"Oyarbide se confió demasiado"
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Por Susana Viau Antonio Soldano tiene 32 años y una profesión: regente de prostíbulos masculinos. Era el dueño de Spartacus, el petit hotel del Barrio Norte donde se desarrolló buena parte del escándalo que tiene al filo del juicio político al juez federal Norberto Oyarbide. Soldano tiene 32 años, pero parece muchísimo menos: es un joven simpático, de maneras corteses y fallidos que lo hacen hablar en italiano porque su familia es de Catanzaro, Calabria. Es seguro que sabe más que lo que dice y que lo que ha declarado tres veces ante el juez de instrucción Fernando Rodríguez Lubary. Pero lo que dice beneficia siempre a Oyarbide, a quien llama, con respeto, "el juez". "Usted sigue creyendo que estoy acá para ayudarlo. pero no es así. Lo hago por mí", asegura. También asegura que el suyo es el nombre más importante en el negocio de la prostitución masculina. --¿Usted era el dueño de Spartacus? --El único, a pesar de que hay muchas versiones. El único dueño. --¿Qué rol tenía allí Luciano Garbellano? --Empleado, taxi boy. Chicos que han trabajado conmigo desde el '94 cuentan que Luciano era modelo masculino en otras agencias antes del '90. --Esto de "agencias", "modelos", son eufemismos. --Le dan visos de legalidad a los saunas, a las casas de masajes. --¿Cuándo dejó de funcionar Spartacus? --Cuando estalló el escándalo y se rumoreó la existencia de videos que involucran al juez Oyarbide. --¿Qué protección tenía Spartacus para subsistir tanto tiempo? --Protección política o policial no tenía. Spartacus tenía su cobertura. Un piso estaba habilitado como agencia de contratación de actores y modelos publicitarios. Ni los vecinos sabían qué funcionaba en la casona. La policía labró varias infracciones. Además, cualquier ciudadano que abre el diario puede leer el ofrecimiento de estos lugares. Y como lo puede ver un ciudadano común lo puede advertir un fiscal, un juez o un policía. Si es un ilícito tan grande, está en ellos hacer algo. --El juez Oyarbide iba allí. --Iba al tercer piso, eso es lo que me consta. Luciano vivió en el tercer piso y ahí recibía a sus amistades, su gente de confianza. --Para casa era un poco extravagante y quien aparece en el video no es Luciano Garbellano. --Era una casa que estaba ambientada de una manera especial, pero no era tan evidente que fuera un lugar de citas. Cada piso tenía entrada independiente y no se advertía groseramente la existencia de un prostíbulo. El chico que aparece es un "personal trainer". El juez, por lo que sé, fue en dos o tres oportunidades. --¿Usted lo conoció? --Sí, lo vi dos veces. Me lo presentó Garbellano como un amigo que era... un juez. --¿Y a usted cómo lo presentó? --Como un amigo. --¿Dentro de Spartacus? --La primera sí. La otra fue en El Mirasol. --¿El comisario Roberto Rosa conocía Spartacus? --Eso no lo sé. Supe por los medios que había un comisario de Seguridad Personal llamado Rosa. --¿Garbellano se dedicaba a la extorsión? --No sé si se dedicaba, pero si no lo logró, al menos lo intentó. Los hechos están a la vista. No hay duda de que Oyarbide fue su víctima. --¿Quién es Hernán Cattáneo? --Al principio Cattáneo frecuentaba el lugar y después se hizo amigo de la casa, venía, tenía tratos conmigo, con los chicos, con Luciano Garbellano. Con Luciano tenía un trato especial porque se había hecho muy amigo, lo llevaba a todos lados, le facilitaba cosas que hoy Luciano tiene, en cuanto a bienes: tarjeta de crédito, el crédito hipotecario con el que pudo comprar la casa y el auto. Incluso contactos para su carrera artística. --Cattáneo fue quien llevó a Luciano a Zárate cuando lo balearon. --Es lo que surge de los dichos de Luciano. Luciano tiene varias versiones respecto de para qué iba a Zárate. Una dice que iba a ver un productor de tevé, otra que iba a la quinta de un amigo, otra que iba a negociar videos. Y está la versión de los policías que hacía también referencia al tema de videos. Parece que había una negociación pero no se sabe de qué ni con quiénes. --¿Por qué usaba Cattáneo credenciales del Ministerio del Interior? --Creo que trabajó para algún ministerio, en una subsecretaría. --No fue esa la primera vez que atentaron contra Garbellano. En