hacía inversiones para la Santa Sede (por ejemplo, en la sociedad Sereno, especializada en la fabricación de anticonceptivos).

Los arrestos y las fugas no son nada nuevo para Gelli. El italiano huyó en 1981 a Suiza tras el descubrimiento de la logia P2. Un año después fue detenido en Suiza, pero escapó en 1983 de una prisión de alta seguridad en Ginebra después de sobornar a un guardia en un país donde los funcionarios públicos tienen fama de insobornables. En 1987 se entregó a las autoridades y fue extraditado a Italia después de una exitosa operación de coronarias. En su patria los esperaban las acusaciones por bancarrota fraudulenta en la quiebra del Banco Ambrosiano.

Ya en 1981 el gobierno italiano había prohibido a la P2. Sin embargo, tras 17 meses de proceso y 13 años de investigaciones, los miembros de la logia fueron absueltos de la acusación de conspiración. Pese al veredicto, muchos italianos siguen pensando que la logia y Gelli conspiraron para vencer a la democracia italiana, y convertirla en un siniestro régimen de derechas.

Pero el "venerable maestro" no escapó a la cárcel, y fue condenado, aunque por delitos tan secundarios como calumnias o posesión de documentos secretos, a 17 años de prisión en 1994. No obstante, Gelli obtuvo una reducción de pena, que le permitió posteriormente transformar las penas de prisión en condenas excarcelables. En mayo pasado, cuando se encontraba en un régimen de libertad vigilada, Gelli dejó de presentarse a los controles policiales, al enterarse de que la Justicia italiana se aprestaba a requerir nuevamente su captura por su implicación en la quiebra del Banco Ambrosiano. Poco después de ser detenido, Gelli, de 79 años, fue ingresado en el hospital de Niza víctima de un desfallecimiento cardíaco. Había sido capturado, sin que opusiese resistencia, en una avenida céntrica de Cannes, acompañado de su mujer, su hijo Rafaelo, y su nuera Marta Somarelli.

 

Un héroe sanmartiniano

t.gif (862 bytes) Las relaciones de Licio Gelli con Latinoamérica se hicieron espectaculares cuando el 18 de octubre de 1973 le fue impuesta, por decreto presidencial, la Orden del Libertador General San Martín (foto). No había hecho más mérito que trabajar anónimamente en la construcción de un imperio político-financiero en Italia cuya sucursal privilegiada debía estar en la Argentina.

Gelli había llegado al país el 20 de junio de 1973, en el mismo avión que trajo de su exilio europeo al general Juan Domingo Perón y a quien entonces ejercía la presidencia, Héctor J. Cámpora. En 1974 el gobierno de Isabelita Perón le dio la ciudadanía argentina y lo nombró funcionario de la embajada en Roma. Pero pronto volvió al país, donde contribuyó a la creación de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), la fuerza paramilitar precursora de los grupos de tareas del Proceso. Después del golpe del 24 de marzo de 1976, Gelli estrechó filas con el almirante Emilio Massera, quien también participó en la logia P2. Según trascendió luego, Gelli, siempre dispuesto a intermediar en los negocios de la junta y a colaborar en la represión, había sido decisivo en la compra de armas. El Banco Ambrosiano que manejaba con la P2 los fondos del Vaticano había permitido a la Armada argentina adquirir los misiles franceses Exocet utilizados en la Guerra de Malvinas. En octubre de 1982, Massera reconoció: "Gelli prestó servicios de indudable mérito a Argentina".


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