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"Frontera sur": una de argentinos y españoles

El film de Gerardo Herrero, con Laura Novoa, Federico Luppi y Gastón Pauls, cosechó tantos silbidos como aplausos ayer en San Sebastián.

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Federico Lupi trabaja de taquito su personaaje, un compadrito

Por Alberto Ojam
Desde San Sebastián


t.gif (67 bytes)  Actores y temas argentinos saltaron al primer plano en el festival de cine de San Sebastián al entrar ayer en concurso Frontera sur, donde Federico Luppi, Laura Novoa y Gastón Pauls comparten papeles principales con figuras de otros orígenes en una adaptación de una novela del argentino Horacio Vázquez Rial. Si bien es cierto que el director es el español Gerardo Herrero y que productoras hispanas costearon la mayor parte del presupuesto (junto a capitales argentinos, alemanes y franceses), hay otros datos para considerar como argentina una parte de la paternidad del film. La banda sonora fue compuesta por Luis Enrique Bacalov, el argentino que escribe música para el cine italiano desde hace más de 30 años y que ganó el Oscar por la partitura de El cartero y el rodaje se concretó en la Argentina, mayormente.

Interesado de siempre por las diferentes culturas y el modo en que se mezclan, Herrero había observado que el cine de su país se ocupó muy poco de la relación entre los españoles emigrantes y los nativos de las naciones americanas donde se instalaban. El director de Territorio Comanche halló el vehículo ideal para enfocar aquel tema en la novela de Vázquez Rial, que adaptó para narrar 20 años --desde 1880 a 1900-- en las vidas de dos europeos llegados a la por entonces Gran Aldea, un gallego y un alemán que se hacen amigos y mantienen ese vínculo aunque sus caracteres y sus visiones del mundo sean distintas. Más allá de las buenas intenciones y del evidente esfuerzo de producción efectuado para reconstruir la época en el mismo Río de la Plata, Frontera... explica con una conversación tras otra lo que debió expresar con más imágenes y más acción y encierra las situaciones casi siempre entre cuatro paredes.

El producto queda entonces como una de esas telenovelas "históricas" que los canales argentinos de televisión proponían hasta hace un par de años, lo que quizá no sería malo si esto no se tratara de cine. Pero el guión falla: suenan increíbles el patrón y la madama que, de tan generosos, protegen antes que explotar a sus empleados, y el realismo mágico se torna clisé en la figura del fantasma de un compadrito muerto en un duelo, al que Luppi interpreta como de taquito. Los silbidos --los primeros escuchados en San Sebastián para un film incluido en el concurso oficial-- fueron tantos como los aplausos en la exhibición matinal de ayer.

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