Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira



La recesión que se viene


Por Claudio Uriarte


t.gif (67 bytes)  La recesión llegará a la Argentina con plena fuerza en marzo de 1999. Esta hipótesis se desprende de una concatenación de fechas electorales fijas y de contextos económicos poco modificables que se despliegan más o menos de la siguiente manera.

El 4 de octubre hay elecciones presidenciales en Brasil. El 3 de noviembre, parlamentarias y de gobernadores en Estados Unidos. En Brasil, todo indica que va a ganar Cardoso. En EE.UU., la tendencia es a la desmoralización de las filas demócratas por el affaire Lewinsky, su baja concurrencia a las urnas y la consiguiente retención por los republicanos --que sí van a votar, y en manadas obedientes de derechistas cristianos-- de su mayoría en el Congreso.

El 5 de octubre, exactamente un día después del triunfo de Cardoso, Brasil empieza a devaluar el real, lo que se ha vuelto inevitable por la fuga de divisas. Probablemente no lo haga de golpe, a la rusa, sino con microdevaluaciones: el gradualismo es el estilo brasileño y además Cardoso no tiene ningún interés en espantar inversores o hacer estallar al Mercosur. Pero esas microdevaluaciones serán más numerosas y tendrán un efecto acumulativo más profundo, porque el real nunca sufrió tanta presión como ahora.

Simultáneamente, en EE.UU., Clinton va a ser cada vez más erosionado por los republicanos nuevamente triunfantes. Lo van a seguir acosando, y cada vez más insolentes, con Lewinsky, el Travelgate y otras trivialidades del estilo, pero el efecto neto va a ser que Clinton no va a tener autoridad para reclamar al Congreso el dinero que necesita para llenar de vuelta las deprimidas alforjas del FMI y, por tanto, detener la recesión mundial. El presidente puede en este punto renunciar, pero no importa: queda Al Gore, a quienes los republicanos ya tienen agarrado por el escándalo de la financiación de las campañas. Cualquier irresponsabilidad con tal de ganar las elecciones presidenciales de 2000.

Con EE.UU. autoabsorto en la campaña moralizadora del fiscal Starr, las microdevaluaciones brasileñas proceden sin prisa pero sin pausa. La cosa no se nota mucho, especialmente durante los meses estacionalmente deprimidos del verano, pero en marzo la Argentina debe decidir entre devaluación o recesión. Elige recesión.

Sólo Alan Greenspan podría salvar el día --tal vez-- si baja la tasa de interés americana. Y quién sabe, porque tal vez lo que los inversores lean en eso sea que la Reserva Federal entró en pánico.

PRINCIPAL