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EL PSTU NO DEJA EN PAZ A FERNANDO CARDOSO
Los trotskistas implacables

Por Carmen Jiménez desde Río de Janeiro
El País de Madrid

t.gif (862 bytes) El presidente Fernando Henrique Cardoso está tranquilo ante las elecciones del 4. Sólo hay dos momentos cada día de la campaña electoral en los que se le borra la sonrisa: exactamente es el minuto con siete segundos que dura el total de los dos espacios electorales gratuitos diarios en televisión del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), una organización de tendencia trotskista que aborda su tiempo televisivo con una buena dosis de imaginación, descaro y sentido del humor.
El PSTU, que tiene tan sólo un diputado en el Congreso –Lindsberg Farías–, presenta como candidato a la presidencia de la república a José María Almeyda, un metalúrgico de ideas claras y lengua afilada como hojas de afeitar. El partido aparece todos los días en pantalla con una idea nueva. Unas veces repiten hasta la saciedad frases inconvenientes que se le han escapado a Cardoso, otros días emiten dibujos animados con caricaturas del presidente, otros hacen comentarios ácidos y burlas sarcásticas contra el gobierno, el presidente y los partidos que lo apoyan. El final de su breve aparición es siempre el mismo: se ve un tétrico retrato de Cardoso, en blanco y negro, mientras una voz en off dice en tono alterado: “Contra burgués, vote 16!” (el número de registro electoral). Y Cardoso, que suele aparecer en los informativos televisivos y las fotografías, tranquilo, afable y sonriente, responde con impugnaciones legales ante el Tribunal Supremo Electoral de Brasil.
El PSTU, miembro de la Liga Internacional de los Trabajadores (LIT), una tendencia internacional fundada por el argentino Nahuel Moreno, asegura que existe “una ofensiva autoritaria y arrogante de quien quiere ganar las elecciones a toda costa en el primer turno, en base al rodillo; no quieren tener sus cuatro años de mandato cuestionados en 30 segundos de oposición marxista”. Para los “trotskos” del PSTU, una organización pequeña pero con estimable presencia en la Central Unica de los Trabajadores (CUT) y en el Sindicato de Estudiantes, las acciones para sacar del aire sus espacios electorales “se basan en la intolerancia política”.
Para algunos analistas de los espacios televisivos, la frecuente incontinencia verbal del presidente Cardoso “no ayuda” a frenar el sarcasmo de los trotskistas. Las recientes frases de Cardoso acerca de que los que se jubilan antes de los 50 años son unos “vagabundos”, que los miembros del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) están en connivencia con los “maconheros” (marihuaneros) y la rotunda afirmación de que “la vida de los ricos es aburrida” –todo esto dicho en plena campaña electoral y con pocos días de diferencia– era caldo de cultivo fácil para los maliciosos espacios electorales del PSTU.
Al PSTU no se le escapa nadie y algunos días critican al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula y se ceban, sobre todo, con sus principales aliados en las actuales elecciones, los integrantes del Partido Democrático Laborista (PDT), encabezados por el veterano socialdemócrata Leonel Brizola, a quien presentaron como el cinematográfico monstruo Godzilla.
El PSTU participa de la vida social del país pero, eso sí, con cierta heterodoxia. El día en que se realizó en Río de Janeiro la privatización de Telebrás, todas las fuerzas parlamentarias dieron su opinión. El PSTU, también dio su parecer... lanzando piedras a la policía en una barricada frente a la Bolsa de Valores de Río de Janeiro.

 

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