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LA DUMA CONFIRMO A YEVGUENI PRIMAKOV COMO PREMIER
Cuando la KGB llega al poder

Yevgueni Primakov, ministro de Relaciones Exteriores de Yeltsin y ex jefe en el espionaje soviético (KGB), es el nuevo premier. Rusia levantará la moratoria y apelará a la emisión de rublos.

El nuevo primer ministro Primakov (izquierda) con los líderes de las bancadas de la Duma.La designación de dos ex comunistas en su gabinete hace temer el abandono de las reformas.

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t.gif (67 bytes)  Yevgueni Primakov confirmó ayer efectivamente su derecho al liderazgo de Rusia, en un discurso lleno de confianza al Parlamento que le aseguró su abrumador apoyo y lo convirtió en el nuevo primer ministro del país. Primakov, de 68 años de edad, un ex jefe del espionaje soviético KGB y ex ministro de Relaciones Exteriores, fue puesto en funciones por la Duma con un voto aclamatorio de 317 contra 63. El nuevo gobierno ruso anunció hoy que levantará la moratoria de la deuda que había declarado por la crisis y que habrá emisión monetaria, aunque controlada. Pero Rusia podría tener que renunciar al macrocrédito de 22.500 millones de dólares del FMI si no adopta una política económica coherente.

El discurso inaugural de Primakov extendió sus funciones profundamente dentro de áreas antes consideradas exclusivas del presidente Boris Yeltsin, como las relaciones exteriores o las relaciones con los líderes regionales. El flamante premier ya obra más como un jefe de Estado que los burócratas que lo precedieron, cuyo estilo parece obsoleto en comparación. Es probable que en el campo de Yeltsin el clima se intranquilice ante el enorme poder del que ahora dispone Primakov, y que éste ejerce con seguridad. Yeltsin mismo estuvo en televisión ayer para apoyarlo como "el candidato del acuerdo" cuya aparición evitó "una seria crisis política". Pero según un diario ruso, Primakov ganó el apoyo del presidente sólo después de una amarga división en el círculo de Yeltsin entre un grupo liderado por su hija, Tatiana Dyachenko y una facción pro Primakov que incluía a su secretario de prensa, Sergei Yastrzhembsky.

En su discurso el nuevo primer ministro habló de la necesidad de unidad y disciplina en la sociedad y atacó la "relajación" del gobierno y la administración presidencial. El gabinete no fue completado. Pero el nuevo ministro de Relaciones Exteriores será Igor Ivanov, previamente primer viceministro de la cartera. La preocupación, en Rusia y en el exterior, llegó con la convocatoria de Viktor Guerashenko como presidente del Banco Central y de Yuri Maslyukov como ministro de Economía. Guerashenko fue director del banco estatal soviético y perdió la presidencia del Banco Central después de la caída del 21 por ciento en el "Martes Negro" en octubre de 1994. Maslyukov fue el último jefe del Ministerio de Planeamiento soviético, y existen temores de que su aparición sea un intento de regresar a la economía planificada.

Primakov sostuvo ayer que las reformas del mercado eran, o seguían siendo, esenciales, y que Rusia necesitaba restaurar su sistema financiero lisiado y pedir dinero prestado al exterior. Pero en un claro cambio de timón, ofreció una visión nada renuente a un mayor intervencionismo estatal, pero más a la manera de Europa occidental o del este de Asia que a la vieja usanza soviética. "El Estado debe interferir y regular muchos procesos económicos," dijo. "Esto está muy lejos de ser un retorno a la economía planificada. A nadie se le ocurrió condenar a los Estados Unidos, por ejemplo, cuando Roosevelt introdujo elementos de regulación estatal en la economía después de la Gran Depresión de 1929".

Primakov dijo que cualquier político que se uniera a su gabinete lo haría sólo con la condición de que renunciara a los lazos partidarios. Viktor Guerashenko dijo que se multiplicaría la provisión de dinero, corriendo así el riesgo de una espiral inflacionaria y una nueva caída de la moneda. "No pasaremos de una cierta emisión monetaria, por supuesto controlada", sostuvo, pero aclaró que no se trataba, al menos todavía, de "distribuir dinero a manos llenas". El gobierno anunció que pagará los intereses que debe de la deuda, pero ayer un portavoz del ministerio federal de Finanzas de Alemania se quejó por el atraso. El subdirector del FMI, Stanley Fischer, anunció que el segundo tramo del macrocrédito de 22.600 millones de dólares, que debía ser entregado el próximo lunes, no se hará efectivo "hasta que Rusia adopte una política coherente". Los rusos sólo recibieron hasta ahora 4800 millones, pero gastaron 3800 para intentar salvar, en vano, al rublo de la caída libre. Algunos analistas sostienen que los riesgos de incumplimiento en el pago de la deuda se mantienen.

 

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