Por Juan José Panno
Palermo está
agrandado, se siente ganador, incontenible, cree que todo es posible y lleva como acoplado
de su fe a la enorme legión de hinchas de Boca. Su porcentaje de eficacia alcanzó ayer
el ciento por ciento: 2 goles de 2. En lo que va del campeonato Boca metió 21 goles, de
los cuales 10, casi el cincuenta por ciento, fueron del grandote del mechón rubio. En 7
partidos, 10 goles da un promedio de un grito cada 63 minutos de juego. Los números
simplifican la explicación pero tal vez resulten insuficientes para graficar lo que
simboliza el momento de Palermo para propios y extraños. Su presencia en la cancha asusta
a los contrarios y tranquiliza a los compañeros quienes saben que aparecerá en cualquier
momento para poner la cabeza, la zurda, la derecha, la rodilla, el hombro, el culo en
dirección de la red. Los dos goles de ayer fueron con su pierna más
hábil, la zurda: en el primero, empujó la pelota y la mandó al fondo del arco vacío,
previa escala en un poste, después de un centro de Arruabarrena; en el segundo, recibió
un toque tan sutil como magistral de Riquelme en el área y clavó el remate abajo, contra
un poste, inatajable. Fue la figura de Boca por los goles, por lo que representa, por los
dos pases de gol que le dio a Guillermo y por su generosidad, también para rechazar casi
todos los centros que cayeron desde el corner en jurisdicción de Córdoba.
Tan importante se siente Palermo que en algunos pasajes del partido,
cuando a Boca no le salían bien las cosas, se fue a jugar de lanzador, tirándose
demasiados metros atrás, donde pesa poco, como si sintiera la obligación de generar el
fútbol que otros, más capacitados que él para eso, no podían.
Tan agrandado está, que con el partido 2 a 0 se animó a tirar primero
una rabona y en la jugada siguiente un taco con la pelota en el aire, que no le salieron
del todo bien y que provocaron más aplausos que risas. Nadie confundió estas actitudes
con burdas canchereadas; más bien habría que pensar en el sentimiento de sana
competencia con hombres más sensibles que usan la camiseta azul y oro. "Yo también
puedo", supone uno que se le debe haber cruzado por su cabecita, en medio del ratito
de toque que hacía delirar a la gente, cuando la chapa ya estaba puesta.
Palermo se ganó el primer plano en el cuadro de honor, pero en la foto
también entraron, aunque medio de costado, Serna, Riquelme, Barros Schelotto y Samuel. El
colombiano, puro corazón, fue útil para desactivar los circuitos de Newell's; Riquelme,
apareció poquito en el primer tiempo, tapado por París, pero encendió todas las luces
en el segundo; Guillermo amenazó con su variado repertorio de gambetas y Samuel mejoró
el bajo promedio de los dos del fondo, porque Matellán y Traverso reprobaron la materia
seguridad.
Palermo fue de los pocos que llegaron en hora al partido y al minuto de
juego metió un cañonazo cruzado que salvó Cejas. La mayoría de los jugadores de Boca,
tal vez confundidos por los diferentes horarios que se barajaron para este partido en la
semana, entraron en escena después de las cinco y cuarto de la tarde, cuando promediaba
el segundo tiempo. En el primero, los rosarinos defendieron bastante lejos de su propio
arquero, con el recurso de manejar la pelota y no dejarle espacios a Riquelme y le
pusieron un manto de plomo al partido. A tal punto que cuando faltaba poco para terminar
los 45m iniciales la hinchada de Boca empezó a pedir "un poco más de huevo",
impaciente por lo que veía. Pero ocurre que, aún jugando mal, Boca sumaba situaciones de
gol. El partido se terminó exactamente a los 19m del período final, cuando Serna robó
con foul no cobrado en el medio e inició un contragolpe que terminó con la pelota en la
red y París en los vestuarios, por protestarle a Madorrán. Quince minutos después
llegó el doblete y sobre la hora descontó Fagiani, en la única llegada clara de
Newell's. Una ráfaga de terror recorrió la Bombonera, pero sólo duró algunos segundos,
porque ni siquiera hubo tiempo para que los rosarinos llegaran otra vez al área.
Con altibajos, ganó bien y quedó solo en la punta. Es cierto que no jugó con ninguno
de los grandes ni con Vélez, ni con los que están más arriba. Pero así como viene,
agrandado, parece que Boca (o habrá que decirle Sportivo Palermo) no se achicará ante
nadie.
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* En el primer tiempo
Boca se mimetizó con los Back Street Boys (mucha hinchada, pocos intérpretes) que
habían actuado viernes y sábado en el mismo escenario, pero en el segundo recuperó el
buen gusto y la afinación.
* Newell's, que armó un esquema
cauteloso, con muchos volantes cuyo objetivo central era mantener la pelota lejos de su
arquero, en el primer tiempo se las ingenió para no parecer menos que su rival. Pero
después se rindió ante Palermo, goleador y figura.
* Aun en sus peores momentos Boca
mostró su potencial ofensivo y si no llegó antes al gol fue por las buenas atajadas de
Cejas.
* Madorrán se equivocó parejito: no dio un claro
penal a Guillermo y no cobró una falta de Serna que originó el primer gol de Boca y la
expulsión de Paris. |
CARLOS BIANCHI ANALIZA A SU BOCA PUNTERO
"El equipo juega como quiero
yo"
Está conforme pero no satisfecho.
