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HUGO MORALES CONTRA LOS RUMORES SOBRE SU SALUD
“Usaron mal la información”

Por Gabriela Carchak

t.gif (67 bytes) –¿Es consciente de que desde que volvió genera en la gente sentimientos que van más allá de lo futbolístico?
–Desde que volví la gente se acercó más a mí, pero el cariño ya lo sentía cuando estuve enfermo. A veces viene bien que te pase algo para saber si verdaderamente te quieren y quiénes son tus amigos. Me dijeron que hubo gente que se desmayó y que lloró. Nunca me imaginé que eso podría pasar.
—¿Y ahora, cuando pisa una cancha, piensa diferente?
–Yo era de los que pensaban que siempre iba a estar bien y que nunca me iba a pasar nada... Y mirá lo que sufrí. Por eso, ahora cuando entro a la cancha pienso en hacer las cosas lo mejor que puedo, pero no me preocupo tanto como antes. Hay cosas por las que antes me hacía problema y que ahora considero menos graves: cuando perdía un partido, me iba muy caliente y no salía durante toda la semana.
–¿Pensó alguna vez que no volvería a jugar?
–No. Más allá de los rumores que circulaban en los diarios o en un programa de televisión, siempre confié en mí, en mi señora y en lo que me decían los médicos. Me daban mucha bronca las cosas que se publicaban, porque llega un punto en que no sabés si el engañado sos vos.
—Nunca se supo exactamente qué enfermedad padeció.
–Lo que pasa es que se usaron muy mal las informaciones. Lo que dijeron los médicos sobre la peritonitis aguda es la verdad. Después se especuló con otras cosas que terminaron por confundir a todo el mundo. Pero fue eso y nada más. Otro tipo de enfermedad quedó totalmente descartada y además no tengo secuelas. Imaginate que si hubiera tenido cáncer me hubiera tenido que someter a otro tipo de tratamiento y no hubiera vuelto a jugar.
–Las sospechas surgen porque su tiempo de recuperación fue excesivo.
–Me hicieron un tajo enorme, me dieron treinta puntos, me tuve que recuperar primero de eso y no me querían apurar. Después hubo que ocuparse del peso que perdí, tenía que sobreponerme sin correr riesgos, mis músculos no eran los de antes y no quería sufrir una lesión innecesaria.
–¿Por qué se corrió tan fuerte la versión de que la enfermedad era otra?
–No sé. A mí me asombraba cada vez que la tiraban. Fueron tres o cuatro días que se dijeron diversas cosas porque no tenían el diagnóstico exacto. Decían “lucha contra una enfermedad grave”, pero no sabían de qué hablaban. Después salieron con que no iba a volver a jugar, o que tenía cáncer de páncreas, que me quedaban pocos años de vida, o que tenía sida. A mí me molestó: a nadie le gusta leer que para los demás uno está desahuciado.
—¿Cree en Dios?
–Sí, siempre creí, desde antes de lo que me pasó. Creo que me iluminó el día que volví frente a San Lorenzo, por cómo se dieron las cosas: el gol en el último minuto, el triunfo para el equipo después de tantas malas.

 

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