 La
organización separatista vasca ETA anunció ayer una tregua ilimitada para
“contribuir al diálogo”, en un comunicado enviado al diario Euskadi
Información. En el texto, redactado en vascuence, la organización armada indica que
decidió “aportar su contribución a la nueva situación política creada por el
diálogo, suspendiendo provisoriamente la lucha armada”. Esta tregua tiene lugar seis
semanas antes de las elecciones regionales en el País Vasco español y después de la
“Declaración de Lizarra”, firmada por los partidos nacionalistas vascos
moderados y los independentistas, que prevé una solución negociada al conflicto vasco.
Previamente al anuncio de la ETA, el gobierno vasco había dedicado su reunión de ayer a
analizar la Declaración de Lizarra, firmada por los partidos nacionalistas e IU
(Izquierda Unida) –además de 19 organizaciones sociales, políticas y sindicales
vascas– que parte de la experiencia del Ulster para proponer un diálogo sin
condiciones de toda la sociedad vasca en dos etapas: en la segunda, la “fase
resolutoria”, se contempla el cese “permanente de todas las expresiones de
violencia”. La iniciativa partió del “foro irlandés”, constituido por
esos mismos colectivos, y cuyo principal impulsor es Herri Batasuna (HB), brazo político
de la ETA. La portavoz, Mari Carmen Garmendia, hizo una declaración formal en la que el
Ejecutivo autonómico afirma contemplar “atentamente, con interés y esperanza”
el proceso y aprovechó para pedir al PP (Partido Popular) y al PSOE (Partido Socialista
Obrero Español) que no se autoexcluyan y a la ETA que renuncie definitivamente a la
violencia. El “lehendakari” (presidente) Ardanza reclamó al presidente Aznar
“respeto” para todas las iniciativas de paz y culpó al PP del fracaso de la
Mesa de Ajuria Enea (foro por la paz suscripto por todos los partidos representados en el
Parlamento vasco, salvo Herri Batasuna).
Mientras en la trastienda de la política vasca crecían las expectativas ante el anuncio
de la tregua, los miembros del gobierno vasco –reducido a un bipartito de PNV y EA
(nacionalistas vascos democráticos) tras la salida de los socialistas en julio–
expresaron ayer, durante la reunión del consejo semanal, su opinión sobre la
Declaración de Lizarra. El resultado de la ronda de intervenciones fue leído luego por
la portavoz ante la prensa.
El propio lehendakari, José Antonio Ardanza, pidió también respeto, dirigiéndose al
presidente Aznar, que había calificado la iniciativa de Estella de “burla” y
“cesión ante ETA”. En una entrevista radiofónica, Ardanza le emplazó ayer a
respetar “todos los intentos que se realicen en la búsqueda de la paz, gusten o
no”. A Aznar se dirigió también el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki
Anasagasti, para pedirle “coraje”. Anasagasti acusó al presidente, al ministro
del Interior y al candidato del PSOE a la presidencia, José Borrell, de “no hacer
aportación alguna” para que un proceso de paz sea posible en el País Vasco.
“Nosotros no queremos ver más Zamarreños reventados en el suelo”, dijo el
portavoz peneuvista, en alusión al último concejal del PP asesinado por la ETA.
En la misma línea que Aznar, el vicepresidente primero del gobierno, Francisco Alvarez
Cascos hizo un llamamiento a “algunos partidos”, en alusión a las formaciones
democráticas que han suscripto el documento de Lizarra, para que las próximas elecciones
vascas no pasen a la historia como “los comicios en los que se rompió o convirtió
en papel mojado el pacto de Ajuria Enea”.
El “lehendakari” se mostró escéptico acerca de las posibilidades de
incorporación del PP al acuerdo y reprochó al PSOE sus mensajes contradictorios. Ardanza
llamó a las cúpulas de ambos partidos a escuchar lo que quieren sus bases y
simpatizantes que, en su opinión y tal vez por el miedo y la presión a que están
sometidas, albergan “gran ilusión sobre el logro de la paz”. El secretario
general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, descalificó ayer mismo la
Declaración de Lizarra, por ser “la puntilla” del pacto de Ajuria Enea y
afirmó que, pese a que existen voces discordantes en su partido, éstas no son
mayoritarias y la posición oficial es “clara y diáfana”.
Entre los disidentes socialistas vascos que difieren de la postura oficial está el
secretario de Relaciones Políticas e Institucionales, Jesús Egiguren, quien se mostró
“esperanzado” ante el documento. “Se están dando pasos que no sabemos
hasta dónde pueden llegar”, señaló, e hizo votos por la confluencia entre la
Declaración de Estella y el pacto de Ajuria Enea. También el secretario general del PSE
(Partido Socialista de Euskadi) de Guipúzcoa, Manuel Huertas, valoró lo que “puede
haber de novedoso en cuanto a que algo se puede estar moviendo en el mundo de la
violencia”.
