Por C. C. desde Mar del Plata
Oscar Vicente niega
pertenecer al comité de campaña de Eduardo Duhalde, al que se lo liga desde que aceptó
participar de reuniones de consulta con el gobernador bonaerense. A juicio del
vicepresidente ejecutivo de Pérez Companc, uno de los principales grupos económicos del
país, el modelo instrumentado por el presidente Carlos Menem no está agotado, pero
necesita superarse. Durante uno de los intervalos del coloquio de IDEA, el petrolero
también repasó con Página/12 todos los temas calientes que afectan al sector de
hidrocarburos. Rechazó los proyectos que intentan imponer rebajas a las naftas y la idea
de crear un fondo vial subiendo el impuesto sobre los combustibles.
¿Usted trabaja con Duhalde?
No. Sólo acepté ir a una reunión de consulta con él.
¿Pero no tiene afinidad política con el gobernador?
No. Acepté su invitación a dar mi opinión como acepto venir a este foro
empresario.
¿Cree que el modelo económico está agotado?
Creo que hay que superarlo, respetando sus líneas básicas. Hay cosas que nadie
quiere cambiar, como la convertibilidad. Pero hay otras que es necesario modificar. Hace
falta salir a buscar mercados, estimular las exportaciones y también mejorar la gestión
del Estado. Lo reconocen ellos mismos (dice señalando a un funcionario de Desarrollo
Social).
¿Cómo ve las iniciativas del Congreso para obligar a las refinadoras a trasladar a
los precios de las naftas las bajas en los precios internacionales del petróleo?
No van a poder establecer ninguna norma, porque el precio varía día por día.
Además, ¿a quién se lo van a aplicar? ¿A las cuatro empresas que operan en el mercado
final? No todas tienen el mismo resultado. En el 96 y el 97, una de ellas
perdió y otra sólo mantuvo el equilibrio. La norma debería ser pareja y si una empresa
pierde, va a perder más. Quieren regular el precio del combustible, pero se corre el
riesgo de avanzar sobre un mercado que ya está desregulado. Sería volver para atrás.
El argumento de esas iniciativas es que las empresas del sector tienen una renta
exagerada.
No me parece que las refinadoras tengan utilidades exageradas. Pero si cuando las
empresas ganan mucho les expropian utilidades, cuando pierdan, ¿las van a subsidiar? Una
regla debería ser pareja y contemplar esa contrapartida.
El Gobierno prepara un proyecto para financiar un plan vial con un aumento del
impuesto a los combustibles. ¿Hay margen para que las empresas lo absorban?
¿Qué quieren? ¿Que las empresas paguen las carreteras? Me parece que eso no va.
Con algo así se desvirtúa la ecuación de costos. Porque un día es para las carreteras
y otro puede ser para los desocupados. Creo que de eso se tiene que ocupar el Gobierno con
rentas generales. El sistema de peaje fue muy exitoso, se puede perfeccionar pero no hay
que abandonarlo. Sé que a veces no alcanza para financiar todas las obras, pero también
se podría licitar internacionalmente la obra, con tarifa fija, con peaje definido de
antemano.
¿Hay diferencias de actitud hacia las empresas del sector entre Economía y el
Congreso?
El Congreso está más cerca de la gente y actúa en base a eso. El Poder Ejecutivo
es más realista y conoce más la situación de las empresas. Por eso defienden cosas
distintas.
¿Cuál de todos los proyectos de marco regulatorio del sector hidrocarburos que hay
en el Congreso le parece más potable?
El de la Alianza, que presentó Terragno y firmaron diputados frepasistas, me parece
muy interesante. Porque es muy breve y plantea cambiar sólo lo que hay que cambiar.
Ese proyecto omite, por ejemplo, imponer a las empresas normas para el cuidado
ambiental y para evitar la integración vertical del sector (que la petrolera no venda
combustible).
Así debe ser. Al medio ambiente hay que regularlo con una ley general y federal, y
después que cada sector fije su propia reglamentación. A lo sumo debe haber una sola
norma global. Además, en todo el mundo las empresas son integradas, y esa integración es
libre. Nosotros no podemos ir contra el mundo.
Diputados trabaja en un proyecto para regular las contrataciones del Estado. ¿Le
parece una buena idea?
