El Sheriff
volvió a disparar. Javier Castrilli atacó ayer al presidente de la AFA, Julio Grondona;
el titular del Colegio de Arbitros, Jorge Romo, y Carlos Avila, doblando la apuesta. Por
la noche, se reunió con los demás árbitros en la AFA, pero sus aclaraciones fueron más
enfáticas que disipatorias (ver recuadro). En declaraciones radiales, Castrilli había
acusado a Romo de recomendarles a los jueces fijarse la camiseta de los equipos que
dirigen. La denuncia es muy grave y están muy nerviosos dijo el árbitro,
cuyos párrafos más salientes fueron los siguientes:
u En las reuniones del Colegio de Arbitros, el presidente Jorge Romo les dijo a los
jueces que antes de sancionar tenían que fijarse en los clubes que les tocaba arbitrar y
en qué dirigentes tenían esos clubes. Romo los inducía a manejarse de una manera que no
está contemplada en el reglamento, y la misma apunta a no expulsar demasiados jugadores,
a manejar los partidos, a no sancionar penales bobos.
u Romo llegó a decirles a los árbitros que lo que se hablaba en ese lugar no
tenía que salir de ahí, y que estaba averiguando quiénes eran los dos que ya lo habían
buchoneado. Amenazó con que, cuando consiguiera los nombres, esos jueces no
iban a jugar más, lo que creó una atmósfera de temor por las represalias.
u Si estoy mintiendo, me tienen que sancionar. Me llama la atención el enojo porque
yo no hago ni más ni menos que exponer en conocimiento lo que está ocurriendo. Y uno se
pregunta por qué Grondona se la agarra conmigo, si yo no busco un escándalo. El
escándalo es lo que estoy denunciando, no lo que estoy diciendo. Si es cierto lo que dice
el presidente de la AFA, que no estoy en mi sano equilibrio, ¿por qué se me sigue
designando como árbitro de la asociación que preside?.
u Cuando mi hijo me comentó las declaraciones de Grondona, preguntó: ¿Por
qué no se las agarra con Avila, el de Torneos y Competencias?. De acuerdo con lo
que salió publicado, fue Avila quien manifestó querer eliminar a Platense, Huracán,
Ferro y Argentinos. ¿Puede existir una falta de respeto más grande a la historia, al
prestigio y a los simpatizantes de estas instituciones? ¿No pueden generar violencia
tales intentos de este señor? ¿Por qué no se preocupa el señor Grondona por las
grandes derivaciones que pueden traer aparejadas esas declaraciones, no las mías?.
u Después del partido Newells-Boca, Armando Todesco dijo que era el
brazo de derecho de Avila me pidió disculpas, y me comentó que a TyC le interesaba
que se respetaran los horarios de comienzo de los partidos y ese inconveniente no se iba
repetir. Así estuvimos hasta el domingo. Curiosamente, en el medio de todo este problema,
hay un muchacho que se mete en la cancha y que miraba para todos lados como haciendo
tiempo.
u No he recibido ningún tipo de ofrecimiento de ninguna fuerza política. Quería
aclararlo porque en este momento pareciera, de acuerdo con las versiones de algunas
personas, que uno está tratando de sacar algún rédito político. Pueden ir a votar
tranquilos el año que viene ya que en ninguna boleta va a figurar mi nombre.
u Respecto de dirigir en Japón, en este momento no hay dinero en el mundo que me
pueda llevar a otro lugar, porque acabo de decir algo que es grave y de acá no me muevo
hasta las últimas consecuencias.
Discusión con los soplapitos Castrilli
salió de la reunión con sus colegas Angel Sánchez, Francisco Lamolina, Horacio
Elizondo, Fabián Madorrán, Aníbal Hay y Miguel Scime, con la convicción de haber
ratificado sus afirmaciones. Los diferentes criterios para dirigir se trasladaron a las
palabras y ni siquiera coincidieron en el resultado de la charla. Ratifiqué todo lo
que dije y no cambié nada señaló Castrilli. Aclaré que Romo les hacía las
recomendaciones a los árbitros que recién comienzan y que no me refería a los
internacionales. Sin embargo, Sánchez remarcó: Discutimos de cuestiones
técnicas. Pero Castrilli se comprometió a ratificar públicamente parte de la nota que
salió publicada en Clarín. El Sheriff había mantenido un encuentro similar 48
horas antes con Jorge Romo, a quien ayer criticó tan duramente. La Asociación Argentina
de Arbitros manifestó su deseo de que se investigue la denuncia para el
esclarecimiento y eventual sanción a los responsables.
La rebeldía conservadora
En Mar del Plata, en un escenario de una obscenidad casi tanguera del poder (ropas
fastuosas, champagne en las mesas, habanos y los políticos confraternizando con los
ricos), nadie controvirtió el capitalismo. Ni mucho menos. Nadie conturbó las gratas
noches de IDEA acometiendo contra la injusta repartición de la riqueza (o contra la
generosa distribución de la pobreza como dice Fontanarrosa).
La naturaleza, según corroboró el ideólogo Charles Darwin, propende al predominio de
los más fuertes. El tramo más bello de la historia de la especie humana es el que
acumula los esfuerzos por impedir que los peces grandes se comieran a los chicos, un afán
que parece tener escasos adalides en los principales dirigentes de los partidos
nacionales, populares y mayoritarios.
En otras etapas, el vocablo justicia no aludía a cómo se resolvían
conflictos en tribunales, al interior de la legalidad vigente, sino cómo se alteraban,
por medio de la lucha política, el reparto del dinero, del poder y del prestigio. La
justicia no era la aplicación virtuosa de las reglas vigentes, sino su modificación. Y
no se perseguía individual sino colectivamente. Eran otros tiempos.
Javier Castrilli no integra la estirpe de los reformistas o revolucionarios que quisieron
cambiar el mundo. Es, por estilo personal y discurso, un individualista conservador
(filorreaccionario) honesto. Pero su obsesión de aplicar el reglamento basta para
transformarlo en un enemigo declarado del gigantesco negocio del fútbol. Enfrenta a los
intereses de la dirigencia de la AFA y de T&C con un antagonismo mayor que el que
enfrenta a los políticos de los partidos que suman el 90 por ciento del padrón, con el
establishment económico.
Por ser un conservador honesto, Castrilli se constituye en un cruzado. Su cuestionamiento,
válido mas limitado, patentiza el fin de las ideologías. Cuando pocos discuten la
injusticia, cuando (lo demostró IDEA) apenas se conversa acerca de cómo gestionarla,
basta (lamentablemente) el afán de no ser deshonesto (un humanismo esencial) para
transformarse en un rebelde. |
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