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La crisis ya sumó 10 millones de desempleados

La OIT calculó dichas consecuencias a nivel mundial y asegura que la cifra seguirá creciendo hasta fin de año. La Argentina es citada como “ejemplo” de crecimiento sin empleo y alta precarización.

Los desocupados en el mundo ya llegan a 150 millones.
España y la Argentina están entre los 10 países con mayor tasa.

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t.gif (67 bytes)  Aumenta el desempleo en el mundo por efecto de la crisis financiera, según el diagnóstico que proporcionó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su informe anual, difundido ayer. “Por simple efecto de la crisis asiática, el total de desempleados se ha incrementado en 10 millones de trabajadores”, asegura el estudio. Pero advierte que tampoco hubo un mejoramiento del cuadro global del empleo en los últimos años a pesar del crecimiento económico mundial. “La Argentina sirve de ejemplo –cita el informe–: con un crecimiento medio anual del 5,8 por ciento entre 1991 y 1997, paralelamente creció el desempleo.”
El informe de la OIT observa que la mayoría de los nuevos empleos en los países en desarrollo se están creando en el sector no estructurado (informal), en el cual la mayoría de los trabajadores son mal remunerados, se desempeñan en condiciones deficientes y no reglamentadas. Otra vez, señala el caso argentino como ejemplo de la situación. “Al no poder encontrar trabajo en los mercados estructurados, donde la productividad es grande y los salarios relativamente buenos, muchos trabajadores tienen que dedicarse a diferentes actividades, que a veces les permiten apenas sobrevivir”, comenta el informe refiriéndose a los trabajadores por cuenta propia, empleados de servicio doméstico y personas ocupadas en microempresas.
“Jamás ha sido tan alta la cifra de trabajadores desempleados y subempleados en todo el mundo, que aumentará en varios millones más antes de finalizar el presente año como consecuencia de la crisis financiera en Asia”, pronostica la OIT. Un total de 1000 millones de trabajadores –un tercio de la población activa mundial– están desempleados o subempleados. De ellos, unos 150 millones están directamente sin empleo. La organización calcula en unos 60 millones el número de jóvenes comprendidos entre los 14 y los 24 años que buscan trabajo y no lo encuentran.
Al considerar la evolución del mercado de trabajo por región, la OIT señala como las más preocupantes a Asia y Europa del Este. Para Indonesia, apunta que “al fuerte aumento del desempleo y subempleo, se suma la escasez de alimentos provocada por una prematura sequía”. Además, advierte como “muy posible” que este año los salarios reales experimenten una caída mayor al 15 por ciento, que es el descenso previsto para el PBI per cápita. El desempleo, pronostica, podría situarse entre el 9 y el 12 por ciento, contra el 4 por ciento que exhibía en 1996.
Por otra parte, el informe considera que la crisis podría provocar un deterioro de la situación laboral en India, Pakistán y Bangladesh. En China, en tanto, calcula que este año se producirían 3,5 millones de despidos, elevando la tasa de desempleo a casi un 6 por ciento. Respecto del área de Europa central y oriental, precisa que “la mayoría de la población sigue padeciendo espectaculares y penosos descensos de su nivel de vida”, mientras que “el colapso de la producción ha llevado a una drástica reducción de la demanda de mano de obra, así como a una disminución del empleo y los salarios reales en algunos países”.
Al comentar las perspectivas para América latina, el informe de la OIT apunta que la región “corre el riesgo de encontrarse en graves dificultades debido al abandono de los mercados emergentes por los inversores internacionales, circunstancia que podría aumentar fuertemente las cifras del desempleo y el subempleo”.

