Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira

 

“HAY PANICO EN AMERICA LATINA”. AGREGO QUE ARGENTINA “ESTA EN PELIGRO”
Soros no perdona ni a los amigos

Con millonarias inversiones en el país, el financista aseguró que Brasil será la próxima escala de la crisis, “y si cae, Argentina estará en peligro”. Advirtió que el capitalismo global corre riesgo de desintegrarse.

George Soros, el financista que derrotó a la libra y volteó al rublo.
“Se está gestando un bloqueo global del crédito”, anunció.

na17fo02.jpg (9705 bytes)


t.gif (862 bytes) El multimillonario financista George Soros, el más grande terrateniente y el principal operador de bienes inmuebles en Argentina, advirtió ante el Congreso de los Estados Unidos sobre el riesgo de “desintegración del sistema capitalista mundial”, y colocó a Brasil y Argentina en la primera línea de fuego frente al ataque lanzado por los especuladores. “La fuga de capitales ya se extiende a Brasil, y si Brasil cae, Argentina estará en peligro”, dijo el estadounidense nacido húngaro. “Hay pánico general en América latina”, describió, antes de señalar que la suba de tasas en los dos países antes mencionados “revela cuán calamitosa es la situación” que, si se mantiene, terminará “en un colapso”.
Convocado por la Comisión de Servicios Bancarios y Financieros del Congreso, Soros no tuvo demasiados reparos para delinear con total crudeza los riesgos a los que está expuesto el sistema económico mundial, y muy particularmente América latina, como consecuencia de la crisis desatada en Asia, primero, y más recientemente en Rusia. “Se está gestando un bloqueo global del crédito” hacia los países emergentes, refirió, situación que atribuyó a las repercusiones del colapso del sistema bancario ruso y el cierre de los mercados financieros de Malasia a los inversores extranjeros.
“Estos eventos condujeron a la mayoría de los participantes del mercado a reducir su exposición en esos países y sus alrededores”, transmitiendo el pánico a todos los países periféricos, según explicó. Puntualizó que, como factor agravante, “las autoridades monetarias internacionales (han mostrado) una evidente incapacidad para contener la desintegración del sistema capitalista global: los programas del FMI parecieran no estar funcionando, la respuesta del Grupo de los Siete países industrializados a la crisis rusa fue tremendamente inadecuada y la pérdida del control es aterradora”.
Para los presidentes de bancos centrales, Soros es algo así como un muñeco maldito, que fue capaz de agotar las reservas del Banco de Inglaterra en 1992 apostando contra la libra, hasta que las autoridades no tuvieron más remedio que devaluar. El gobierno malayo lo acusó de ser el promotor, con su salida de ese mercado, de la fuga de capitales que hundió en la crisis al hasta entonces tigre asiático. Más recientemente, fue una carta suya publicada en el Financial Times, de Londres, la que indicó al gobierno de Boris Yeltsin el camino de la devaluación del rublo.
Posteriormente aseguró haber perdido 2000 millones de dólares en Rusia por la devaluación. Sin embargo, sus fondos de inversión habrían hecho una buena diferencia especulando con las repercusiones que sus palabras iban a provocar sobre la paridad del marco alemán contra el dólar. Lo que es malo para Rusia se considera malo para Alemania, cuyos bancos están fuertemente comprometidos en préstamos al país de Yeltsin.
Los alarmantes pronósticos de Soros en relación a la Argentina y Brasil, sin embargo, difícilmente puedan interpretarse como una mera jugada especulativa contra dichos países. Sus inversiones en ambos países están mayoritariamente colocadas en activos físicos: emprendimientos inmobiliarios y comerciales, además de explotaciones agropecuarias, de difícil realización en forma inmediata. Frente a una devaluación o la simple depresión en los negocios en Argentina, los activos de Soros se verían amenazadas por el riesgo de su desvalorización.
Soros reclamó al Congreso de Estados Unidos que autorice el incremento de capital del FMI con un aporte extra de 18 mil millones de dólares, solicitado por el Ejecutivo precisamente para sostener un fondo de apoyo financiero a América latina. Para justificarlo, el financista hizo hincapié en el riesgo de colapso que amenaza a la región y las consecuencias ulteriores que ello tendría para Estados Unidos.
Pero advirtió que esta acción no será suficiente para resolver la crisis financiera global. “Deberemos establecer alguna suerte de supervisión internacional por encima de las autoridades de supervisión nacionales,ahora que está claro que la reversión del flujo de capitales se ha convertido en un problema serio”, afirmó.
“Las tasas de interés en Brasil debieron ser aumentadas al 50 por ciento, y en Argentina están al 35 por ciento”, reveló, aunque este último dato no se condice con el costo de financiamiento del gobierno nacional ni con la tasa de préstamos a empresas de primera línea. “Eso revela cuán calamitosa es la situación, la cual no es sostenible en el largo plazo”, señaló Soros. “Aumentar las tasas puede ayudar a mantener unido al mercado un cierto tiempo, pero si se mantienen la economía no puede seguir funcionando y tiene que haber un colapso”, dijo con tono didáctico ante los miembros de la Cámara de Representantes. Advirtió que “a menos que el Congreso apoye al FMI, la desintegración del sistema capitalista afectará nuestros mercados financieros así como nuestra economía, porque estamos en el centro del sistema”.

