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NO HAY ACUERDO PARA DISMINUIR LAS SANCIONES A BILL CLINTON
Los republicanos quieren guerra

El affaire Lewinsky se politizó más en un  abortado encuentro bipartidario. Clinton y sus abogados quieren impugnar a Starr.

Clinton aplaude mientras su archienemigo, el ultraconservador Newt Gingrich, saluda a Mandela.
La derecha y los afroamericanos tienen las posturas más opuestas respecto de las faltas de Clinton.

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t.gif (67 bytes)  La mayoría republicana se negó a conversar con los demócratas sobre un hipotético pacto político para evitar el proceso de “impeachment” o destitución del presidente Bill Clinton. Ambos partidos mantuvieron un breve encuentro que sólo sirvió para acentuar que les importa más defender sus intereses políticos que la razón de Estado. Es decir: todo lo contrario de lo que ambas formaciones habían prometido a sus electores. La Casa Blanca y los abogados de Clinton denunciaron todavía más omisiones alevosas y premeditadas en el informe Starr, que según ellos no tenían otra finalidad que perjudicar jurídica y políticamente al presidente. Mientras que el ex presidente demócrata y luchador por los derechos humanos Jimmy Carter criticó a Clinton, un grupo de intelectuales, del escritor Gabriel García Márquez al filósofo Jacques Derrida, publicaron hoy una solicitada en Le Monde defendiendo al presidente norteamericano (ver nota aparte).
La Casa Blanca había acusado al presidente del Congreso, Newt Gingrich, de recrearse en el “caso Lewinsky” por intereses partidistas en vez de buscar una salida menos dañina para las instituciones de EE.UU. “Plantearnos hacer algo sin haber terminado nuestra investigación es como poner el carro delante del caballo”, dijo ayer Gingrich en referencia a un posible pacto político con Clinton que evitara el proceso de “impeachment” del presidente.
El presidente de la Comisión de Justicia del Congreso norteamericano, el republicano Henry Hyde, respondió ayer a la propuesta oficiosa de algunos demócratas de que Bill Clinton presentara “disculpas políticas” que puedan frenar la agresividad de la oposición republicana. Hyde aseguró que el presidente “sería bienvenido”, aunque no antes de que termine la investigación parlamentaria del material enviado por el fiscal. Nunca antes de que la comisión que él preside se pronuncie sobre el proceso de destitución. Hyde mostró su esperanza de que eso ocurra “en los primeros días de octubre”.
Fuentes republicanas aseguran que destacados miembros de ese partido han comenzado a redactar un borrador con los argumentos en los que apoyarían un proceso de destitución. El líder demócrata en el Congreso, Richard Gephardt, lamentó las “actitudes estrictamente partidistas” y pidió a Gingrich que haga todo lo posible por no demorar la actividad parlamentaria más allá de 30 días. Gephardt también pidió que no se difunda el resto del material enviado por Starr que todavía analiza el Comité de Justicia.
Tanto la Casa Blanca como los abogados de Clinton han lamentado la omisión en el “informe Starr” de algunos pasajes de la declaración de Monica Lewinsky ante el Gran Jurado. “Es un error cruel para el presidente”, dijo el portavoz de Clinton, Mike McCurry, quien se quejó de que el fiscal Kenneth Starr hubiera enviado al Congreso 150 páginas de detalles “sexualmente gráficos pero gratuitos”, a cambio de omitir frases de la joven que eran exculpatorias para Clinton y que aparecieron ahora en la transcripción íntegra de su declaración ante el Gran Jurado. Lewinsky había acabado con esta declaración: “Nadie me pidió nunca que mienta y nadie me prometió nunca un trabajo a cambio de mi silencio”. Aunque esa frase exculpa a Clinton de los delitos de obstrucción a la justicia y presión a testigos, Starr no la incluyó en su informe al Congreso. La oficina del fiscal aseguró ayer que no incorporó la frase textualmente en el informe pero sí la citó de forma marginal porque existen indicios de que Clinton “sugirió” formas de tapar su relación con Lewinsky.
Bill Clinton ha recibido un golpe político más de quien menos lo podía esperar: el ex presidente Jimmy Carter dijo en la Universidad de Atlanta que, en su opinión, Clinton no dijo la verdad en su declaración del “caso Paula Jones” ni en el “caso Lewinsky”. Carter, el presidente demócrata que relevó al período republicano Nixon/Ford después del “caso Watergate”,también se mostró convencido de que el Congreso iniciará un proceso de destitución de Clinton, aunque luego, según su predicción, el Senado no alcanzaría los votos suficientes como para culminar ese proceso. “Lamento todo lo que ha pasado y las reacciones que ha habido”, dijo Carter, que se mostró “profundamente ruborizado” por los hechos.
A cambio, Clinton recibió en la Casa Blanca y en el Congreso el apoyo del presidente sudafricano Nelson Mandela. “Nuestra moral nos impide abandonar a nuestros amigos”, dijo Mandela a un Clinton de nuevo al borde de las lágrimas. “Clinton es un amigo de la gran masa de personas negras, de las minorías y de los discapacitados”, aseguró el presidente sudafricano en la que será su última visita como tal a EE.UU. Los invitados a ese acto en la Casa Blanca –afroamericanos en su mayoría– coreaban al unísono un mensaje para los detractores de Clinton: “Dejadle en paz, dejadle en paz”.

