Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Histeria de guerra en las calles de Teherán

Cientos de miles pidieron ayer la Guerra Santa contra el movimiento Talibán que gobierna Afganistán, mientras Irán desplegaba 200.000 soldados en la frontera para maniobras que empiezan hoy.

Transporte de un ataúd en la marcha multitudinaria.
Reclaman la “yihad” en represalia por la muerte de iraníes.

na18fo01.jpg (16730 bytes)

t.gif (67 bytes)  Los musulmanes están por irse a las manos. Alrededor de 200.000 soldados de las Fuerzas Armadas de Irán están preparados para empezar hoy unas amplias maniobras cerca de su frontera con Afganistán, para mostrar al grupo afgano Talibán la potencia militar iraní. Desde hace más de dos semanas, los iraníes tienen destacados en la zona a 70.000 miembros del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) y, desde la pasada semana, han desplazado al área unidades de tierra procedentes de 10 provincias del país. Entre estas unidades, que ya están situadas a lo largo de los alrededor de ochocientos kilómetros de frontera que separan Irán de Afganistán, hay tanques, artillería pesada, ingenieros, transporte de tropas, helicópteros e infantería, además de unidades especiales de comandos.
Las tropas han llegado a la zona fronteriza oriental desde las provincias de Azerbaiján Oriental y Occidental, Lorestán, Kermansa, Far, Isfaján, Gazvin, Kermán, Hamedán y Teherán. Las maniobras se denominarán “Zolfagar 2”, en recuerdo del jefe militar musulmán que, a principios de la era islámica, conquistó Persia. Hoy comenzarán también en el Golfo Pérsico unos ejercicios navales y aéreos en la zona de la isla de Queshm, que durarán una semana. El vicecomandante de la primera zona de la Armada iraní, el almirante Habibolá Sayari, aseguró que el objetivo de los ejercicios, en los que participarán paracaidistas de elite, “es elevar la capacidad de combate de las fuerzas”. Sayari añadió que una parte de estas tropas también participará en las maniobras “Zolfagar 2” y que, en cualquier caso, sus ejercicios estarán coordinados.
A partir de hoy, Irán celebra la Semana de la Sagrada Defensa, que culminará con desfiles en Teherán y otras ciudades del país el próximo 25 de setiembre. El ministro de Información, Qorbanali Dorri Najafabadi, advirtió ayer a los ciudadanos que “cada uno debe estar preparado para actuar contra las conspiraciones enemigas”, en referencia a los sucesos de Afganistán. “Protegemos con fuerza nuestras fronteras y defendemos la sangre de nuestros queridos ciudadanos, así como la dignidad del pueblo afgano”, que Irán considera que está siendo sometido y masacrado por el grupo integrista sunita Talibán. En su opinión, “el enemigo, especialmente Estados Unidos, apoya los crímenes de los Talibán para promover una guerra religiosa en la zona y dar así un fuerte golpe al Islam”. Asimismo, calificó a los Talibán de “grupo aventurero e infiel” tras el que se encuentran –dijo–, intereses de Estados Unidos, Arabia Saudita y Pakistán.
Ayer, en Irán, cientos de miles de personas han pedido a los gobernantes una “guerra santa” (yihad) contra los Talibán y “venganza” por el asesinato a manos de milicianos de ese grupo de nueve diplomáticos y un periodista iraníes, el pasado 8 de agosto, en la ciudad norteña afgana de Mazar-i-Sharif.
El riesgo de enfrentamiento militar es grave, si los Talibán no ofrecen respuestas rápidas a Teherán, que ha exigido la liberación de los iraníes que aún mantienen en su poder, la extradición de los responsables de los asesinatos de Mazar-i-Sharif y el fin de las matanzas de civiles.
Ayer, en una reunión con el ministro paquistaní de Exteriores, Sartaj Aziz, el jefe de la diplomacia iraní, Kamal Jarazi, dejó claro que su gobierno, partidario de una solución pacífica y diplomática al conflicto con los Talibán, soporta “una considerable presión para recurrir a medidas militares”. Jarazi advirtió a Aziz que los Talibán y Pakistán, al que los iraníes acusan de apoyar a la milicia integrista suní afgana, deben tomar las medidas necesarias para “aligerar la presión y reducir la tensión en las relaciones”.
Algunos observadores han apuntado que esta advertencia deja entrever la complicada situación del gobierno “moderado” que encabeza el presidente iraní, Mohamed Jatamí, partidario de una actuación diplomática en cuestiones internacionales, pero que se puede ver empujado a la acciónmilitar por los “conservadores”, cuya cabeza visible es el líder supremo del país, Ali Jamenei.

 


 

CRECE EL CONFLICTO CON LA OPOSICION EN ALBANIA
Tirana tiranizada por el miedo

t.gif (862 bytes) En una decisión que varios gobiernos internacionales –como los de Estados Unidos e Italia– trataron de evitar, el Parlamento albanés levantó la inmunidad diplomática al líder opositor Sali Berisha y a cuatro de sus colaboradores. Sin embargo, varias autoridades albanesas aseguraron que esto no se traducirá en un encarcelamiento del dirigente porque el proceso puede tardar varios meses. Hace una semana, el líder opositor Azem Hajdari murió en lo que Berisha calificó de asesinato político ordenada por el premier albanés Fatos Nano. El dirigente del Partido Democrático (PD) encabezó ayer una manifestación de 3000 personas que pidió la renuncia del actual gobierno e hizo un llamado a los presentes para que estuvieran preparados para el “sacrificio supremo”.
La fiscalía general de Albania acusa a Berisha de “incitación a la rebelión armada”, en referencia a los disturbios del lunes, en los que sus seguidores llegaron a controlar el edificio de la radiotelevisión oficial y la sede del gobierno. Ese día murieron siete personas y las manifestaciones y los disturbios continuaron a lo largo de la semana. El procurador general albanés, Arben Rakipi, tiene la facultad de tomar unilateralmente la decisión de encarcelar al líder opositor, algo que crearía más tensiones en el país y daría por tierra con las gestiones de varios gobiernos extranjeros para que el conflicto no pase a mayores. De todos modos, el mismo Rakipi afirmó que Berisha sólo podría ser detenido cuando haya finalizado la investigación preliminar de los hechos, algo que podría demorar meses. Para varios analistas occidentales, sólo se trata de una advertencia.
Sin embargo, Berisha no modificó su tono desafiante. “No temo a la policía; mis colaboradores seguirán adelante”, dijo el dirigente en la Plaza Skanderbeg de Tirana, y repitió su llamado al pueblo albanés para que “se oponga a la consolidación de la dictadura comunista” y para que “se sacrifique” porque Nano “mata a la gente incluso cuando está durmiendo”. La multitud que lo acompañó portaba banderas albanesas y norteamericanas y algunas pancartas estaban escritas en inglés, lo que demuestra la importancia que le están dando algunos albaneses a la difusión de la situación en la televisión occidental.
Tanto Berisha como Nano pertenecieron al Partido Comunista que gobernó Albania en los años de la Guerra Fría. Estados Unidos e Italia temen que ésta sea la continuación de una serie de venganzas políticas, ya que durante el anterior gobierno, presidido por Berisha, Nano estuvo encarcelado. Además, la situación en Albania es clave para definir el conflicto de los albaneses étnicos con los serbios en la provincia yugoslava de Kosovo.

 

PRINCIPAL