Brasil espera un rescate de "Los 7"
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Brasil confía en que los países desarrollados y el FMI terminen dándole una manito para superar la crisis. En medio del desplome generalizado de los mercados bursátiles de Asia, Europa y América latina, el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán, confió ayer en que una "acción coordinada y preventiva" por parte del Grupo de los Siete (países industrializados), en conjunto con los organismos multilaterales de crédito, podría materializarse a fin de mes, cuando en Washington se realice la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial. En la Bolsa de Buenos Aires, las acciones líderes cayeron en promedio 0,9 por ciento. En San Pablo, la baja fue del 3,9 por ciento. Durante la rueda de ayer en el mercado local, los papeles empresarios se movieron al ritmo de las noticias que llegaban desde el exterior. No bien empezó la sesión, el índice de acciones líderes MerVal mostró una clara tendencia negativa --llegó a rozar una caída del 3 por ciento--, influenciado por los fuertes derrapes en Asia y el caos económico en Rusia. Tokio cayó 2,8 por ciento y Hong Kong 3,7. En Europa se registraron mermas de hasta 5,5 por ciento. Durante la tarde, tres novedades lograron amortiguar la caída: * La ratificación de la calificación de la deuda de largo plazo argentina por parte de Standard & Poor's. * La desmentida de Malán sobre un eventual control de capitales en Brasil y la devaluación del real. * La interpretación que llegó desde Wall Street de que la imagen de Bill Clinton no fue dañada por la difusión del video sobre el caso Lewinsky. De hecho, Nueva York finalizó con una suba del 0,5 por ciento. Lejos de despreocuparse por la evolución de la crisis, los financistas volvieron a moverse con cautela: apenas se negociaron 17,2 millones de pesos, la tercera parte del monto transado en los primeros días de la semana anterior, cuando las acciones se comportaron en alza. Entre los papeles que más cayeron estuvieron Alpargatas (- 9,6 por ciento) y Bansud (- 5,8). En tanto, los inversores internacionales buscaron refugio en la segura plaza de los bonos a 30 años del Tesoro norteamericano, cuya tasa implícita tocó el mínimo histórico del 5,04 por ciento al cierre. Durante toda la jornada de ayer, el gobierno brasileño se encargó de tranquilizar a los mercados. Primero fue Malán, desmintiendo por enésima vez la maxidevaluación del real, negando la posibilidad de un control cambiario que limite la salida de dólares desde Brasil y augurando que la Reserva Federal (banca central norteamericana) bajará las tasas de corto plazo en su reunión del martes de la próxima semana. Después fue el turno del presidente del banco central brasileño, Gustavo Franco, de salir a aquietar las aguas. "Existe la intención de usar los mecanismos internacionales para construir una red protectora y se están efectuando conversaciones ante las autoridades internacionales", dijo el banquero desde Río de Janeiro. Precisamente, ayer también se supo que el gobierno de Fernando Henrique Cardoso negocia desde hace un mes con el FMI la creación de un fondo de emergencia, que sería por unos 16.000 millones de dólares. Ese fondo, aclaró el gobierno del país vecino, sería utilizado sólo en caso de necesidad, y no funcionaría como un salvataje al estilo de los que el Fondo envió a los países del sudeste asiático. Si bien la evolución de la crisis en Brasil es lo que más les preocupa, siguiendo
día a día la salida de divisas, los financistas no le sacan el ojo a Rusia. Ayer, el
rublo se desplomó 10 por ciento --se cotizó a 18,5 unidades por dólar-- y el gobierno
debió suspender las operaciones de cambio. Ante la falta de fondos, los principales
bancos transformaron compulsivamente los depósitos en rublos en bonos de largo plazo,
para evitar la quiebra. |