Un clásico reñido y lindo de ver
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Por Juan Sasturain Un partido es también un repertorio de síntomas. Si uno pasa revista a los síntomas, puede diagnosticar salud, enfermedad, estado cataléptico, pronóstico reservado. Un síntoma son las siempre discutibles calificaciones de los protagonistas. En Independiente-River, repasando los puntajes, se descubre por qué el partido fue bueno: hubo un montón de jugadores que intentó jugar y que lo logró aunque sea en parte. Mondragón, Ramírez, Rotchen, Milito, Hanuch, Garnero, Cambiasso y Graf por el lado de Independiente, y Burgos, Sorín, Aimar por el de River, jugaron bien con recursos leales e intención de colaborar con su equipo y así para el bien del espectáculo. Otro síntoma son las actitudes de la hinchada. Recordando los sonidos de ayer se concluye que el partido fue caliente. Los hinchas de Independiente, sobre todo, se prepararon para una gran fiesta y se dispusieron a montarla a contrapelo de reglamentos y recomendaciones. Mientras tiraban petardos y bombas de estruendo en cantidad --casi agotan el stock antes de que salieran los rojos--, cantaban: "El juez Perrotta... El-juez-Perrotta.. A todos los del rojo les chupa las pelotas". Y tiraban para arriba. Después de ese sentido homenaje se dedicaron más puntualmente a silbar al unísono con sus colegas de River a Castrilli y posteriormente, a lo largo de todo el partido, a insultar a Víctor López, sobre todo los plateístas: "Tomate el aliscafo, uruguayo". Finalmente, los rojos de la tribuna fueron atronadores tres veces: al final del primer tiempo, al salir Garnero y al terminar el partido. Con toda la voz contenida por la malaria consecuente. Otro síntoma es el grado de evidencia del árbitro: si se vio, si pasó inadvertido, si nadie se enteró de quién era. Ayer, Castrilli, en un partido tranqui, sin violencia ni insubordinaciones notorias, debe haber sido, de los 25 que estaban de cortos (veintidós jugadores más tres jueces) el que concentró mayor atención. Durante diez minutos previos al partido, por ejemplo, todos lo miraron sólo a él mientras desalojaba intrusos y molestos. Durante el partido provocó innumerables situaciones de extremo suspenso en que todo el mundo estaba pendiente durante larguísimos segundos de los movimientos de su mano al bolsillo superior: "¿Sacará o no sacará?". Y sacó: once amarillas, once... Que se convirtieron en dos rojas por acumulación --Sánchez y Gómez-- y en roja directa en el caso de Berizzo. Además, fue eje de las miradas en los penales que dio y en el que se comió y en el gol anulado a Independiente y en la descripción gestual con que justificaba cada tarjeta (la guadaña, la reiteración de faltas) y en... Conclusión: hubo exceso de referato, de aparato, de mandato, de silbato. Y no lo consiguió arruinar. Otro síntoma para definir un partido es si hubo algún hecho (o alguien que provocara un hecho) imprevisible. Y lo hubo ayer: Graf, el pibe Graf, no estaba en los planes o los sueños de nadie excepto en los suyos propios. Y apareció, como debe ser, en el peor momento de su equipo para transformar la situación. Fue en los últimos tres minutos claves de la primera etapa. Hubo una jugada de Guerrero que terminó en toque hacia atrás de Panchito, choque y caída de él y de otro compañero. River despejó y Castrilli hizo un insólito "siga siga" entre un mar de puteadas. Pancho quedó allí dos minutos tirado mientras el juego seguía. Castrilli paró el juego, lo miró de cerquita y lo dejó salir. Entró Graf y la primera que tocó le hicieron (no le hicieron en realidad, pero Castrilli cobró) penal. Tiró Garnero y gol. Después, se dedicó todo el segundo tiempo a ser la figura del partido: puso, peleó, ganó, tiró y habilitó, lo bajaron otra vez, hizo la pausa, se perdió un par de goles... La figura fue un tapado, algo que un clásico agradece para hacerse recordable.. El último síntoma que hace a un partido interesante es la tensión. Y éste tuvo toda la tensión. Cómo habrá sido de atrapante que el tren que pasa por detrás del ángulo izquierdo de la tribuna visitante y mira y se deja ver por el hueco venía rápido y se demoraba para no perderse nada. Sobre ese agosto puente de fierro había gente mirando el partido también. Y saludaban. Cuando fue el segundo gol del Rojo saltaban sobre el fierro... El panorama desde el puente debe haber sido extraordinario.
