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“No estoy en el comité de campaña de Duhalde”

Oscar Vicente, ejecutivo de Pérez Companc, dijo que el modelo “necesita superarse” con estímulos a la exportación. Entrevistado por Página/12, negó estar ligado al gobernador.

Oscar Vicente, vicepresidente ejecutivo de Pérez Companc.
“No van a poder obligar a bajar el precio de las naftas.”

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Por C. C. desde Mar del Plata

t.gif (67 bytes) Oscar Vicente niega pertenecer al comité de campaña de Eduardo Duhalde, al que se lo liga desde que aceptó participar de reuniones de consulta con el gobernador bonaerense. A juicio del vicepresidente ejecutivo de Pérez Companc, uno de los principales grupos económicos del país, el modelo instrumentado por el presidente Carlos Menem no está agotado, pero necesita superarse. Durante uno de los intervalos del coloquio de IDEA, el petrolero también repasó con Página/12 todos los temas calientes que afectan al sector de hidrocarburos. Rechazó los proyectos que intentan imponer rebajas a las naftas y la idea de crear un fondo vial subiendo el impuesto sobre los combustibles.
–¿Usted trabaja con Duhalde?
–No. Sólo acepté ir a una reunión de consulta con él.
–¿Pero no tiene afinidad política con el gobernador?
–No. Acepté su invitación a dar mi opinión como acepto venir a este foro empresario.
–¿Cree que el modelo económico está agotado?
–Creo que hay que superarlo, respetando sus líneas básicas. Hay cosas que nadie quiere cambiar, como la convertibilidad. Pero hay otras que es necesario modificar. Hace falta salir a buscar mercados, estimular las exportaciones y también mejorar la gestión del Estado. Lo reconocen ellos mismos (dice señalando a un funcionario de Desarrollo Social).
–¿Cómo ve las iniciativas del Congreso para obligar a las refinadoras a trasladar a los precios de las naftas las bajas en los precios internacionales del petróleo?
–No van a poder establecer ninguna norma, porque el precio varía día por día. Además, ¿a quién se lo van a aplicar? ¿A las cuatro empresas que operan en el mercado final? No todas tienen el mismo resultado. En el ‘96 y el ‘97, una de ellas perdió y otra sólo mantuvo el equilibrio. La norma debería ser pareja y si una empresa pierde, va a perder más. Quieren regular el precio del combustible, pero se corre el riesgo de avanzar sobre un mercado que ya está desregulado. Sería volver para atrás.
–El argumento de esas iniciativas es que las empresas del sector tienen una renta exagerada.
–No me parece que las refinadoras tengan utilidades exageradas. Pero si cuando las empresas ganan mucho les expropian utilidades, cuando pierdan, ¿las van a subsidiar? Una regla debería ser pareja y contemplar esa contrapartida.
–El Gobierno prepara un proyecto para financiar un plan vial con un aumento del impuesto a los combustibles. ¿Hay margen para que las empresas lo absorban?
–¿Qué quieren? ¿Que las empresas paguen las carreteras? Me parece que eso no va. Con algo así se desvirtúa la ecuación de costos. Porque un día es para las carreteras y otro puede ser para los desocupados. Creo que de eso se tiene que ocupar el Gobierno con rentas generales. El sistema de peaje fue muy exitoso, se puede perfeccionar pero no hay que abandonarlo. Sé que a veces no alcanza para financiar todas las obras, pero también se podría licitar internacionalmente la obra, con tarifa fija, con peaje definido de antemano.
–¿Hay diferencias de actitud hacia las empresas del sector entre Economía y el Congreso?
–El Congreso está más cerca de la gente y actúa en base a eso. El Poder Ejecutivo es más realista y conoce más la situación de las empresas. Por eso defienden cosas distintas.
–¿Cuál de todos los proyectos de marco regulatorio del sector hidrocarburos que hay en el Congreso le parece más potable?
–El de la Alianza, que presentó Terragno y firmaron diputados frepasistas, me parece muy interesante. Porque es muy breve y plantea cambiar sólo lo que hay que cambiar.
–Ese proyecto omite, por ejemplo, imponer a las empresas normas para el cuidado ambiental y para evitar la integración vertical del sector (que la petrolera no venda combustible).
–Así debe ser. Al medio ambiente hay que regularlo con una ley general y federal, y después que cada sector fije su propia reglamentación. A lo sumo debe haber una sola norma global. Además, en todo el mundo las empresas son integradas, y esa integración es libre. Nosotros no podemos ir contra el mundo.
–Diputados trabaja en un proyecto para regular las contrataciones del Estado. ¿Le parece una buena idea?
–Siempre y cuando no se cree un “compre argentino”, que se utilizaba cuando el Estado compraba por precio y no por calidad. Las privatizadas compran mucho mejor. Pero creo que es necesario que el Estado controle sus contrataciones.
–Francisco Macri dio a entender que falta liderazgo político. ¿Usted cree que el gobierno de Menem carece de liderazgo?
–(Gesto de extrañeza.) No. En absoluto. Además, creo que Menem administró muy bien el proceso de privatizaciones.
–¿Qué cree que puede cambiar para su sector o para Economía si gana la Alianza?
–A juzgar por lo que dijo (José Luis) Machinea, creo que nada.