Siempre y cuando no se cree un compre argentino, que se utilizaba cuando
el Estado compraba por precio y no por calidad. Las privatizadas compran mucho mejor. Pero
creo que es necesario que el Estado controle sus contrataciones.
Francisco Macri dio a entender que falta liderazgo político. ¿Usted cree que el
gobierno de Menem carece de liderazgo?
(Gesto de extrañeza.) No. En absoluto. Además, creo que Menem administró muy bien
el proceso de privatizaciones.
¿Qué cree que puede cambiar para su sector o para Economía si gana la Alianza?
A juzgar por lo que dijo (José Luis) Machinea, creo que nada.
CRITICAS A LA CAPACIDAD DE LA DIRIGENCIA
POLITICA
Falta un verdadero liderazgo
Aunque
estuvo desde el miércoles a la noche en Mar del Plata, Francisco Macri reservó su única
aparición pública a la controvertida exposición de ayer. Fue cuando trató a los
reguladores de burócratas y aceptó que el Estado debe intervenir, pero
esa tarea debe estar en manos de profesionales. De inmediato, puso en duda la
capacidad de toda la dirigencia política, al reclamar que hace falta un verdadero
liderazgo. Como el pope industrial eludió dar nombres, ese cuestionamiento dejó
involucrado al propio Carlos Menem.
Se está llevando a la opinión pública a creer que las empresas, por su propia
naturaleza, cometen excesos, acumulan despiadadamente ganancias, explotan irracionalmente
recursos, proveen bienes y servicios de dudosa calidad, buscan precios monopólicos,
explotan a trabajadores y consumidores, planteó ante el foro empresario. Los
reguladores tienen pequeñas porciones de poder que utilizan para complicarlo todo
mediante innumerable cantidad de trámites y papeles.
A renglón seguido, subió la apuesta. Quieren aparecer ante la opinión pública
como los salvadores ante los excesos y la explotación de trabajadores y consumidores que
hacen las empresas (...). Pero son neoestatistas que promueven la corrupción.
Las frases de Macri estallaron en la cara de los propios involucrados, que integraban el
auditorio en la primera fila: Juan Legisa (ENRE), Andrés Repar (Enargás) y Hugo Zochner
(Comisión Nacional de Comunicaciones) son algunos de los funcionarios que integraban la
concurrencia de ayer.
Las protestas del empresario también aludieron a los legisladores, muchos de ellos
distribuidos en el salón o sentados a su lado en el escenario, como Humberto Roggero
(PJ), Darío Alessandro (Frepaso) y Federico Storani (UCR). Fue cuando objetó los
127 proyectos para crear entes reguladores y les recriminó que, con su accionar,
obligan a las empresas a ejercer una acción de lobby. El sistema de regulaciones no
puede diseñarse de forma que las empresas tengan que salir corriendo detrás de tal o
cual legislador para ver cómo pueden convencerlo para que la regulación no los
perjudique.
No es posible que quienes legislan inunden de normas a un Poder Ejecutivo cuya
capacidad de ejecución es técnica y materialmente limitada, se quejó.
Estamos llenos de leyes y decretos que pocos saben que existen y nadie cumple, que
regulan algún aspecto de la vida económica. Y lo que es peor agregó, muchos
de ellos, tal vez la mayoría, han sido fruto de alguna transacción política y en
realidad no son útiles ni para el país ni para los individuos.
En el fárrago de los cuestionamientos disparados hacia entes, leyes y proyectos
regulatorios, Macri deslizó una crítica que trascendió ampliamente el tema. Para
resolver el problema de las regulaciones, hace falta un verdadero liderazgo
político, comentó frente a la prensa.
¿Usted cree que el gobierno de Carlos Menem no tiene ese liderazgo?, buscó
precisar una cronista de televisión. Yo digo que para resolver el problema de las
regulaciones es necesario un liderazgo. Y en nuestro país hay un problema de liderazgo,
que involucra a toda la dirigencia política, respondió sin hacer exclusiones.
Minutos antes, cuando aún integraba el panel de debate, y debió responder sobre qué
hacer con los peajes caros y malos, demostró que también puede ser duro con
sus pares empresarios. El Estado debe controlar sin miramientos que las empresas
cumplan los contratos. Y si no cumplen, tiene que rescatar las concesiones.
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