"Es el peor momento"
"Un momento como éste nunca lo vivimos; nunca estuvimos peor. Nos faltó manejo de la pelota y del ritmo del partido y además no fuimos contundentes. A partir de ahora las presiones serán muy grandes", puntualizó Ramón Díaz luego de la derrota ante Independiente. Por primera vez, el técnico reconoció que su equipo se encuentra sumergido en una profunda crisis futbolística. Por otro lado, el presente de Independiente aparece muy distinto. Los dirigidos por Menotti están en plena recuperación, y la gente mantiene la ilusión intacta de luchar por el campeonato. Pero después de los resultados viene el análisis. Y conviene ir por orden.
River (primera parte): Desde la eliminación en la Copa Libertadores frente al Vasco Da Gama, el equipo no pudo volver a encontrar el camino que lo llevó a ganar cinco títulos. "Fue un golpe duro, teníamos muchas esperanzas de volver a ganar la Copa y conseguir la Intercontinental, era una cuenta pendiente. Ahí comenzó esta racha negativa", le confesó a Líbero Juan Pablo Sorín. La ida de jugadores importantes fue otro factor determinante para que el equipo haya bajado el nivel de juego: "Llegaron otros de características diferentes y todavía no lograron amoldarse en el esquema que pretende el técnico", agregó el defensor.
Independiente (primera parte): La vuelta de Menotti no era suficiente para que el equipo pudiera revertir el pobre desempeño que tenía dentro de la cancha. Independiente insinuaba pero no terminaba de concretar todo lo que prometía. "La realidad no era buena y estaba a la vista. Pero cuando el equipo sale a jugar, se compromete a dar todo lo que tiene. Vamos a luchar hasta el final. Este Independiente ya demostró que puede ser protagonista. Por eso la gente sigue alentándonos", remarcó Menotti.
River (segunda parte): La de ayer fue la cuarta derrota en cinco partidos. Las razones que dieron algunos jugadores fueron diversas. Mientras Germán Burgos comentó que "de esto salimos jugando bien al fútbol", Ramón Díaz señaló que "sentimos la ausencia de jugadores claves como Gallardo, Berti y Astrada. En este momento contamos con muchos jóvenes que no están acostumbrados a tantas responsabilidades. Hablaré mucho con los jugadores durante la semana, fundamentalmente para ver qué pasó en el segundo tiempo". Nuevamente, River comenzó ganando un partido y terminó perdiendo: "Hay que saber soportar todo esto, en otras oportunidades nosotros salíamos victoriosos en peores situaciones, pero ahora nos toca perder. No podemos olvidarnos de todo lo bueno que hicimos tan rápidamente", explicó Berizzo, uno de los que se fue expulsado por el árbitro Castrilli. Sobre las versiones que indican el alejamiento del técnico ante cada resultado adverso, Sorín argumentó que "lamentablemente es normal que hablen de esto, pasa en todos los clubes grandes. El único secreto es volver a las fuentes, acá pensamos con ambición. Que no se hable más de transición ni de nada que no tenga que ver con el juego. De esto se sale jugando bien". River se aleja de la disputa en el Apertura y acusaciones comienzan a ser cada vez mayores.
Independiente (segunda parte): los jugadores parecen comprometidos con la idea de Menotti. No sólo se sienten cómodos con la propuesta, sino que apoyan al entrenador cuando los resultados no son favorables. Ayer, por ejemplo, Daniel Garnero negó que haya sido el mejor partido de Independiente, aunque reconoció que por haber sumado los tres puntos "muchos piensan que fue así". En coincidencia con su compañero se expresó el volante Esteban Cambiasso, "esta tarde se observó un buen espectáculo, pero no jugamos todo lo que podemos. Creo que en el partido ante Vélez conseguimos un mejor rendimiento, pero en esa oportunidad no ganamos, y la gente se puede confundir". Con respecto a su buen momento personal, Cambiasso le dijo a Líbero que "no me considero titular, yo peleo por un lugar y juego donde sea. Intentaré lo de siempre: olvidarme de las presiones y disfrutar dentro de la cancha". El conjunto de Avellaneda se puede prender en la disputa del título, si consigue vencer a Belgrano de Córdoba el próximo miércoles, en el partido correspondiente a la primera fecha del torneo.
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