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CLINTON, BLAIR, PRODI, CARDOSO Y SCHROEDER

La Internacional "Third Way"

Una nueva Internacional está gestándose: ni comunista ni socialdemócrata ni liberal. Y Clinton está en ella.

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Clinton y Blair se centran en los resultados

Por Ernesto Ekaizer
Enviado especial a Nueva York

El País

de Madrid

t.gif (67 bytes)  Washington Square, donde está la sede de la Universidad de Nueva York (NYU), amaneció el lunes bloqueada por muchos policías y grandes camiones de televisión. Hillary Rodham Clinton, la primera dama, entró en la Escuela de Leyes pasada las 9.30 horas de la mañana, cuando en las pantallas de televisión de los bares de Nueva York aparecía la imagen de su esposo, Bill Clinton. No se trataba de su discurso en la Asamblea General de la ONU, sino del video de cuatro horas que contiene su declaración ante el Gran Jurado acerca de sus relaciones con Monica Lewinsky.

Impertérrita, con una seguridad de hierro, la primera dama se sentó en el centro para dirigir una mesa redonda sobre "La sociedad civil y el futuro de la democracia", uno de los coloquios organizados por la Escuela de Leyes bajo el lema "Reforzando la democracia en la economía global".

La primera dama habló de la igualdad de oportunidades y de la necesidad de ocuparse de las personas menos favorecidas de la sociedad, también de los derechos de la mujer y de su experiencia en Senegal, respecto de la circuncisión de las mujeres.

El seminario convocado por la NYU contaba con tres estrellas invitadas: Bill Clinton, Tony Blair, primer ministro del Reino Unido, y Romano Prodi, presidente del gobierno italiano. Los tres impulsan desde principios de año el llamado movimiento "Third way" o Tercera Vía. Ni Blair ni Prodi, según confiaron asesores de ambos, pensaron por un momento dejar en la estacada a Clinton en esta ocasión. El coloquio estaba previsto desde hace algunos meses, y pretende avanzar en el proyecto de hallar una respuesta a la globalización económica "más allá de la izquierda y de la derecha", según ha explicado uno de los panelistas, Anthony Hiddens, director de la London School of Economics. Hiddens, uno de los niños mimados de Blair, acaba de escribir el libro La tercera vía, subtitulado "La renovación de la socialdemocracia". Hiddens está convencido, según dijo en el coloquio sobre "La sociedad civil...", de que las corporaciones multinacionales pueden jugar un papel positivo en el impulso de una sociedad económicamente próspera y al mismo tiempo integradora de todos los sectores sociales. "Las grandes multinacionales han hecho todo tipo de trampas en muchas partes, incluyendo a América latina. Pero los estados han creado más problemas en el mundo que las peores multinacionales. Todos los países, incluyendo a los más pobres, tienen que atraer hacia su mercado la inversión extranjera si desean avanzar", explicó Hiddens.

La idea de la Tercera Vía fue lanzada públicamente por Blair en febrero pasado, un asunto que fue retomado en una reunión cumbre entre Europa y Asia, en Londres. Finalmente, en la reunión del G-8 (los siete ricos más Rusia) en Birmingham en la primavera pasada, Clinton analizó la idea de un movimiento, sin organización concreta, a favor de la Tercera Vía en conversaciones con Blair y con Prodi, quien preside el Gobierno del Olivo, con fuerte presencia del Partido Democrático de la Izquierda (PDS). Precisamente, el vicepresidente del gobierno italiano, Walter Veltroni, analizó con Blair y con Hiddens el proyecto. A quienes acusan de charlatanería a la idea, los promotores contestan que la realidad está imponiéndose en cada país. La defensa de lo esencial del Estado de Bienestar, sostiene Hiddens, pasa por su reforma. "Y esto es lo que ocurre ya", señala.

La mañana del lunes fue toda para Hillary. Durante el coloquio, hizo varios guiños intelectualmente seductores a Hiddens y filtreó con las ideas de Olara Otunnu, representante especial del secretario general de Naciones Unidas para niños y conflictos armados. "La globalización", dijo Otunnu, "ha tenido efectos positivos pero también negativos. Hemos de reconocerlo para poder mejorar".

Según la primera dama existe una "cuestión crítica" hoy en el mundo. "Las multinacionales tienen derechos, pero también deberían asumir responsabilidades. Mi marido está impulsando esta política con el apoyo de Tony Blair y otros jefes de gobierno", explicó. Y deslizó un ataque más o menos claro contra la derecha, a la que ya adjudicó en su día la conspiración contra su esposo: "Tenemos que hacer realidad la igualdad de oportunidades en la sociedad civil, fortaleciendo la educación. Hay una ética que debe imponerse en el capitalismo. Lo mismo cabe decir de la sanidad pública, que no debe ser inaccesible. Pero no todos los sectores están de acuerdo con esto. Hay quienes creen que esta ética no existe que todo reposa en la responsabilidad individual".

Los promotores de la Tercera Vía, que han recibido un ataque de Felipe González (ex presidente del gobierno español) la semana pasada, coinciden en que el nombre elegido para el proyecto no es feliz. "Lo que queremos es superar el debate izquierda-derecha", explicó Hiddens. Los promotores mantienen contactos con otros gobiernos y organizaciones. Uno de los hombres que están en línea es Fernando Henrique Cardoso, presidente de Brasil, quien no ha viajado a Nueva York, ya que el próximo 4 de octubre se celebran las elecciones presidenciales en su país.

 


El problema más serio


Por E.E.
Desde Nueva York


t.gif (862 bytes) La limusina color negro del presidente de Estados Unidos llegó a las 4 de la tarde a la sede de la New York University. El edificio quedó rodeado de policías y decenas de guardaespaldas. A las cuatro y media, Bill empezó a coordinar el debate sobre cómo fortalecer la democracia en la economía global. Hubo una ausencia. El primer ministro de Suecia, Goran Persson, que estaba previsto en el programa, y que es otra de las figuras clave dentro de la gran coalición de centroizquierda internacional, no acudió a la cita.

En un momento determinado del intercambio de generalidades, Clinton comenzó a preguntar a los participantes. "Romano, ¿cuál es el problema más serio que tiene usted en este momento?", le dijo a Prodi. El presidente del gobierno italiano contestó que le preocupaba el alto endeudamiento de su país.

Entonces Clinton miró a Blair: "Tony, ¿cuál es tu problema más serio, qué puedes hacer por él? El primer ministro británico dijo: "Sin duda para nosotros se trata de la educación. Una cosa es decirlo y otra es ponerlo en práctica. Porque cuando te mueves empiezas a atacar unos intereses que se defienden".

A continuación miró al tercer participante, Peter Stoyanov, presidente de la República de Bulgaria, y le preguntó lo mismo. Stoyanov dijo: "Hace 10 años, si les hubieran dicho a mis padres que yo estaría representando en esta mesa redonda a mi país, desde luego que no lo habrían creído. El problema más serio es que la gente en mi país creía que el capitalismo era ser como Suiza. Vieron que no era así. Sobrevino una etapa de nostalgia comunista. Ya lo hemos pasado. Lo que me preocupa es que los cambios sean irreversibles".

Todos sabían en la mesa cuál es el principal problema de Clinton en estos momentos, pero nadie osó preguntarle sobre él.



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