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Queja ante Menem por los asaltos a supermercados

La cámara del sector protestó por la ola de robos. Como respuesta, el Presidente insistió en su reclamo de leyes más duras.

Juan Mirenna, de la Cámara de Supermercados, quedó atrapado en sus quejas entre Kohan y Menem.
El empresario comparó la situación actual por los robos con los saqueos por la híper de 1989.

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t.gif (67 bytes)  La falta de seguridad aflige a toda la sociedad pero ahora fueron los dueños de los supermercados los que pusieron el grito en el cielo, al punto que el presidente de la cámara del sector, Juan Mirenna, comparó la ola de delitos que afecta al comercio con los saqueos de 1989. Lo dijo durante la inauguración de las Jornadas de Supermercadismo, en el Hotel Sheraton, frente al presidente Carlos Menem, que aprovechó la ocasión para insistir con su reclamo de "mano dura". Menem precisó que el término se refiere a la necesidad de una legislación más severa y no un aval al gatillo fácil. Pero aclaró: "No podemos dejar el gatillo fácil a los delincuentes".

"Ya tenemos unos cuantos muertos por delincuentes", advirtió Mirenna. "Para poder invertir, los empresarios necesitamos un mínimo de seguridad, que requiere de las autoridades una contundente respuesta", reclamó. El presidente de la Cámara Argentina de Supermercados no tenía estadísticas sino una sensación transmitida por sus asociados. "Los delitos son cada vez más violentos, los delincuentes tiran a matar", dijo el empresario a Página/12. Hacía alusión al asalto ocurrido el fin de semana en un supermercado de Monte Grande, donde un empleado fue asesinado y otro resultó gravemente herido.

No es un reclamo nuevo de los supermercadistas. Mirenna, junto a Ovidio Bolo, presidente de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios, se reunieron hace un mes con el secretario de Seguridad, Miguel Angel Toma, y con el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, León Arslanian. Pidieron mayores medidas de seguridad ante el aumento de delitos. "Los dos se pusieron a nuestra disposición, pero no cambió nada, las situaciones se siguieron produciendo", dijo Mirenna a este diario.

Alberto Grassi, dueño de la cadena de supermercados La Gran Canasta, relató que en los últimos dos años sufrió seis asaltos en algunas de sus cinco sucursales. El último fue el que le costó la vida a un empleado, en Monte Grande. "Entraron a las 21.30, cuando el local ya estaba cerrado y los empleados salían. Al custodio lo tiraron al piso y le dispararon un balazo en la boca. Está grave. El chico que trabajaba en la rotisería se asomó para ver qué pasaba y le dieron tres tiros en el pecho. Les tiraron porque sí. Al final, los delincuentes se fueron sin robar nada", relató el comerciante.

Grassi se queja porque el negocio asaltado está a cuatro cuadras de la comisaría y ni siquiera así tiene seguridad. "No hay ningún tipo de presencia policial en las calles --se quejó el dueño del supermercado--. El comisario de Monte Grande me atendió muy bien, pero me dijo que le es imposible hacer prevención como corresponde, porque no cuenta con suficientes efectivos y vehículos."

Según Mirenna, el aumento de los delitos contra comercios puede cambiar en el corto plazo las costumbres de la sociedad. "La gente va a empezar a salir menos. O cuando oscurece va a tratar de estar en su casa." Lo que ya cambió es la vida de los empleados de los súper: "Viven con miedo. Ven una sombra y se asustan".

Los empresarios del sector están preocupados porque no saben bien cómo hacer frente al aumento del delito. Según Mirenna, las grandes cadenas de supermercados contratan servicios de seguridad sofisticados "pero los comercios chicos no tienen esa posibilidad". "Además, es conveniente que los custodios no estén armados, para evitar enfrentamientos, y porque el cliente siente rechazo, le crea incertidumbre y deja de ir a ese lugar. Pero al no tener armas, la vigilancia está más expuesta a una agresión."

El reclamo de los supermercadistas le dio pie a Menem para insistir con el suyo. "Necesitamos la colaboración de los legisladores para aprobar una ley que permita sancionar a los que cometen delitos." "Por eso hablé de mano dura y de tolerancia cero, y alguien interpretó esto como un gatillo fácil", aclaró.

El presidente de la cámara estuvo de acuerdo con el pedido presidencial. "Hay que poner más policías en la calle, pero con eso sólo no alcanza --alertó--. También hay que resolver el contexto económico tan complicado, con tantos jóvenes que no pueden acceder a un puesto de trabajo."

 

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