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Más de 780.000 erecciones se concretaron en la Argentina mediante el Viagra, a dos meses del lanzamiento de la droga. La cantidad corresponde a un total de envases vendidos que ya supera los 270.000, es decir unos 4500 por día. A diferencia de Estados Unidos, donde las ventas estallaron casi al principio para después decaer (una especie de eyaculación precoz del marketing), en nuestro país las cifras se pusieron firmes de a poco hasta que, según el vocero de un laboratorio, "se llegó a la curva ascendente". Según los médicos especialistas, la difusión del tema hizo aumentar las consultas por impotencia sexual; las personas con este problema tardan hasta 10 años en animarse a recurrir a un profesional. "Llevamos vendidos 115.180 envases desde que el producto se lanzó a la venta el 7 de julio --dijo a este diario Carlos Chávez del Valle, gerente de relaciones institucionales de Laboratorios Bagó--, lo cual corresponde a un estimado de 152.580 recetas, ya que no todos los pacientes llegan a comprar el medicamento que les indica el médico." La cantidad vendida corresponde a unas 345.000 pastillas, tres por envase en promedio. El laboratorio Pfizer, por su parte, lleva comercializados unos 130.000 envases con unas 360.000 pastillas. Entre los dos abarcan casi el 90 por ciento del mercado, y el resto se reparte entre 11 firmas que importan el producto desde la India. Miguel Davico, responsable de marketing de Pfizer, dijo a la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión (AUNO) que "inicialmente la venta fue muy chica, pero se percibe un incremento vigoroso semana a semana". Según Davico, la venta "llegó a la curva ascendente que se repite en distintos productos de la industria farmacéutica: no se trató de un boom que podía caer en cualquier momento". El 48 por ciento de las ventas de Pfizer son en la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, y el resto en el interior del país. También el producto de Bagó "se vende más en las grandes ciudades", según Chávez del Valle. "Las consultas por impotencia sexual han aumentado --dijo a este diario Fernando Urrutia, a cargo del área disfunciones sexuales del servicio de urología del Hospital Francés-- desde que el tema tomó tanta difusión periodística: tal vez los pacientes se dan cuenta de que su problema no es único y están más dispuestos a encarar la situación." Según el especialista, el paciente con este problema "tarda un promedio de 3,2 años en decidirse a consultar; algunos esperan hasta 10 años". "No hemos tenido casos con efectos adversos severos --dijo Urrutia--; es claro que no hemos dado la medicación a pacientes que estén tomando nitratos o nitritos o con insuficiencia cardíaca no controlada." Entre los éxitos, el médico citó el caso de "un paciente de unos 60 años, diabético, que tenía una disfunción sexual marcada, tanto con su esposa como con una pareja extramatrimonial y solucionó su problema con sildenafil (Viagra): cuando le pedí que cuantificara su mejoría, me dijo que estaba en 9 puntos con la pareja extramatrimonial, y en 8 puntos con la esposa". Amado Bechara, encargado del sector disfunción eréctil del servicio de urología del Hospital Durand, comunicó que "en mis pacientes medicados con Viagra, la respuesta satisfactoria está en el 70 por ciento, similar a la que indican los estudios en Estados Unidos. La eficacia es mayor en pacientes cuya impotencia es de origen psicológico: en estos casos el medicamento actúa a la manera de un bastón para recuperar esa función. En cuanto a efectos indeseables, "los principales efectos indeseables son dolores de cabeza, congestión nasal y enrojecimiento facial: todos se vinculan con el efecto vasodilatador del producto", observó Bechara. León Gindin, director del Centro de Educación, Terapia e Investigación en Sexualidad (CETIS), dijo tener "más de cien pacientes tratados con el medicamento: en pacientes con graves lesiones orgánicas del pene no funciona o funciona poco, pero sí da resultado en problemas leves, provenientes del uso de drogas contra la hipertensión arterial o de antidepresivos por períodos prolongados". Cuando la impotencia es de origen psíquico, el Viagra puede no dar resultado: "Si se trata de una fobia gravísima, es probable que no funcione --dijo Gindin--, porque el pánico le va impedir siquiera acercarse a las ganas de tener sexo, y va a secretar grandes cantidades de adrenalina: lo que hay que resolver en esos casos es la fobia, no la impotencia, con tratamiento psicológico o incluso medicación antifóbica".
EN EE.UU. LA VENTA DE VIAGRA BAJO 40 POR
CIENTO Por Javier Valenzuela desde Washington La fiebre de Viagra, la píldora azul destinada a mejorar el rendimiento sexual de los varones afectados por impotencia o senilidad, ha bajado muchos grados en Estados Unidos. Pasada la novedad, descubiertos los peligros del fármaco para las personas con problemas cardíacos o de edad muy avanzada, y con numerosas aseguradoras poniendo estrictas condiciones a su pago, las ventas han bajado un 40 por ciento. Una de las imágenes más reproducidas por los medios de comunicación norteamericanos fue el cartel que ha colocado en su fachada un lavadero de coches de Houston (Texas): "¿Quién ha puesto Viagra en el termómetro?". Con temperaturas superiores a los 40 grados centígrados, buena parte de EE.UU. se está achicharrando estos días, pero por causas naturales. Viagra no sólo no tiene nada que ver con el fenómeno meteorológico, sino que además su consumo está en retroceso. En el término de dos meses, las farmacias de EE.UU. pasaron de expedir alrededor de 303.000 cajas de Viagra en una semana a 184.000 en el mismo período, es decir, un 40 por ciento menos. Los médicos y farmacéuticos confirman que, aunque la píldora sigue siendo el fármaco más popular del país, el frenesí que se desencadenó tras su aparición en el mercado, el 10 de abril, se ha calmado considerablemente. En ello influye el hecho de que más de 30 usuarios de Viagra han muerto prematuramente, lo que ha llevado a empresas de seguros médicos como Prudential y Humama a negarse a pagarles a sus clientes los gastos de compra de la píldora. Aunque el organismo público encargado de velar por la salud del país, la FDA, ha precisado que esas muertes se produjeron entre personas de edad muy avanzada o con serios problemas previos de salud, la luz roja de precaución se ha encendido en muchas cabezas. El precio es otro freno. Varias aseguradoras han optado por no reembolsar por completo el costo de Viagra o por restringir el consumo a sus clientes a una o dos veces por semana. El resultado ha sido que productos más tradicionales contra la impotencia como Muse y Carverjectuna han recuperado posiciones. Un tercer elemento que está reduciendo los entusiasmos es el número de fracasos. "Aunque Viagra es muy efectiva, hay entre un 30 y un 40 por ciento de casos en que el consumidor no consigue la erección inmediata con la que soñaba", dice el doctor Francois Eid, del Centro Presbiteriano para la Impotencia de Nueva York. "En algunos casos --añade--, hace falta una docena de intentos, y mucha gente se cansa al segundo o tercero." Viagra, de todos modos, sigue siendo considerada por Wall Street como un buen negocio. "Es probable que Pfizer (el laboratorio fabricante) consiga vender unos 1000 millones de dólares en el primer año", augura Steve Lisi, experto en Bolsa. "Es todo un éxito."
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