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Después de años de otorgarle créditos a la familia Yoma para mantener a flote su curtiembre de la localidad riojana de Nonogasta, el Gobierno saldrá, una vez más, a rescatar la fábrica de la familia política del Presidente, que pidió la convocatoria de acreedores ante la negativa de tres bancos oficiales de refinanciar las deudas que mantiene con ellos. Apoyado en argumentos legales y económicos esgrimidos desde todas la áreas del gabinete, Carlos Menem prometió ayer a los representantes de los trabajadores de la curtiembre buscar un inversor con el objetivo de salvaguardar las fuentes de trabajo, y tirándole, nuevamente, un salvavidas a su ex cuñado, operador y confidente Emir Yoma. En la residencia de Olivos, Menem recibió al gobernador riojano, Angel Maza, y a cuatro representantes de los trabajadores. Luego de escuchar el dramático cuadro que viven los más de mil obreros de la curtiembre, de los cuales cuatrocientos fueron despedidos el lunes, prometió según voceros del gobernador buscar personalmente un inversor extranjero con el objetivo de salvaguardar las fuentes de trabajo. El punto álgido del encuentro se habría producido, según confiaron allegados a Maza, cuando Menem dijo estar harto de la familia Yoma. Apenas corrió la versión, en la Secretaría de Prensa y Difusión de la Casa Rosada se apresuraron en aclarar que en realidad lo que quiso decir es que estaba harto de los conflictos con la curtiembre y luego descolgaron los teléfonos. Fuentes del Ministerio de Economía consultadas por Página/12 explicaron cuál es la situación de la fuente de sustento de clan Yoma. La curtiembre se presentó a una convocatoria de acreedores, ya que el 89 por ciento de su pasivo corresponde a deudas contraídas con entidades bancarias y financieras. El Ministerio de Economía emitió un decreto de capitalización de la deuda en la que intima a los Yoma a acordar con sus acreedores y a buscar nuevos inversores que estén dispuestos a adquirir el 51 por ciento del paquete accionario. El problema de la curtiembre, básicamente, es que estuvo y está pésimamente administrada. Es obvio que el Presidente esté cansado de esta situación que no tiene fin, explicó a Página/12 un funcionario del Palacio de Hacienda. En el Ministerio de Economía explicaron que el decreto de capitalización de la deuda se aplicó para otras empresas. Es la única herramienta disponible, dijo el funcionario, destacando cuál es la salida para evitar la quiebra y la cesantía de todos los trabajadores. Los 400 trabajadores despedidos el lunes rechazan sus cesantías y reclaman que se hagan efectivas las indemnizaciones de otros 70 trabajadores despedidos anteriormente, cuyo pago los Yoma no hicieron efectivo alegando que se encuentran en concurso de acreedores. Menem prometió ayer mediar para conseguir inversores para la curtiembre, mientras que un grupo de legisladores de la Alianza prepara una presentación en la que solicitarán al juez federal Jorge Urso que investigue de qué forma llegaron a cuentas del grupo Yoma en el banco BTM de Nueva York 36 millones de dólares. Según Emir Yoma, la suma forma parte del pago por la adquisición del paquete accionario del grupo que hizo la empresa Eltham Trading, que según los legisladores opositores, está a dirigida por Yalal Nacrach, hijo de Delia Yoma. Además esta firma dio como dirección un garaje ubicado en San José 168 de la ciudad de Montevideo.
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