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ARGENTINA CRECERA MENOS Y PODRIA AUMENTAR LA DESOCUPACION, SEGUN LA VISION DEL FMI
Ni el mejor alumno quedará a salvo del castigo

Aunque el país es destacado por el FMI  como un ejemplo por la política de ajuste,  el informe advierte sobre su vulnerabilidad.

Michel Camdessus, director gerente del FMI, todavía cree tener la llave para abrir la puerta de salida de la crisis mundial.

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Por Maximiliano Montenegro desde Washington
Página/12 en EE.UU.

t.gif (67 bytes) El informe que difundirá hoy el Fondo Monetario Internacional sobre la situación económica mundial elogia la decisión del gobierno argentino para encarar un duro ajuste fiscal y financiero ante la crisis. Hasta lo pone como ejemplo de que, pese a las debacles asiática y rusa, las recetas del FMI todavía funcionan. Pero advierte que “la economía (argentina), que tiene una sustancial exposición comercial con Brasil, permanece vulnerable” frente a la convulsión de los mercados. Dice que “el ensanchamiento del déficit de cuenta corriente y el lento progreso en la reforma del mercado laboral son una fuente de preocupación”. Pronostica menor crecimiento y habla de un probable aumento del desempleo por arriba del 14 por ciento.
Hoy el Fondo Monetario dará a conocer oficialmente el World Economic Outlook, marcando el inicio de la tradicional Asamblea Anual conjunta con el Banco Mundial. El documento sostiene que este año la economía mundial crecerá sólo un 2 por ciento, frente al 3 por ciento que preveía el organismo en mayo último. Además, señala que “Latinoamérica aparece como la región más afectada por el dramático deterioro en el sentimiento de los mercados que siguió a la crisis de Rusia”. En tanto, ratifica que en el futuro escaseará el combustible del capital externo, necesario para encender los motores de las llamadas economías emergentes. “Las corrientes de capital privado hacia los países emergentes, que en mayo pasado ya se preveía que fueran menos de la mitad de sus niveles de 1996, ahora declinarán aún más rápido hasta su nivel más bajo desde 1990”, asegura.
Sin duda, la vedette de las reuniones que se desarrollarán en los próximos días en esta ciudad será Brasil, cuya delegación negociaría un plan de salvataje con el FMI, otros organismos internacionales y bancos privados. Tal vez porque de la suerte del Plan Real depende la estabilidad del resto de las piezas del dominó de emergentes, los técnicos del Fondo fueron extremadamente cautos al describir la situación brasileña (ver aparte).
Sobre Argentina, en cambio, opinan con mayor libertad, tanto a favor como en contra. Primero, citan en varias oportunidades al caso argentino para contrarrestar las acusaciones que recibió el FMI tras las crisis asiática (ver aparte). Pero luego, los elogios son matizados con diversas advertencias sobre la vulnerabilidad de la economía argentina y los peligros que enfrenta, en caso de prolongarse la crisis internacional:
u Remarca que “la dura política fiscal, la credibilidad en la Convertibilidad y las reformas en el sector bancario” han atenuado la presión de los mercados, y por eso “las reservas del Banco Central han caído sólo levemente”. “Sin embargo, el ensanchamiento del déficit de cuenta corriente y el lento progreso de la reforma laboral son fuentes de preocupación”, sentencia, disparando contra el proyecto laboral del ministro Antonio Erman González. Y alerta: “La economía, que tiene una sustancial exposición comercial con Brasil, permanece vulnerable”.
u En otro párrafo dice que “los pesados servicios de la deuda para 1999 y el alto déficit de cuenta corriente apuntan a una situación difícil de financiamiento si las turbulencias externas continúan por un período más extenso, y subrayan la importancia de perseverar con el ajuste fiscal y las reformas estructurales”.
u Para este año, coincide con el pronóstico oficial de que la economía crecerá un 5 por ciento. Pero para el próximo considera que “las proyecciones de crecimiento (al igual que en Brasil) son menores”. En tanto, pronostica que “el desempleo, habiendo caído debajo del 14 por ciento, podría incrementarse en el futuro” sobre ese nivel.
u Argentina es uno de los países que más competitividad perdió tras las devaluaciones en el sudeste asiático. Entre junio de 1997 y agosto de 1998, el peso se apreció un 3,9 por ciento en relación con una canasta de monedas de los países que comercian con Argentina. Es decir que los productos argentinos se encarecieron en esa magnitud y las importaciones desde esos destinos se abarataron. Por el contrario, el peso mexicano se depreció en un 6,4 por ciento, en Brasil y Chile la paridad se mantuvo constante en términos reales, y las monedas asiáticas sufrieron devaluaciones reales de entre 20 (Tailandia) y 56 por ciento (Indonesia). Alrededor de esa magnitud se abarataron las exportaciones asiáticas.
u Según el Fondo, el rojo en cuenta corriente (déficit comercial más pago de intereses de la deuda) será este año de 4,4 puntos del PBI, unos 15 mil millones de dólares. Superior al de Brasil (-3,6 por ciento) y sólo es inferior al de Chile (-7,0 por ciento), cuyas exportaciones se derrumbaron por la caída de precios del cobre.

 

En defensa de la receta

Contra la opinión del economista de Harvard Jeffrey Sachs, quien acusó al Fondo de contribuir al pánico y de arrojar a las economías asiáticas a una brutal recesión con sus recomendaciones de altas tasas, cierre de bancos y ajuste fiscal para defender la paridad cambiaria, el organismo destacó en su informe anual “los ejemplos de Argentina y Hong Kong”, cuyos casos “demuestran que se puede defender con éxito el tipo de cambio con tasas de interés más altas y austeridad fiscal”. El documento enfatiza la forma en que Argentina superó el efecto tequila y destaca que “los países del sudeste asiático, por el contrario, no aumentaron las tasas de interés cuando las presiones sobre el tipo de cambio aparecieron durante 1997”.