 


 

INTELECTUALES MANIFIESTAN CONTRA ABUSOS DE PODER
Los acosos del fiscal Starr

t.gif (862 bytes) La actuación del fiscal Starr y el respaldo que obtuvo de la mayoría opositora republicana y derechista en el Congreso norteamericano recibió las más duras descalificaciones en el manifiesto dado a conocer hoy por un grupo de intelectuales y artistas de innegable reconocimiento internacional. Con la iniciativa del ex ministro socialista francés de Cultura, Jack Lang, publicaron hoy una solicitada en el diario parisino Le Monde.
El texto es el siguiente:
“El presidente democráticamente electo de una nación libre está sometido desde hace ocho meses al acoso inquisitorial de un fiscal fanático de poderes ilimitados. En nombre de la moral y del derecho este fiscal libra una batalla ideológica.
La democracia está doblemente amenazada:
1) En primer lugar, se violó el tradicional equilibrio de los poderes. Erigiéndose él mismo en autoridad absoluta, Kenneth Starr sobrepasó sin cesar su jurisdicción y así atentó contra las legítimas funciones del presidente. Este comportamiento está en total contradicción con la voluntad de los padres de la constitución norteamericana y de los fundadores de los regímenes constitucionales modernos.
La democracia también está amenazada por las flagrantes intrusiones en la vida privada, en la que el respeto es considerado como un derecho sagrado en toda sociedad civilizada. La opresión comienza cuando un poder, cualquiera sea, se inmiscuye en la esfera privada del individuo y en sus asuntos personales. Un hombre de Estado no tiene que rendir cuenta más que de sus actos públicos a la opinión o a la justicia. El resto queda solo a su conciencia.
2) El espectáculo judicial orquestado por el fiscal Starr no es más que un biombo. Su combate real es político. Con el apoyo de la extrema derecha, busca minar las ideas de libertad y el programa social y liberal del presidente Clinton. Las mujeres y los hombres que firman este texto dirigen un mensaje de amistad al pueblo norteamericano que, en su inmensa mayoría, respeta la vida privada y las ideas de tolerancia y de democracia.
Los procedimientos arbitrarios e injustos de Kenneth Starr no deben ser los que triunfen. Una victoria en Norteamérica contra este fiscal será una victoria de aquellos que, en todo el mundo, están comprometidos a los principios de la libertad.”
En el comité de iniciativa están, además de Jack Lang, los escritores William Styron, Carlos Fuentes, Bernard-Henri-Levy y Gunter Grass, los premios Nobel de la Paz Desmond Tutu y José Ramos Horta, de Literatura Gabriel García Márquez y de Física Pierre-Gilles de Gennes, los actores Gérard Depardieu, Vanessa Redgrave, Emma Thompson, Jeanne Moreau, Anthony Hopkins y los músicos Pierre Boulez y Peter Gabriel.
Entre los primeros firmantes estuvieron los cineastas, y gente de cine, Robert Altman, Bille August, Lauren Bacall, Roberto Benigni, Bernardo Bertolucci, John Boorman, Alan Bridges, Jane Campion, Claudia Cardinale, Ethan y Joel Coen, Alain Delon, Costa Gavras, Sofía Loren, Charlotte Rampling, Volker Schlöndorff, Margarethe Von Trotta, Liv Ullman y Wim Wenders; los escritores Paul Auster, Ismaël Kadaré, Yacher Kemal, Julia Kristeva, Alvaro Mutis, Antonio Tabucchi, Zoe Valdés; los intelectuales Jacques Derrida, Jean-Claude Eloy, Viviane Forrester, Andre Glucksmann, Jacques Le Goff, Edgar Morin, Arthur Schlesinger; los artistas Daniel Buren, Arman, Christo y Jeanne Claude, Richard Rogers, Nikke de Saint Phalle, Philippe Starck, y los músicos Art Garfunkel, Juliette Greco, Jean-Michel Jarre, Yehudi Menuhin, Julia Migenes Johnson.

 

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