|
El gobierno de Brasil ajustó más las tuercas para evitar que continúe la sangría de divisas. Mientras las reservas del Banco Central cayeron a su nivel más bajo desde diciembre de 1995, entre 47.000 y 49.000 millones de dólares según estimaciones privadas, el gobierno dispuso ayer tres medidas para frenar el ritmo de las importaciones. Las autoridades quieren limitar el déficit comercial de este año a 4000 millones de dólares. El paquete no incluye modificaciones al régimen arancelario, aunque busca restringir las compras externas, según destacó el secretario de la Cámara de Comercio Exterior, José Mendonça. El gobierno estadounidense apoyó la nueva respuesta a la crisis de la administración de Fernando Cardoso. Empresarios argentinos se quejaron en el pasado de que medidas similares sirvieron como excusa para impedir el ingreso de sus productos a Brasil, aunque cumplían con las condiciones exigidas. De acuerdo con sus denuncias, se demoraban sin justificación los trámites aduaneros y se imponían cada vez más requisitos para desalentar los envíos. En esta oportunidad, la explicación oficial fue que el paquete procura evitar el ingreso de productos subfacturados, contempla la aplicación de normas de defensa del consumidor para las importaciones iguales a las que rigen para la producción local y agiliza los trámites para la instrumentación de mecanismos de defensa comercial derechos compensatorios, de salvaguardia y antidumping, que en la actualidad demoran cerca de un año. Las acciones del gobierno seguirán orientadas por las reglas de la Organización Mundial de Comercio y por los acuerdos bilaterales firmados por Brasil, señaló Mendonça, anticipándose a eventuales reclamos argentinos. Cardoso, en tanto, reiteró ayer que desiste de la ayuda tradicional del FMI para hacer frente a la crisis. Su rechazo obedece, entre otros motivos, a que no quiere deteriorar su imagen pública a dos semanas de las elecciones, debido a que la ciudadanía rechaza un acuerdo con el organismo internacional al estilo del suscripto por Argentina. Por ahora el FMI no tiene mucho que ofrecerle a Brasil, porque el país cuenta con reservas internacionales de más de 50.000 millones de dólares, enfatizó Cardoso. Lo que el gobierno brasileño busca añadió, para no rechazar de plano la ayuda que podría necesitar es el aumento de las reservas del FMI y la creación de un fondo de intervención que pueda ser utilizado en defensa de las monedas sujetas a ataques especulativos. Por ahora, Cardoso prefiere arreglarse con lo propio. Además de las medidas para contener las importaciones y otras anunciadas esta semana para fomentar las ventas al exterior, el presidente intenta convencer al Congreso de que apruebe con urgencia una reforma tributaria que permitiría aumentar la recaudación. Cardoso se reunió ayer con los presidentes del Senado y de Diputados para avanzar hacia un pacto institucional en ese sentido, aunque lo oposición encabezada por Lula da Silva adelantó que no apoyará la propuesta impositiva. Aunque las medidas para restringir las importaciones repercutieron favorablemente en la Bolsa de San Pablo subió 2,9 por ciento, más lo hizo la noticia de que una docena de bancos estadounidenses estarían dispuestos a prestar al gobierno 20.000 millones de dólares. Alguna forma de paquete de ayuda puede llegar a Brasil. Seguramente será anunciado antes de las elecciones, reveló ayer un comunicado de Morgan Stanley. También participarían de la operación, entre otros, los bancos JP Morgan, Chase Manhattan, Citicorp, Goldman Sachs y Merrill Lynch.
SEMANA DE FUERTES ALTIBAJOS EN LAS ACCIONES Y
BONOS La semana
bursátil terminó tranquila. Las acciones líderes treparon en promedio 2,9 por ciento. A
su vez, San Pablo subió 4,3 por ciento. Y Wall Street, 0,3. Los mercados reaccionaron al
alza después de que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso anunciara medidas para
corregir su déficit comercial y de que trascendiera la posibilidad de que un grupo de
bancos estadounidenses integre un fondo de auxilio para Brasil por 20.000 millones de
dólares (ver nota aparte).
|