 


 

EL INFORME DE LA UNCTAD SOBRE LA CRISIS RECOMIENDA EL CONTROL DE CAPITALES
Antes que la fuga no deje ni un dólar

Por Pablo Ferreira

t.gif (862 bytes) “En las actuales condiciones de la crisis internacional, no sólo es probable que Argentina sufra una importante salida de capitales, sino que, además, ello parece inminente.” El vaticinio lo disparó ayer ante Página/12 el experto estadounidense Jan Kregel tras la presentación pública del Informe sobre Comercio y Desarrollo 1998 elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
El objetivo del encuentro, que contó con la presencia del economista Roberto Frenkel, fue alertar sobre la urgencia de adoptar medidas de emergencia para controlar los flujos de capitales.
El documento de la UNCTAD, que remarca diversas críticas al papel del Fondo Monetario Internacional, diagnostica –en clara oposición al criterio de este organismo– que el derrumbe de los mercados emergentes obedece a causas sistémicas alimentadas por el libre flujo mundial de los capitales de corto plazo. Y ubica la actual crisis como culminación de una sucesión de situaciones cada vez más frecuentes y graves iniciadas a fines de los ‘70 en América latina. El trabajo estima que el tifón asiático, por caso, le costó a la economía mundial –sólo en 1998– unos 260 mil millones de dólares.
En el enfoque de la UNCTAD, la cuestión básica es que esas crisis se autogeneran al introducirse políticas de estabilización en los países en desarrollo. La experiencia, dijo Kregel, “sugiere que por sus características esas medidas generan un proceso que lleva a la inestabilidad financiera”. Explícitamente destacó al respecto las recomendaciones del FMI de abrir los mercados internos al comercio internacional, liberalizar los sistemas financieros y marginar el rol de los gobiernos a través de las privatizaciones y la reducción del gasto público. Los éxitos en la estabilidad económica han llevado, en contrapartida, a una inestabilidad financiera extrema, “que forma parte de este sistema de desarrollo”.
Por su parte, Frenkel destacó en su exposición otras de las objeciones formuladas al Fondo Monetario. “Se han volcado importante recursos públicos en salvatajes que podrían haber sido mejor utilizados –aseguró-, que no sirvieron para evitar las crisis financieras ni para sacar a los países de la recesión.” En su opinión, “básicamente fueron utilizados para que pudieran cobrar los acreedores externos de los países afectados, pero no evitaron ninguno de los efectos catastróficos sobre las poblaciones”. Para paliar estas consecuencias, el trabajo recomienda la baja de las tasas de interés en los países centrales y el aumento del gasto público.
En ese contexto, los especialistas de la UNCTAD propusieron la regulación de los flujos de corto plazo como receta básica para detener los efectos de la actual sangría. Kregel enfatizó que los “países en desarrollo que están en condiciones de inestabilidad financiera no deberían verse privados de instrumentos financieros que países en desarrollo como Alemania, Francia e Italia han adoptado con éxito hasta principios de esta década”.
Tampoco quedaron fuera del análisis las limitaciones hoy existentes para enfrentar rescates internacionales. Entre otros aspectos, Frenkel marcó la insuficiencia de fondos, la ausencia de una institución internacional fuerte y de normas que regulen las conductas en las crisis.

