Por Maximiliano Montenegro desde Washington
Página/12 en EE.UU. El informe que difundirá hoy el Fondo Monetario Internacional
sobre la situación económica mundial elogia la decisión del gobierno argentino para
encarar un duro ajuste fiscal y financiero ante la crisis. Hasta lo pone como ejemplo de
que, pese a las debacles asiática y rusa, las recetas del FMI todavía funcionan. Pero
advierte que la economía (argentina), que tiene una sustancial exposición
comercial con Brasil, permanece vulnerable frente a la convulsión de los mercados.
Dice que el ensanchamiento del déficit de cuenta corriente y el lento progreso en
la reforma del mercado laboral son una fuente de preocupación. Pronostica menor
crecimiento y habla de un probable aumento del desempleo por arriba del 14 por ciento.
Hoy el Fondo Monetario dará a conocer oficialmente el World Economic Outlook, marcando el
inicio de la tradicional Asamblea Anual conjunta con el Banco Mundial. El documento
sostiene que este año la economía mundial crecerá sólo un 2 por ciento, frente al 3
por ciento que preveía el organismo en mayo último. Además, señala que
Latinoamérica aparece como la región más afectada por el dramático deterioro en
el sentimiento de los mercados que siguió a la crisis de Rusia. En tanto, ratifica
que en el futuro escaseará el combustible del capital externo, necesario para encender
los motores de las llamadas economías emergentes. Las corrientes de capital privado
hacia los países emergentes, que en mayo pasado ya se preveía que fueran menos de la
mitad de sus niveles de 1996, ahora declinarán aún más rápido hasta su nivel más bajo
desde 1990, asegura.
Sin duda, la vedette de las reuniones que se desarrollarán en los próximos días en esta
ciudad será Brasil, cuya delegación negociaría un plan de salvataje con el FMI, otros
organismos internacionales y bancos privados. Tal vez porque de la suerte del Plan Real
depende la estabilidad del resto de las piezas del dominó de emergentes, los técnicos
del Fondo fueron extremadamente cautos al describir la situación brasileña (ver aparte).
Sobre Argentina, en cambio, opinan con mayor libertad, tanto a favor como en contra.
Primero, citan en varias oportunidades al caso argentino para contrarrestar las
acusaciones que recibió el FMI tras las crisis asiática (ver aparte). Pero luego, los
elogios son matizados con diversas advertencias sobre la vulnerabilidad de la economía
argentina y los peligros que enfrenta, en caso de prolongarse la crisis internacional:
u Remarca que la dura política fiscal, la credibilidad en la Convertibilidad y las
reformas en el sector bancario han atenuado la presión de los mercados, y por eso
las reservas del Banco Central han caído sólo levemente. Sin embargo,
el ensanchamiento del déficit de cuenta corriente y el lento progreso de la reforma
laboral son fuentes de preocupación, sentencia, disparando contra el proyecto
laboral del ministro Antonio Erman González. Y alerta: La economía, que tiene una
sustancial exposición comercial con Brasil, permanece vulnerable.
u En otro párrafo dice que los pesados servicios de la deuda para 1999 y el alto
déficit de cuenta corriente apuntan a una situación difícil de financiamiento si las
turbulencias externas continúan por un período más extenso, y subrayan la importancia
de perseverar con el ajuste fiscal y las reformas estructurales.
u Para este año, coincide con el pronóstico oficial de que la economía crecerá un 5
por ciento. Pero para el próximo considera que las proyecciones de crecimiento (al
igual que en Brasil) son menores. En tanto, pronostica que el desempleo,
habiendo caído debajo del 14 por ciento, podría incrementarse en el futuro sobre
ese nivel.
u Argentina es uno de los países que más competitividad perdió tras las devaluaciones
en el sudeste asiático. Entre junio de 1997 y agosto de 1998, el peso se apreció un 3,9
por ciento en relación con una canasta de monedas de los países que comercian con
Argentina. Es decir que los productos argentinos se encarecieron en esa magnitud y las
importaciones desde esos destinos se abarataron. Por el contrario, el peso mexicano se
depreció en un 6,4 por ciento, en Brasil y Chile la paridad se mantuvo constante en
términos reales, y las monedas asiáticas sufrieron devaluaciones reales de entre 20
(Tailandia) y 56 por ciento (Indonesia). Alrededor de esa magnitud se abarataron las
exportaciones asiáticas.
u Según el Fondo, el rojo en cuenta corriente (déficit comercial más pago de intereses
de la deuda) será este año de 4,4 puntos del PBI, unos 15 mil millones de dólares.
Superior al de Brasil (-3,6 por ciento) y sólo es inferior al de Chile (-7,0 por ciento),
cuyas exportaciones se derrumbaron por la caída de precios del cobre.
En defensa de la receta Contra
la opinión del economista de Harvard Jeffrey Sachs, quien acusó al Fondo de contribuir
al pánico y de arrojar a las economías asiáticas a una brutal recesión con sus
recomendaciones de altas tasas, cierre de bancos y ajuste fiscal para defender la paridad
cambiaria, el organismo destacó en su informe anual los ejemplos de Argentina y
Hong Kong, cuyos casos demuestran que se puede defender con éxito el tipo de
cambio con tasas de interés más altas y austeridad fiscal. El documento enfatiza
la forma en que Argentina superó el efecto tequila y destaca que los países del
sudeste asiático, por el contrario, no aumentaron las tasas de interés cuando las
presiones sobre el tipo de cambio aparecieron durante 1997.
