PRIMER TRIUNFO DE ARGENTINOS
JUNIORS Huracán, en caída libre
Argentinos Juniors, de visitante y en una noche helada, consiguió su primera victoria en
el campeonato a costas de Huracán, que sigue sin encontrar el rumbo futbolístico y que,
además, sufrió dos expulsiones. Los simpatizantes locales se enojaron mucho con el
árbitro Roberto Ruscio debido a varios fallos desafortunados. Notoriamente, el segundo
penal otorgado a Argentinos, que convirtió con violento remate arriba Brizuela y comenzó
a definir el partido, y la mano de Cocca en su área, evidente, que habría permitido a
los de López–Cavallero tener una oportunidad desde los doce pasos. Pero está claro
que Huracán no perdió por Ruscio sino por sus propias limitaciones: una defensa que
sigue haciendo agua en forma alarmante y un ataque formado por hábiles delanteros sin
precisión a la hora de definir: Montenegro, que juega bien, buscó siempre pero se
perdió goles increíbles, es el ejemplo mayor. Además, la ingenuidad: la expulsión de
Sixto Peralta por tirarse de atrás fue ejemplar al respecto. Argentinos, en cambio, con
el partido facilitado desde el comienzo por haber abierto el marcador pronto, cuando
llegaban los dos, supo manejarse con criterio. Muy bien los dos de arriba –sobre todo
Quinteros, autor de un golazo, el tercero– y mucho más ordenados en todas sus
líneas. El trabajo de Markic en la contención y el equilibrio y de Cartés en la
conexión con los de arriba fue fundamental, bien complementados por Ledesma y Solana, y
una línea de fondo que se va afirmando partido a partido. Curioso: los dos tienen sólo
siete puntos. A Argentinos le costaba ganar; Huracán ya no sabe no perder.
Argentinos Juniors, de visitante y en una noche helada, consiguió su primera victoria en
el campeonato a costas de Huracán, que sigue sin encontrar el rumbo futbolístico y que,
además, sufrió dos expulsiones. Los simpatizantes locales se enojaron mucho con el
árbitro Roberto Ruscio debido a varios fallos desafortunados. Notoriamente, el segundo
penal otorgado a Argentinos, que convirtió con violento remate arriba Brizuela y comenzó
a definir el partido, y la mano de Cocca en su área, evidente, que habría permitido a
los de López–Cavallero tener una oportunidad desde los doce pasos. Pero está claro
que Huracán no perdió por Ruscio sino por sus propias limitaciones: una defensa que
sigue haciendo agua en forma alarmante y un ataque formado por hábiles delanteros sin
precisión a la hora de definir: Montenegro, que juega bien, buscó siempre pero se
perdió goles increíbles, es el ejemplo mayor. Además, la ingenuidad: la expulsión de
Sixto Peralta por tirarse de atrás fue ejemplar al respecto. Argentinos, en cambio, con
el partido facilitado desde el comienzo por haber abierto el marcador pronto, cuando
llegaban los dos, supo manejarse con criterio. Muy bien los dos de arriba –sobre todo
Quinteros, autor de un golazo, el tercero– y mucho más ordenados en todas sus
líneas. El trabajo de Markic en la contención y el equilibrio y de Cartés en la
conexión con los de arriba fue fundamental, bien complementados por Ledesma y Solana, y
una línea de fondo que se va afirmando partido a partido. Curioso: los dos tienen sólo
siete puntos. A Argentinos le costaba ganar; Huracán ya no sabe no perder.