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YOKO ONO TRAERA EN OCTUBRE SUS FAMOSAS "INSTALACIONES" A BUENOS AIRES
La viuda más artista del planeta

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Yoko y sus ataúdes: en lugar de la cara de un muerto, un arbusto.
Aquí arriba, un detalle de "Wish three", otra de sus propuestas.

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Trabajando, con papas.


Por Cecilia Bembibre

t.gif (67 bytes) Hace casi cuarenta años, en una noche que no olvidará, Yoko Ono llegó, vestida de negro y en silencio, hasta una silla ubicada en el medio de una escena deliberadamente despojada. Se sentó, y dio principio a un concierto de gritos, gemidos, llantos y jadeos ensayados. La escuchaba un auditorio contagiado de incomodidad y fascinación, que incluía a algunos nombres clave de la vanguardia neoyorquina de los años sesenta. Eran sus primeras performances, cuando organizaba eventos a los que asistían Andy Warhol, John Cage y Nam June Paik. Recién había conocido a John Lennon en los pasillos de una galería londinense, en un episodio de mutua fascinación que es parte del capítulo central de la historia del final de Los Beatles. A los 64 años, Ono provoca desde formas más voluminosas. Por ejemplo, presentando una instalación de cien ataúdes de distintos tamaños distribuidos en un espacio luminoso, bajo el nombre de Ex It. En cada féretro, donde debería verse la cara del muerto crece un árbol joven. Esta muestra se verá entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre, en el Museo de Arte Moderno, cuando la artista llegue por primera vez a Buenos Aires. Pero Ex It es la exhibición que funciona como clausura. El camino comienza con En Trance (el mismo mes en el Centro Cultural Recoleta), una composición de cinco instalaciones en las que los asistentes son invitados a participar en la obra (ver aparte). Los nombres elegidos para representar su más reciente trabajo son, en inglés, las palabras que nombran el principio y el fin de un recorrido (entrance y exit). El deliberado quiebre que Ono impuso a los términos sugieren interpretaciones menos literales: en trance como "estado propio de la meditación" y ex it para designar "aquello que ha dejado de ser", según propone el curador de la muestra, Pablo J. Rico.

La mujer de la cual Lennon aseguró haber aprendido todo fue una de los fundadores del grupo experimental Fluxus, desde el cual se gestaron algunas ideas decisivas del arte conceptual de los '60. Incorporando la metodología zen, la obra de Ono se bifurca en un abanico de lenguajes y tonos. Música, cine, performances, teatro, son caminos válidos para explorar, experimentar y provocar, siempre con un estilo despojado, minimalista, y enfatizando la participación como el medio de completar la tarea del artista. En 1967, cuando Ono decidió hacer pública su oposición a la guerra, envolvió un león de la Trafalgar Square en metros y metros de género blanco. Cinco años antes se había metido en una bolsa con Anthony Cox, su segundo marido, y se desvistieron y volvieron a vestir dentro de ella, frente a un auditorio que no veía más que un bulto de tela sobre el escenario, en mutación constante. Con el primero, el compositor japonés Toschi Ichianagi, había intentado traducir sus pulsiones al mundo sonoro. "Enciende un fósforo, y contémplalo hasta que se consuma." La instrucción corresponde a Lighting Piece, 1955, y es uno de los primeros trabajos de la artista japonesa. Sus Instruction Paintings (Pinturas con instrucciones) son breves poesías que organizan un ritual para que el público siga. Desde el escueto mandato "Hierve agua", para crear la Disappearing Piece (Pieza que desaparece); hasta el extremista "Usa tu sangre para pintar./Sigue pintando hasta desmayarte (a)./Sigue pintando hasta que mueras (b)", para Blood Piece (Pieza de sangre), los filosos versos que Ono escribe a mano con letra microscópica sobre las paredes revelan las obsesiones de alguien que siempre fue mucho más que la mujer de un beatle.

 

La vanguardia, asi en los 60 como en el fin de siglo

Esta es una síntesis de las ideas que inspiran las seis instalaciones que Yoko presentará en Buenos Aires:

En Trance: una serie de puertas que funcionan como metáforas. Hay una entrada hecha con cuentas azul cielo, una de apariencia normal que se achica hasta que es imposible atravesarla, puertas con escaleras, circulares, ridículamente angostas, laberínticas...

La misma exposición abarca las cuatro instalaciones que siguen.

Wish tree (Arbol de deseos): de acuerdo con una costumbre japonesa, los asistentes al templo escriben sus deseos en pequeños papeles que luego cuelgan en las ramas de un árbol. Ono cuelga el primero, y el público la imita, hasta que las ramas del árbol están llenas de deseos.

Blue Room (Habitación azul): es un espacio diseñado para que el público cree una habitación en su mente. Las instrucciones de Ono para esta obra sugieren: "Encuentra otras habitaciones que existan en este espacio"; "esta habitación se evapora lentamente cada día"; "quédate hasta que la habitación sea azul".

Cleaning Piece (Pieza para limpiar): una poesía de la artista invita a participar en tres espacios marcados en el suelo, utilizando un montón de piedras lisas desparramadas en el suelo (ver recuadro).

Play it by trust (Juega en confianza): seis sets de dos sillas y una mesa que sostiene un tablero de ajedrez en el que todas las piezas son blancas Ex-It: expone cien féretros de madera clara, grandes para hombres, medianos para mujeres y pequeños para niños. A través de la abertura que dejaría ver el rostro del muerto, crece un árbol.

 

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