la primera le dieron con un cricket en la cabeza y recibió 70 puntos de sutura en el Hospital Alemán y en la segunda llevaban armas con silenciador. --Tiene buena información. Las dos fueron en Spartacus. Una fue contra él y la segunda con robo y destrozos en la habitación que él ocupaba. Por ese entonces Luciano tenía muy buenas relaciones con Oyarbide. Era un chico con muchos problemas, un personaje atípico. --¿A usted no lo preocupó el asunto? --Sí, mucho, y hubo chicos que dejaron de trabajar en la casa. --¿Cómo es Garbellano? --Un águila, muy hábil para tergiversar. Es un destructor, destruye todo lo que toca, engaña mucho a la gente. He conocido muy buenas amistades a las que ha destruido. --¿Y a Oyarbide cómo lo definiría? --Como a un hombre que creyó, que confió demasiado y al que le fue mal. Mal porque tanto él como otros no advirtieron lo que esconde realmente Garbellano. --El juez no se enteró de quién era Garbellano, quién era Perciavale, o quién era Martins, todos dueños de prostíbulos. No se enteraba de nada. --Sí, confió demasiado. Se equivocó, como me equivoqué yo permitiéndole a Luciano vivir en el local. Luciano no tiene escrúpulos. La gente es su instrumento. Yo no pongo la mano en el fuego por Oyarbide, hablo de Spartacus. No me pueden decir a mí que Oyarbide era socio del lugar o que la policía lo protegía porque el único que sabe qué pasaba ahí soy yo. Tony Soldano manejaba el dinero, pagaba la publicidad y el alquiler, los gastos más altos que tenía la casa. Estoy muy dolido porque fue en mi lugar, en Spartacus, que le tendieron una trampa al juez. A Luciano le fue mal con la extorsión, el juez no aceptó y Luciano lo arruinó. --Hay una amenaza de muerte a un recepcionista de El Mirasol. --El juez habrá advertido que había un complot entre Zinnedine Rachem y Garbellano. Aun cuando Luciano ya no vivía ahí invitaba al argelino y hacían un tour en la casona. --¿Un tour? --Y... un tour ahí adentro, recorrían todo el edificio. Yo creo que el argelino fue el instrumento de Luciano para la extorsión a Oyarbide. Y cuando el juez advirtió la maniobra y en un estado de... desesperación, lo amenazó. Pero tengo entendido que se refería al trabajo. --¿Así que si dicen "te quedan 48 horas de vida" hay que entender que a uno lo quieren hacer echar del trabajo? --Bueno, es una frase un poco llamativa. Pero lo dicen los testigos. --No, lo dice el defensor del juez, Juan Pedro Cortelezzi. Y usted lo ve a Cortelezzi. ¿Para qué va a su estudio? --Fui en dos oportunidades al estudio porque estaba citado en la causa. --¿Y no tiene su propio abogado? --Sí, lo que pasa es que yo testifico para mí, para librarme del cohecho y lo de corrupción de menores. Eso, evidentemente, le sirve a Oyarbide para demostrar que no era socio comercial del lugar. No vi ninguna cosa rara en ir a ver a Cortelezzi. --Usted juega sus piezas en favor del juez. --No es la intención de mi parte. Si el juez se equivocó y pone en riesgo su carrera es su problema. Si les sirve mi testimonio lo evaluarán él y su abogado. Yo fui porque estaba preocupado por lo mío. Para los malintencionados, le estoy sacando las papas del fuego. --¿Aprobaría el juicio político a Oyarbide? --No sé respecto de qué conducta, porque si van a dar prioridad a su condición sexual yo diría que el que está libre de culpa que tire la primera piedra. Porque entre los diputados también hay quien ha puesto el pie en Spartacus. --Al juez lo investigan por amenazas y cohecho. --¿Cohecho en qué caso? --El del Hard Rock Cafe. --Eso es una fábula de Garbellano. Uno de los socios del Hard Rock tenía mucha afinidad con la casa y Luciano sabía de la existencia de la causa que manejaba Oyarbide. Le habrá insinuado que le podía arreglar el tema. --Parece el vocero de Oyarbide. --Luciano es fabulador. No me cabe duda de que quiso aprovecharse pasando por nexo entre su cliente y el juez. --Y además de fabulador es tonto. Cree que la gente suelta alegremente un cuarto de millón. --Yo señalo cómo creo que ocurrió en base a lo que es Luciano. A lo mejor no es así y pagaron la coima. Parece que defiendo al juez, pero no es verdad. --¿Después de tanto jaleo volverá a abrir otro Spartacus? --Es probable que sí.
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