 


 

ENCUESTA DEL INDEC EN INDUSTRIA Y CONSTRUCCION
Los empresarios son pesimistas

t.gif (862 bytes) El indicador mensual industrial que elabora el INdEC cayó en agosto un 1,2 por ciento respecto de julio, aunque aún se encuentra un 1,7 por ciento arriba del mismo mes del año pasado. Las cifras del INdEC para la construcción, en tanto, dan un crecimiento de la actividad en agosto del 5,5 por ciento en relación con igual mes del año anterior. Durante todo el año pasado, sin embargo, las tasas de crecimiento siempre fueron de dos dígitos.
Pero lo más alarmante de las cifras que difundió ayer el organismo son los resultados de la encuesta de expectativas para setiembre de los empresarios, tanto de industriales como de la construcción.
Entre los empresarios industriales, el 34,4 por ciento de los encuestados prevé una caída en la demanda interna, el 48,4 por ciento no espera cambios y sólo un 17,2 por ciento piensa en aumentarla. Como contrapartida perciben una tendencia al aumento de sus stocks: el 30,8 por ciento los considera excesivos para setiembre, el 67,7 por ciento adecuados y apenas el 1,5 por ciento los cree insuficientes. Los empresarios son levemente menos pesimistas con la marcha de las exportaciones: el 20 por ciento dice que aumentarán, el 65 por ciento no proyecta cambios y el 15 por ciento anticipa una disminución.
Entre los empresarios de la construcción la visión sobre la evolución de la actividad en setiembre es mucho más negativa. El 48,2 por ciento de los consultados cree que caerá, el 43,4 por ciento estima que no habrá cambios y sólo el 8,4 por ciento prevé un aumento. En cuanto al empleo, el 56,6 por ciento de los empresarios considera que no aumentará sus planteles, el 32,5 por ciento planea reducirlos y apenas el 10,9 restante declara que contratará más personal.
Las cifras de producción del INdEC muestran diferencias con las de FIEL, que esta semana fueron corregidas hacia abajo. Según reconoció Abel Viglione, responsable por los números de FIEL, “ha habido un cambio en la estimación para agosto, cosa que rara vez se produce, entre dos partes de prensa con una diferencia de seis días”. Las cifras definitivas de FIEL revelan una caída de la producción del 1,7 por ciento respecto de julio y de 0,7 por ciento en relación con agosto del año pasado.

 

Mea culpa

El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, hizo un mea culpa por el desempeño de la institución ante la crisis. “Es cierto, cometimos errores”, admitió el máximo responsable del FMI. “No nos ocupamos a tiempo de recabar información sobre los flujos de capital de corto plazo. Nuestros Estados miembro no dispusieron con la suficiente antelación, a la irrupción de la crisis, de la maquinaria de información necesaria para prevenirla”, puntualizó. También sostuvo que el FMI tendría que haber intervenido antes en la supervisión del sector financiero de los países con problemas, aunque dijo que tras la crisis mexicana de 1995 hizo algunas advertencias. “Quizá me tendría que haber mostrado más convincente”, reconoció.

 



AJUSTA EL GASTO Y SUBE IMPUESTOS
Brasil muestra sus cartas

t.gif (862 bytes) El gobierno de Brasil sigue haciendo gestos para recobrar la confianza de los inversores. El presidente Fernando Henrique Cardoso anticipó ayer que en noviembre se presentará un programa de ajuste fiscal que deberá ser “rápido, definitivo y decisivo”. Además, reconoció por primera vez que, “si es necesario para el país”, se recurrirá al FMI.
En un discurso televisivo, el mandatario brasileño aseguró que “habrá recortes de gastos y, si es necesario, aumentos de impuestos”. Por ahora, las encuestas lo siguen favoreciendo. Según un relevamiento privado dado a conocer ayer, el 56 por ciento de los brasileños considera que Cardoso es el político mejor preparado para administrar el país en este momento de crisis, contra el 17 por ciento que se inclinó por el opositor Lula Da Silva. En cuanto al paquete fiscal, Cardoso dijo que abarcará el período 1999-2001, y que será complementado con una “profunda” reforma tributaria y otra laboral.
Por su parte, el titular del Fondo, Michel Camdessus, admitió la “intensificación” de las conversaciones con el gobierno brasileño “con vistas a asegurar que un apoyo financiero adecuado pueda ser acordado rápidamente si fuera necesario”. En tanto, el presidente del BID, Enrique Iglesias, anunció la aprobación de un crédito por 1100 millones de dólares para Brasil, destinado a fortalecer a las pequeñas y medianas empresas.

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