 


 

CRITICAS A LA CAPACIDAD DE LA DIRIGENCIA POLITICA
“Falta un verdadero liderazgo”

t.gif (862 bytes) Aunque estuvo desde el miércoles a la noche en Mar del Plata, Francisco Macri reservó su única aparición pública a la controvertida exposición de ayer. Fue cuando trató a los reguladores de “burócratas” y aceptó que “el Estado debe intervenir, pero esa tarea debe estar en manos de profesionales”. De inmediato, puso en duda la capacidad de toda la dirigencia política, al reclamar que “hace falta un verdadero liderazgo”. Como el pope industrial eludió dar nombres, ese cuestionamiento dejó involucrado al propio Carlos Menem.
“Se está llevando a la opinión pública a creer que las empresas, por su propia naturaleza, cometen excesos, acumulan despiadadamente ganancias, explotan irracionalmente recursos, proveen bienes y servicios de dudosa calidad, buscan precios monopólicos, explotan a trabajadores y consumidores”, planteó ante el foro empresario. “Los reguladores tienen pequeñas porciones de poder que utilizan para complicarlo todo mediante innumerable cantidad de trámites y papeles”.
A renglón seguido, subió la apuesta. “Quieren aparecer ante la opinión pública como los salvadores ante los excesos y la explotación de trabajadores y consumidores que hacen las empresas (...). Pero son neoestatistas que promueven la corrupción.”
Las frases de Macri estallaron en la cara de los propios involucrados, que integraban el auditorio en la primera fila: Juan Legisa (ENRE), Andrés Repar (Enargás) y Hugo Zochner (Comisión Nacional de Comunicaciones) son algunos de los funcionarios que integraban la concurrencia de ayer.
Las protestas del empresario también aludieron a los legisladores, muchos de ellos distribuidos en el salón o sentados a su lado en el escenario, como Humberto Roggero (PJ), Darío Alessandro (Frepaso) y Federico Storani (UCR). Fue cuando objetó “los 127 proyectos para crear entes reguladores” y les recriminó que, con su accionar, obligan a las empresas a ejercer una acción de lobby. “El sistema de regulaciones no puede diseñarse de forma que las empresas tengan que salir corriendo detrás de tal o cual legislador para ver cómo pueden convencerlo para que la regulación no los perjudique.”
“No es posible que quienes legislan inunden de normas a un Poder Ejecutivo cuya capacidad de ejecución es técnica y materialmente limitada”, se quejó. “Estamos llenos de leyes y decretos que pocos saben que existen y nadie cumple, que regulan algún aspecto de la vida económica. Y lo que es peor –agregó–, muchos de ellos, tal vez la mayoría, han sido fruto de alguna transacción política y en realidad no son útiles ni para el país ni para los individuos.”
En el fárrago de los cuestionamientos disparados hacia entes, leyes y proyectos regulatorios, Macri deslizó una crítica que trascendió ampliamente el tema. “Para resolver el problema de las regulaciones, hace falta un verdadero liderazgo político”, comentó frente a la prensa.
“¿Usted cree que el gobierno de Carlos Menem no tiene ese liderazgo?”, buscó precisar una cronista de televisión. “Yo digo que para resolver el problema de las regulaciones es necesario un liderazgo. Y en nuestro país hay un problema de liderazgo, que involucra a toda la dirigencia política”, respondió sin hacer exclusiones.
Minutos antes, cuando aún integraba el panel de debate, y debió responder sobre qué hacer con los peajes “caros y malos”, demostró que también puede ser duro con sus pares empresarios. “El Estado debe controlar sin miramientos que las empresas cumplan los contratos. Y si no cumplen, tiene que rescatar las concesiones.”

 

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