 

Hay un plan para Brasil

El ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán, reconoció ayer que su país y otros latinoamericanos están negociando con el FMI un plan para evitar la caída de las economías de la región. Malán, no obstante, se preocupó en aclarar que no se trataría de un plan de salvataje para Brasil sino de una acción “coordinada y concertada de prevención de crisis” para América latina, sin dar mayores detalles.
Malán –quien este mediodía se reunirá con el secretario de Programación Económica y Regional, Rogelio Frigerio (n), para analizar la crisis bursátil y su impacto –tanto en Brasil como en la Argentina– volvió a negar la posibilidad de una maxidevaluación. Y refutó las versiones sobre una inminente asistencia financiera a su país por parte del FMI y el Banco Mundial. De todos modos, el gobierno de Fernando Henrique Cardoso agradeció el gesto de Bill Clinton de convocar al Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados para analizar el socorro financiero a América latina.
Mientras tanto, Brasil enfrenta la crisis buscando dólares con la venta de activos: ayer se desprendió del 42 por ciento del paquete accionario de la compañía eléctrica Gerasul, una de las cuatro generadoras en las que se dividió a Electrobras, en 802,2 millones de dólares. La adjudicataria, la belga Tractebel, pagó el precio mínimo establecido para la privatización. De esta manera, en lo que va del año Brasil lleva recaudados 35.000 millones de dólares por su programa privatizador.

 


 

Un día de suba no  hace verano en la Bolsa

El repunte de las acciones alentó esperanzas de que la crisis está en vías de solución.  Pero todavía nadie en la city canta victoria.

“Pasó un avión sobre una isla de náufragos. Hay que esperar que aterrice”, graficó un economista aliancista.
Buenos Aires subió 8,9 por ciento y San Pablo trepó 18,7. Igual continúan las dudas sobre Brasil.

na16fo01.jpg (10896 bytes)

t.gif (862 bytes) La Bolsa vivió ayer su mejor jornada del año. Las acciones líderes subieron en promedio 8,9 por ciento. En las últimas tres ruedas acumulan un alza del 22,6 por ciento. La racha positiva incluyó al resto de los mercados de la región. San Pablo avanzó 18,7 por ciento, registrando la mayor suba desde marzo del ‘95; México, 12,9; y Chile, 8,7. Los títulos públicos, en tanto, mejoraron hasta 8,2 por ciento. La idea de que los países desarrollados, con Estados Unidos a la cabeza, acudirán en ayuda de la economía brasileña para evitar una devaluación gatilló esa trepada.
Analistas consultados por Página/12 comentaron que la fuerte suba de ayer tuvo su origen en las expectativas que generó la convocatoria de Bill Clinton al Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados para que no dejen caer las economías latinoamericanas. Pero advirtieron que ese efecto podría diluirse rápidamente si no aparece una señal concreta de ese socorro. Algo así sucedió a principios de la semana pasada, cuando los mercados remontaron durante dos ruedas consecutivas, a raíz de un discurso pronunciado por el titular de la Reserva Federal (banca central estadounidense), Alan Greenspan, acerca de una posible rebaja de las tasas de interés, y cayeron pesadamente cuando se diluyó esa posibilidad.
En la rueda de ayer se negociaron 58,5 millones de pesos. Operadores de la city confiaron a este diario que buena parte de esas transacciones fueron pactadas por inversores que estaban “vendidos”. Esa definición corresponde, en la jerga bursátil, a aquellos inversores que el viernes vendieron acciones que no poseían en sus carteras, especulando con mayores bajas, para luego cubrir esa operación recomprando los papeles con una diferencia a favor. Ayer, cuando tuvieron que cerrar esa bicicleta salieron presurosos a conseguir las acciones, potenciando la ola alcista.Telefónica fue el papel que más subió, al crecer 22,6 por ciento. Le siguieron Banco de Galicia (19,8), Metrogás (17,8); Banco Río (17,1); Garovaglio (15,8); YPF (15) y Telecom (14,9). Semejante rally alcista de los bancos y compañías más grandes quedó reflejado en el índice Burcap, que ganó el 14,4 por ciento. A diferencia del MerVal –que toma en cuenta a los papeles empresarios más negociados de los últimos tres meses–, el Burcap sólo mide aquellos que representan a las compañías y entidades más importantes por su capitalización bursátil.
Tras la sugerencia de Clinton de brindar ayuda a los países en crisis, la sesión se movió al compás de las versiones que recogían las agencias de noticias internacionales. La que más llamó la atención de los financistas fue la que aseveraba que un pool conformado por organismos internacionales y países centrales otorgaría créditos por un total de entre 100.000 y 140.000 millones de dólares a Latinoamérica. A su vez, la noticia de que el Banco Mundial está preparando una línea crediticia por 4500 millones para la Argentina, en caso de que se cierren los grifos del financiamiento externo, impulsó aún más al MerVal. A media rueda llegó a registrar un alza del 12,6 por ciento. Sólo el dato que Economía pagó una tasa de interés record en la renovación de las Letes –del 13,5 por ciento anual– y las explosivas declaraciones de George Soros en Washington lograron opacar la escalada (ver notas aparte).
Pero más allá de la vitalidad de las últimas tres ruedas, la atención de los inversores está puesta en Brasil: Si con las tasas de interés en torno del 50 por ciento anual, el gobierno de Cardoso es capaz de frenar la fuga de dólares. Ayer perdió otros 500 millones. La desaceleración en la fuga de divisas y la recuperación de los mercados llevaron algo de oxígeno al gobierno de Brasil. Pero nadie canta victoria. Un economista de la Alianza definió para Página/12 la recuperación de los mercados: “Los náufragos de una isla desierta vieron pasar un avión, y se entusiasmaron, pero todavía nadie les aseguró que descenderá para rescatarlos”.