Acepta que el equipo se mueve como él lo pide, pero reclama a sus jugadores que no se
duerman sobre los laureles que todavía no consiguieron y exige mantener la misma actitud
de estas primeras siete fechas. El técnico del líder solitario conversó con Líbero
durante toda la semana, luego del triunfo con Belgrano, antes y después de la derrota con
Vélez y tras la victoria de ayer sobre Newell's. La síntesis dejó estas diez claves de
la campaña de Boca. |
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Por Facundo Martínez1 El
partido contra Newell's fue muy peleado y no jugamos bien. Lo empezamos a hacer cinco
minutos antes del primer gol. Tenemos que mejorar y sobre todo no tenemos que
desconcentrarnos cuando tenemos la pelota. Elegí a Matellán, pese a que lo hice jugar a
contrasentido, porque es más rápido que Ortiz y porque tuve en cuenta que Zamora y
Quintana son jugadores muy rápidos. El equipo fue inteligente porque pensó en ganar
desde el vamos y evitó descubrirse para los contragolpes de Newell's.
2 Yo no soy muy complicado, no le complico nada a nadie. El fútbol
es simple, yo acepto a los que hablan horas y horas pero para mí esto no es tan
complicado. A veces es el jugador el que lo quiere complicar, a veces nosotros los
técnicos. Entonces lo que yo quiero es que el jugador haga en la cancha lo que le estoy
pidiendo desde el punto de vista táctico. Eso no significa que no pueda explotar sus
virtudes. Yo soy un hombre libre, no le voy a prohibir a nadie que demuestre todo lo que
sabe, sólo que respete el lugar donde yo le digo que juegue. En ese sentido es fácil
comprenderme. El que no me comprende es porque es un poco obtuso.
3 Lo más positivo es la actitud de Boca, que desde el vamos quiere
ser protagonista. Creo que entendieron muy bien lo que yo deseo. A mí me gusta tratar de
manejar el partido, de tener la pelota. Yo soy un convencido de que el que tiene la pelota
tiene mas posibilidades de ganar el partido. Creo que en ese sentido Boca hace lo que yo
deseo. Para tener la pelota uno tiene que tener movilidad, manejo y actitud agresiva para
manejarla y para recuperarla lo más rápido posible. A mí no me gusta pararme de
contragolpeador, pero a veces no queda otra.
4 Tengo un grupo de jugadores muy interesantes. Dentro de ese grupo
hay quienes juegan más seguido y hay quienes no. Los que no, tienen que estar preparados.
Antes de empezar el campeonato todos pensaban que cualquier volante iba a jugar en lugar
de Navas o que Rosada iba a jugar en lugar de Serna. Nadie sabía nada. Yo saco los 11 que
están mejor. Aunque digan que unos juegan el campeonato y otros la Mercosur. Prefiero
mantener lo que pusimos en plaza. Hay que esperar, no se puede cambiar a un jugador a los
cinco minutos.
5 Sí, el equipo juega como quiero yo. Este es un plantel muy
disciplinado, muy propenso al trabajo, a escuchar lo que uno le dice. Y eso hace que las
cosas se faciliten más. Pero todavía falta mucho y hay que mejorar muchas cosas.
6 Para ser campeón hay que ir de a poco. Vélez en el '93 no era
un equipo ganador, se fue forjando de a poco y después hay que seguir trabajando. Uno se
puede equivocar pero la actitud tiene que ser siempre la misma para que un suceso no te
haga caer mentalmente. Los equipos que quieren estar arriba tienen que tener esa reserva
moral que mostró Boca en el partido con Belgrano.
7 A mí no me gusta engrupir a los jugadores. Yo les digo las cosas
como son. Tenemos que saber muy bien que estar primeros no tenemos derecho a creernos
algo. No tenemos derecho a creer en nada porque todavía no ganamos nada. Aunque uno gane
tiene que hablarle claro a los jugadores. "Bueno, se ganó, tres puntos y
listo", a partir de ahí uno empieza a hablar con ellos "esto está mal, esto
también, etc", y a veces se sacan cosas positivas de una derrota.
8 Yo tengo que encontrar un equilibrio del equipo. No es sólo
defensivo, porque defensivamente tiene que participar todo el equipo. Tenemos que decir:
cuando no tenemos la pelota no son sólo los cuatro de atrás los que tienen que impedir
que nos hagan goles, todos tenemos que colaborar en ese sentido. Así como los de atrás
recuperan la pelota para que los de adelante tengan el placer de convertir, tenemos que
pensar que los otros también tienen que colaborar para recuperar la pelota y que no nos
lleguen a hacer goles.
9 En la defensa no se pudo tener estabilidad. Hay que tener en
cuenta que Bermúdez no hizo la pretemporada con los demás, que Ibarra se incorporó un
poco antes de empezar el campeonato. Y Samuel y Arruabarruena tampoco estaban
acostumbrados a jugar juntos. En el caso de Córdoba, yo creo que él a veces se siente
más jugador que arquero. A él le gusta jugar en el área y primero tendría que ser
arquero antes de ser jugador. En eso es lo que tiene que trabajar.
10 Barros Schelotto es un jugador muy inteligente. Yo digo que es burbujeante:
nunca se sabe para dónde va a ir con la pelota, ni él lo sabe. Y ahí esta su
inteligencia, cuando logra sacar diferencia, ahí es cuando piensa. Palermo está en un
muy buen momento y creo que en eso tiene que ver la forma en la que está jugando. Tiene
mucha mas movilidad. Yo digo que si uno se acostumbra a estar marcado después no puede
moverse mucho, y Palermo está moviéndose todo el tiempo. Eso sí, él sabe que siempre
tiene que estar en el área para terminar la jugada. |
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