Sólo falta el moño
Roque Fernández llegará el sábado próximo a Washington y para entonces espera tener
cerrado un paquete de financiamiento que anunciaría al otro día. Pasado mañana llegará
a esa ciudad el secretario de Programación, Rogelio Frigerio (n), quien se reunirá con
James Wolfensohn, titular del Banco Mundial, y Enrique Inglesias, del BID. La idea es
contar con recursos suficientes para que el Estado tenga cubiertas sus necesidades de
financiamiento para lo que resta del año y todo el 99. De ese modo, se enviaría la
señal a los inversores de que, aun en el peor escenario internacional posible, Argentina
pagará su deuda y no seguirá el camino de Rusia. Según pudo saber Página/12, el
paquete se conformaría con unos 3 millones aportados por el Banco Mundial, otros 5 mil
entre el BID y el Eximbank japonés, y 2800 millones estarían cubiertos por el préstamo
de facilidades ampliadas del FMI. Según un funcionario de Economía, el resto podría
reunirse de la siguiente manera: 2 mil millones causionando las acciones de YPF, mil
millones por el Banco Hipotecario, y otros 1200 millones colocando un bono entre las AFJP.
Por otro lado, ante los funcionarios del FMI Roque Fernández se mantendrá firme en dos
temas: les dirá que la rebaja de aportes patronales anunciada para el año próximo es
irrenunciable, y descartará cualquier pedido de aumento en el impuesto a los combustibles
(con más énfasis en el gas oil) para cerrar la brecha fiscal, como insiste el FMI.
Inversores en retirada
La inversión privada extranjera en América latina caerá en unos 10 mil millones de
dólares en 1999, alcanzando a un total de 76 mil millones. La estimación fue presentada
ayer en Washington, antes del inicio de la Asamblea Anual del Fondo Monetario y el Banco
Mundial, por el Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), que reúne a los 300 bancos
privados más grandes del mundo. Pese a la fuerte caída en el flujo de capitales hacia
Latinoamérica, la entidad destacó que será la región emergente menos golpeada. En
cambio, la crisis impactará severamente en el sudeste asiático. Tras haber llegado a 161
mil millones de dólares en 1996, la inversión hacia esa región cayó a 19.400 millones
este año. Para el 99, la estimación del IFI es que alcanzará a 25.400 millones. |
BRASIL CENTRA LA ATENCION DE LAS FINANZAS
MUNDIALES
Una cosa grave está por suceder
Por M.M. desde Washington
El FMI va siempre
una crisis atrás. Si no dice nada, entonces ocurrirá algo, se comenta
irónicamente en Wall Street. En mayo pasado, durante las conferencias de
primavera del Fondo Monetario en esta misma ciudad, el tema central de la
publicación del FMI era la crisis asiática. De Rusia no se hablaba, y mucho menos se
advertía sobre un posible estallido. Hoy, el World Economic Outlook se ocupa de la crisis
rusa. De Brasil se habla muy poco y con cautela. Tal vez éste sea el mejor indicio de que
algo grave está por suceder con Brasil (ver página 22).
En la sección de Latinoamérica, cuando el informe se refiere a Brasil, sólo hace una
descripción de las medidas adoptadas por el gobierno de Cardoso en los últimos meses
frente a la fuga de capitales. Tal vez en el párrafo más fuerte afirma que con un
déficit fiscal del 7 por ciento del PBI y un significativo desequilibrio de cuenta
corriente, los esfuerzos para recortar gastos y mejorar las finanzas de los gobiernos
estaduales todavía requieren mayor dureza para recobrar la confianza de los
inversores.
Pese a la timidez del Fondo, todas las miradas estarán puestas en los próximos días en
los funcionarios brasileños que se encuentran aquí y en la actitud de Fernando Henrique
Cardoso tras las elecciones del domingo. El ministro de Hacienda Pedro Malán llegó
anoche a esta capital política, mucho antes que el resto de las delegaciones
latinoamericanas que recién comenzarán a arribar hacia el fin de semana. Su intención
es negociar alguna clase de paquete de rescate financiero con el Fondo Monetario, el Banco
Mundial, el BID y bancos de inversión con alta exposición en Brasil. Esta, se sabe,
sería la única manera de desactivar a tiempo la bomba que representan tasas de interés
del 50 por ciento, que no logran parar una sangría de divisas de unos 600 millones de
dólares diarios, y encima engrosan el peso de los servicios de la deuda sobre el déficit
fiscal.
Diversas fuentes dan otras tantas versiones sobre las condiciones de dicho paquete. El New
York Times arriesgó ayer que los recursos que se pondrían a disposición de Brasil
superan los 30 mil millones de dólares. Sea cual fuere el monto, Malán tendrá que
asegurarle, en primer lugar a los funcionarios del FMI, que su gobierno aplicará un
fuerte ajuste fiscal después de las elecciones. Por lo menos, tendría que anunciar
medidas que, con recortes de gastos y aumentos de impuestos, aseguren al fisco unos 16 mil
millones de dólares adicionales. Por ahora, las autoridades brasileñas coquetean con la
posibilidad en el exterior, pero prefieren esconderla en casa por motivos electorales. Los
funcionarios del Fondo consultados aquí, sin embargo, dan como seguro un acuerdo.
Si así fuera, Brasil, que hasta ahora se resistía a seguir los pasos de Argentina,
pasará a depender también de la burocracia de Washington, que recomienda ajustes
fiscales y monetarios, sin importar el país o el signo de su gobierno. Wall Street la
critica, pero también le reclama a gritos que lo salve con paquetes milagrosos.
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