|
Por Ariel Greco Ahí está Estudiantes. En el lote de los escoltas a tres puntos --un partido-- de Boca. Desde que llegó a su viejo club Patricio Hernández fundó una idea: "Jugar como siempre se jugó en Estudiantes". Una idea que pudo confundir a muchos porque la identificación con la escuela de Osvaldo Zubeldía y su continuidad en Carlos Bilardo es como el árbol que no deja ver el bosque. Hernández, en una charla con Página/12 tras el triunfo del domingo ante Talleres y la confirmación de las expectativas para el Apertura habló de todo eso. --¿A qué se debe el cambio de actitud de Estudiantes en este Apertura? --Yo heredé un equipo que con otro entrenador jugaba de una manera diferente en una etapa que el libro de pases estaba prácticamente cerrado. Recibía muchos goles y tenía dificultades para convertir. Con la apertura del libro de pases y con la depuración del plantel, yo elegí el grupo de jugadores que pretendía y nos nutrimos de cinco o seis chicos de divisiones inferiores, que es lo que necesita Estudiantes: volver a las fuentes, trabajar con los juveniles y de vez en cuando vender alguno, pero sin desarmar el grupo para mantener un equipo competitivo.
--Ahora juega mejor y es más reconocido, pero todavía le falta gol. --Yo elegí jugadores que se identifiquen más con tratar bien la pelota, jugar mejor al fútbol y sumarle la transpiración, la garra y la sangre que fueron atributos que siempre tuvo Estudiantes, aunque le agregamos manejo y buena circulación. La falta de gol no me preocupa ni me deja de preocupar. Es una realidad. Nos cuesta convertir y tenemos que adaptarnos a las circunstancias que vivimos. De todos modos, Francia salió campeón del mundo sin tener grandes goleadores. --Sin embargo no es el estilo tradicional con que se identifica al club. --Nadie mejor que alguien que se crió acá para conocer la historia de Estudiantes. Yo llegué a los 15, jugué varios años en primera y nunca me dijeron que tenía que correr o tirar la pelota para arriba. Acá me educaron no solamente para jugar bien al fútbol, sino también en el aspecto humano. Me enseñaron a tirar paredes, a pegarle al arco, a que tratar bien la pelota es parte de este juego. Yo no me estoy alejando de ninguna línea histórica. Que hayamos traído 3 o 4 jugadores que manejan bien la pelota no significa nada, ya que en años anteriores también los ha tenido. El equipo de Ponce, Sabella y Trobbiani que salió campeón jugaba bien al fútbol. El de Madero, Verón y Flores lo mismo. Los que dicen que históricamente no es así es porque no conocen la historia del club.
--Como jugador tuvo a Menotti y a Bilardo. ¿Qué le reconoce a cada uno? --Menotti trata a los jugadores primero como seres humanos antes que futbolistas, eso para mí es importante. Otra cosa es que siempre intenta jugar bien al fútbol. Bilardo junto con su grupo nos educaron, nos formaron y nos enseñaron todo lo que puede aprender una persona en la adolescencia. Por eso Bilardo es una institución dentro de Estudiantes.
--¿Tiene algo para cuestionarles? --El reproche que les puedo hacer a los dos es que no se hayan retirado unos años antes, porque dos personas que le dieron tanto al fútbol argentino merecen un reconocimiento que no debe tener ninguna mancha.
--¿Significa que están en decadencia y que no lo asumieron? --No, no. Son dos grandes del fútbol argentino y lo serán hasta que se mueran. Lo que digo es que me da tristeza lo que vivió Bilardo en Boca o Menotti en la Sampdoria. Me da pena que a dos hombres que hicieron tanto los silben, los insulten o no les retribuyan todo lo que brindaron.
--Como entrenador, ¿qué le genera alegría? --Me da alegría que mis jugadores sean cada día que pasa mejores personas. Y me da mucha alegría cuando ganan convenciendo y la gente disfruta con ese juego.
|