Sólo falta el moño

Roque Fernández llegará el sábado próximo a Washington y para entonces espera tener cerrado un paquete de financiamiento que anunciaría al otro día. Pasado mañana llegará a esa ciudad el secretario de Programación, Rogelio Frigerio (n), quien se reunirá con James Wolfensohn, titular del Banco Mundial, y Enrique Inglesias, del BID. La idea es contar con recursos suficientes para que el Estado tenga cubiertas sus necesidades de financiamiento para lo que resta del año y todo el ‘99. De ese modo, se enviaría la señal a los inversores de que, aun en el peor escenario internacional posible, Argentina pagará su deuda y no seguirá el camino de Rusia. Según pudo saber Página/12, el paquete se conformaría con unos 3 millones aportados por el Banco Mundial, otros 5 mil entre el BID y el Eximbank japonés, y 2800 millones estarían cubiertos por el préstamo de facilidades ampliadas del FMI. Según un funcionario de Economía, el resto podría reunirse de la siguiente manera: 2 mil millones causionando las acciones de YPF, mil millones por el Banco Hipotecario, y otros 1200 millones colocando un bono entre las AFJP. Por otro lado, ante los funcionarios del FMI Roque Fernández se mantendrá firme en dos temas: les dirá que la rebaja de aportes patronales anunciada para el año próximo es irrenunciable, y descartará cualquier pedido de aumento en el impuesto a los combustibles (con más énfasis en el gas oil) para cerrar la brecha fiscal, como insiste el FMI.


Inversores en retirada

La inversión privada extranjera en América latina caerá en unos 10 mil millones de dólares en 1999, alcanzando a un total de 76 mil millones. La estimación fue presentada ayer en Washington, antes del inicio de la Asamblea Anual del Fondo Monetario y el Banco Mundial, por el Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), que reúne a los 300 bancos privados más grandes del mundo. Pese a la fuerte caída en el flujo de capitales hacia Latinoamérica, la entidad destacó que será la región emergente menos golpeada. En cambio, la crisis impactará severamente en el sudeste asiático. Tras haber llegado a 161 mil millones de dólares en 1996, la inversión hacia esa región cayó a 19.400 millones este año. Para el ‘99, la estimación del IFI es que alcanzará a 25.400 millones.

 


 

BRASIL CENTRA LA ATENCION DE LAS FINANZAS MUNDIALES
“Una cosa grave está por suceder”

Por M.M. desde Washington

t.gif (862 bytes) “El FMI va siempre una crisis atrás. Si no dice nada, entonces ocurrirá algo”, se comenta irónicamente en Wall Street. En mayo pasado, durante las “conferencias de primavera” del Fondo Monetario en esta misma ciudad, el tema central de la publicación del FMI era la crisis asiática. De Rusia no se hablaba, y mucho menos se advertía sobre un posible estallido. Hoy, el World Economic Outlook se ocupa de la crisis rusa. De Brasil se habla muy poco y con cautela. Tal vez éste sea el mejor indicio de que algo grave está por suceder con Brasil (ver página 22).
En la sección de Latinoamérica, cuando el informe se refiere a Brasil, sólo hace una descripción de las medidas adoptadas por el gobierno de Cardoso en los últimos meses frente a la fuga de capitales. Tal vez en el párrafo más fuerte afirma que “con un déficit fiscal del 7 por ciento del PBI y un significativo desequilibrio de cuenta corriente, los esfuerzos para recortar gastos y mejorar las finanzas de los gobiernos estaduales todavía requieren mayor dureza para recobrar la confianza de los inversores”.
Pese a la timidez del Fondo, todas las miradas estarán puestas en los próximos días en los funcionarios brasileños que se encuentran aquí y en la actitud de Fernando Henrique Cardoso tras las elecciones del domingo. El ministro de Hacienda Pedro Malán llegó anoche a esta capital política, mucho antes que el resto de las delegaciones latinoamericanas que recién comenzarán a arribar hacia el fin de semana. Su intención es negociar alguna clase de paquete de rescate financiero con el Fondo Monetario, el Banco Mundial, el BID y bancos de inversión con alta exposición en Brasil. Esta, se sabe, sería la única manera de desactivar a tiempo la bomba que representan tasas de interés del 50 por ciento, que no logran parar una sangría de divisas de unos 600 millones de dólares diarios, y encima engrosan el peso de los servicios de la deuda sobre el déficit fiscal.
Diversas fuentes dan otras tantas versiones sobre las condiciones de dicho paquete. El New York Times arriesgó ayer que los recursos que se pondrían a disposición de Brasil superan los 30 mil millones de dólares. Sea cual fuere el monto, Malán tendrá que asegurarle, en primer lugar a los funcionarios del FMI, que su gobierno aplicará un fuerte ajuste fiscal después de las elecciones. Por lo menos, tendría que anunciar medidas que, con recortes de gastos y aumentos de impuestos, aseguren al fisco unos 16 mil millones de dólares adicionales. Por ahora, las autoridades brasileñas coquetean con la posibilidad en el exterior, pero prefieren esconderla en casa por motivos electorales. Los funcionarios del Fondo consultados aquí, sin embargo, dan como seguro un acuerdo.
Si así fuera, Brasil, que hasta ahora se resistía a seguir los pasos de Argentina, pasará a depender también de la burocracia de Washington, que recomienda ajustes fiscales y monetarios, sin importar el país o el signo de su gobierno. Wall Street la critica, pero también le reclama a gritos que lo salve con paquetes milagrosos.


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