| Una historia sangrienta La
organización separatista vasca ETA mató 769 personas desde que inició la lucha armada
hace 30 años, según las estadísticas del Ministerio del Interior. Más de la mitad de
las víctimas, 458, son miembros de las fuerzas de seguridad: guardia civil (194),
policía nacional (141), ejército (93), policía local (22) y policía autónoma vasca
(8). El atentado más sangriento tuvo lugar el 19 de junio de 1987 en el centro comercial
Hipercor de Barcelona (noreste) donde murieron 21 personas y 45 resultaron heridas por la
explosión de un coche bomba, la técnica más utilizada por ETA junto con el tiro en la
nuca. El primer atentado mortal de ETA, según el censo de Interior, remonta al 7 de junio
de 1968, cuando el guardia civil José Pardines, 25 años, resultó muerto por varias
balas cerca de Villabona (País Vasco). El atentado más espectacular fue cometido el 20
de diciembre de 1973 contra el almirante Luis Carrero Blanco, entonces presidente de
gobierno y delfín del dictador Francisco Franco. Su coche saltó varios metros de altura
a raíz de la explosión de una bomba disimulada en la acera, mientras se dirigía a misa,
en pleno centro de Madrid. Desde ese atentado, ETA mató a 28 políticos, seis de los
cuales eran del Partido Popular (PP, en el poder), entre julio 1997 y junio 1998, entre
los que figuró Miguel Angel Blanco, concejal de Ermua (País Vasco), secuestrado y luego
ejecutado el 12 de julio de 1997. |
DESDE 1876 HASTA EL CESE DEL FUEGO DE AYER
Claves de la cuestión vasca
Por Pablo Rodríguez
1) ¿Qué es el País
Vasco? El País Vasco comprende parte del noreste de España y el suroeste de Francia. En
España, Euskal Herria, tal cual su nombre en vascuence, fue anexado al reino de Castilla
entre los siglos XIII y XV y luego quedó bajo el dominio del gobierno de Madrid. El
primer estatuto de autonomía del País Vasco data de 1936, durante el desarrollo de la
Guerra Civil Española, y en 1979 se profundizó hasta convertirse en el más amplio del
país: tiene una policía autónoma (Ertzaintza), fiscalidad particular y educación y
ordenamiento territorial propio. Es el asentamiento de gran parte de la industria pesada
española y en los últimos años fue el escenario de una gran reconversión industrial,
aunque también se trata de una región agrícolo-ganadera.
2) ¿Qué es el nacionalismo vasco?
La raíz del movimiento nacionalista vasco es la tradición cultural propia de la región,
afirmada entre otras cosas a través de la transmisión de la lengua vasca –el
euskera–, que siempre trató de diferenciarse de la nación española. El
nacionalismo vasco moderno comenzó a crecer luego de la supresión de varios privilegios
fiscales que tenía la región y de la inmigración estimulada por la industrialización
de la provincia de Vizcaya. En 1876, una ley obligó a los vascos a pagar por primera vez
sus impuestos a Madrid y a hacer el servicio militar bajo bandera española. En 1895, nace
el Partido Nacionalista Vasco (PNV). En la actualidad, el PNV comparte el Ejecutivo
regional con otra organización política, Euskal Alkartasuna (EA), ambas pertenecientes a
un nacionalismo moderado.
3) ¿Qué es la ETA?
La ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad), escisión del PNV, es una
organización terrorista que nació hacia fines de los años 50 y que reclama la
independencia total del País Vasco español y francés, además de la de la región
española de Navarra, a quien considera territorio vasco. El primer atentado mortal que
cometió fue en 1968, pero el más espectacular fue el que mató al almirante Luis Carrero
Blanco, sucesor del entonces presidente español Francisco Franco, en 1973. Al año
siguiente, la organización etarra se divide en dos: ETA militar, dedicada a la lucha
armada, y ETA político-militar, que incorpora además la lucha obrera. Cuatro años más
tarde, esta última renuncia a la violencia. En 1995, los etarras trataron de matar al
actual jefe del gobierno español, José María Aznar, y al rey Juan Carlos. En el último
año, sus atentados se dirigieron predominantemente contra concejales del oficialista
Partido Popular (PP) de la región. En 1992 fue detenido en Francia el líder de la ETA,
Mugica Garmendia, y a partir de allí la ETA sufrió el desmantelamiento de varios de sus
comandos (Madrid, Vizcaya, Andalucía y Alava), aunque se considera que uno de los más
poderosos, el Donosti, sigue en actividad.
4) ¿Qué es el Herri Batasuna?
El Herri Batasuna (HB) es el brazo político de la ETA y fue creado en abril de 1978,
luego de la amnistía otorgada a todos los presos políticos de la dictadura de Franco. La
Mesa Nacional de HB fue condenada a prisión a principios de este año bajo los cargos de
“colaboración con banda armada”: en las elecciones regionales de 1996, una
publicidad de HB exhibió a integrantes de la ETA exponiendo sus reivindicaciones.
5) ¿Existe algún antecedente de cese del fuego de la ETA?
En 1989, la ETA anunció una tregua unilateral para iniciar negociaciones con el entonces
gobierno socialista de Felipe González. Las conversaciones se extendieron por tres meses
en Argelia, pero finalmente fracasaron y la ETA retornó a la lucha armada. Durante el
actual gobierno de Aznar, algunos dirigentes de ETA deslizaron la posibilidad de iniciar
nuevamente negociaciones, pero el jefe de gobierno se mantuvo inflexible. Luego de los
acuerdos de paz en Irlanda del Norte, el PNV y el EA buscaron unaforma de impulsar un
proceso similar en el País Vasco iniciando conversaciones con el HB hace pocos meses.
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