Pero que el Tequila

La agencia de calificación de riesgo Moody’s describió ayer un panorama sombrío para América latina. Dijo que la situación es aún peor que la del efecto Tequila, ya que las condiciones económicas globales son peores. “El hecho de que Rusia se haya declarado incapaz de pagar, y la preocupación sobre el ciclo económico en los Estados Unidos y Europa, sugiere que la fase que atraviesan las economías emergentes va a durar considerablemente más que la de 1995.” También sostuvo que mientras “más dure la crisis, existe un mayor riesgo de que los países latinoamericanos decreten una moratoria o caigan en incumplimiento, lo que impediría el acceso a los mercados de capitales durante años”. Esto incluye a países “bien disciplinados, que deberán adaptarse a la reducción del acceso al crédito” internacional.

 


 

ECONOMIA PAGO CASI 14 POR CIENTO PARA COLOCAR DEUDA
Los bancos cobran caro su apoyo

t.gif (862 bytes) Economía pagó ayer una elevada tasa de interés para que los bancos reciban Letras del Tesoro. En la primera prueba en el mercado de capitales desde que Brasil padece un ataque especulativo a su moneda, Roque Fernández se endeudó al 13,5 por ciento, algo menos del doble que el 7,8 de la licitación de hace un mes. En noviembre del año pasado, en el peor momento de la crisis asiática, había pagado un 10 por ciento. El brusco aumento obedeció a la inquietud que genera entre los inversores la inestable situación brasileña y el impacto que tendría sobre la economía argentina una devaluación del real.
“La tasa de interés refleja el estado de situación de la plaza, pero no la vamos a convalidar en el futuro”, comentó Roque Fernández, dejando entrever que se suspenderán las subastas hasta que amaine la crisis. El jefe de su Gabinete de asesores, Miguel Kiguel, partió anoche rumbo a Estados Unidos para continuar los contactos con bancos de inversión, a fin de neutralizar los malos augurios que pesan sobre la Argentina desde que Brasil cayó en el ojo de la tormenta de la crisis.
La otra tarea de Kiguel será apurar las negociaciones con el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Eximbank de Japón para conseguir los 5700 millones de dólares que necesita Economía para cubrir las necesidades de financiamiento hasta marzo de 1999. Por su parte, el ministro confirmó ayer que el acuerdo con esas entidades se anunciará en la primera quincena de octubre. Desde Washington, una alta fuente del Banco Mundial comentó a Página/12 que la asistencia del organismo sería por 4500 millones de dólares.
El equipo económico quiere asegurarse ese dinero lo antes posible, dado que también le preocupa el futuro del principal socio del Mercosur. Aunque Fernández no lo dijo, el aumento del riesgo país evidenciado en la emisión de Letes de ayer fue por el “efecto contagio” de la situación en Brasil. “Los inversores dudan de que después de las elecciones del 4 de octubre el gobierno de Fernando Cardoso (si se impone en los comicios) se mantenga firme en no devaluar el real”, señaló a este diario Guillermo Corzo, economista de la Fundación Capital.
El stock de la deuda en Letes alcanza a 7139 millones, de los cuales apenas 500 millones (el 7 por ciento) son en pesos. En octubre del año pasado, esos títulos en moneda local trepaban a 1781 millones, sobre un total de 6100 millones. A medida que fue creciendo la crisis, el equipo económico se vio obligado a modificar la denominación de esa deuda, ya que los inversores son cada vez más reacios a tomar títulos en pesos o, de lo contrario, exigen tasas de interés demasiado elevadas. De hecho, en la colocación de ayer se cancelaron Letes en pesos, tomando deuda en dólares. Ante ese panorama, el presidente del Banco Central, Pedro Pou, concurrió ayer al Congreso para brindar un informe sobre la situación del sistema financiero. Dijo que “los bancos están preparados para afrontar la crisis”, pero reconoció que se verán afectados si no cede el huracán financiero en los próximos meses.

 

PRINCIPAL