"Para buscar la pacificación nacional"
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Por Miguel Bonasso Fuentes cercanas a Enrique Gorriarán Merlo confirmaron a Página/12 que la visita del diputado ultramenemista César Arias a la cárcel de Villa Devoto fue a pedido del guerrillero preso. La versión que estos informantes dieron del sorpresivo encuentro del último sábado coincide puntualmente con la que brindó Arias a varios medios, incluyendo este diario. Según la versión brindada por ambas partes, ésta fue la segunda reunión Arias-Gorriarán y no tuvo como objetivo la discusión de un posible indulto sino la búsqueda de la "pacificación nacional", el fortalecimiento de la democracia y la superación "de los odios y resentimientos que aún dividen a la sociedad" a través de "la recuperación de la verdad histórica y la justicia". Mientras los protagonistas coincidían en su versión de los hechos, el presidente Menem, el ministro del Interior Carlos Corach; el de Justicia, Raúl Granillo Ocampo y el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, proclamaban enfáticamente que no se estaba analizando la posibilidad de un indulto que beneficie tanto a Gorriarán y los ex guerrilleros de La Tablada, como al ex coronel Alí Mohamed Seineldín y los "carapintadas" que lo secundaron en el intento golpista de 1990. Las fuentes oficiales dijeron también que el anciano diputado, conocido por su fidelidad al Ejecutivo, habría actuado a "título personal", sin involucrar al Gobierno. Ayer a la mañana, allegados a Gorriarán revelaron a este cronista que el dirigente del MTP promovió el diálogo con César Arias inspirándose en procesos pacificadores ocurridos en otras latitudes como El Salvador y Guatemala y en consulta con personalidades del exterior que habían participado en aquellas negociaciones. "Aunque aquí no hay una guerra --dijeron a Página/12--, es evidente que persisten en la sociedad secuelas de dolor, resentimiento y odio, que sólo podrán superarse con la plena recuperación de la memoria, la verdad y la justicia." Arias, por su parte, admitió que se había hablado del tema de los desaparecidos y muy especialmente de los secuestros de menores durante la última dictadura militar. Aunque la posibilidad de un indulto o una conmutación de penas no fue abordada de manera explícita, se la rozó al analizar el artículo 36 de la ley de Defensa de la Democracia actualmente vigente, que niega la segunda instancia para los procesados por atentar contra las instituciones. Una aberración jurídica que cuestiona la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH) y que invalida el juicio a los guerrilleros de La Tablada, que no gozaron del tradicional derecho a la apelación. La revisión de la ley por parte del Congreso podría sacar de la cárcel a los presos del MTP que llevan nueve años en prisión, pero no beneficiaría a Gorriarán, que tuvo una situación procesal diferente. La CIDH desearía que el Congreso reforme la ley, pero sus funcionarios no ignoran que se trata de un trámite más lento y complicado que el indulto o la conmutación de penas y --en tiempos preelectorales-- puede encender un debate político que no desea ni el oficialismo ni la oposición. Como se vio ayer claramente cuando Graciela Fernández Meijide se manifestó contraria a un posible perdón presidencial (ver recuadro). Mientras tanto Carlos Menem, el único habilitado por la Constitución para otorgar ese perdón, dijo ayer a periodistas brasileños que el indulto no estaba en su ánimo "en este momento" y aseguró que se había enterado por los diarios de la insólita visita de Arias a Gorriarán. Una afirmación difícil de creer para los que conocen la subordinación total del diputado al primer mandatario. La mayoría de los observadores estima que Arias no pudo haberse "cortado solo" en un tema delicado que iba a generar polémica. Por su parte, el ministro del Interior Carlos Corach afirmó que no hay
gestiones "oficiales" ni "extraoficiales" para producir un indulto y
reiteró que la gestión de Arias "fue absolutamente a título personal y por su
propia iniciativa". También negó rotundamente que el Gobierno esté preocupado por
la audiencia convocada por la CIDH en Washington para el próximo 6 de octubre. Sin
embargo, pocos creen que César Arias visitó a Gorriarán en la cárcel porque no tenía
nada mejor que hacer el sábado por la mañana. |