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Por Adriana Meyer Está ella, está su mamá, está una chica con tonada paraguaya que abre y hace pasar y está la nena, asombrada por su repentina popularidad: "¿Cómo es que todos los que vienen saben mi nombre?". Lourdes Di Natale, la madre de la chiquita, es la que ha decidido convertir a todo el grupo familiar en noticia desde que comenzó a relatar detalles de su trabajo como ex secretaria del asesor presidencial Emir Yoma y el secretario privado Ramón Hernández. De muchos de esos detalles dijo a Página/12 que conserva los documentos. Di Natale recibió a este diario en su departamento de dos ambientes de Mansilla y Pueyrredón. Decoración escasa, sillas plegables, aspecto precario de vivienda fugaz. --¿Por qué habló ahora? --Por toda la realidad que me hizo ver Aurelia Hoffman, que despotricaba contra Emir Yoma. La realidad que me hizo ver Mariano Cúneo Libarona. Lo que vi yo que hicieron con el helicóptero de Carlitos... Yo dije: "Dejé mi salud por gente que no lo merece, y ahora empiezo a pensar en mí". --¿Por qué no lo hizo antes? --Porque estaba postrada en una cama. --¿Por qué le dejaron de pagar el sueldo? --Porque Emir Yoma se enteró de que yo la llamé a la señora Zulema y le dije: "Señora Zulema, me siento culpable y le pido perdón. Yo sé cosas respecto del helicóptero de Carlitos y necesito contárselas. Soy madre de una hija y me pongo en su lugar". --¿Qué documentos tiene? --Los tengo en cajas de seguridad. Y videos. Yo me autofilmé contando todo esto por si me pasaba algo y los videos están en el exterior. --¿Tuvo agendas? --No. Y no puedo decir más por secreto del sumario. Disculpas. --¿ --¿Qué tipo de amenazas recibió por teléfono? --Llaman y cortan. Son intimidaciones. --¿Es cierto que usted tenía una valija de Amira? --A mí María, la secretaria de Mario Caserta, me dice en una oportunidad a fines del '91: "Lourdes, ¿me podés guardar una valija, porque no tengo lugar en mi departamento?" Y yo le dije: "Está bien, María, no tengo problema". Yo conocía el departamento de ella y sabía que tenía lugar, pero bueno. La tuve en mi casa, e inclusive en febrero del '92, cuando tomé mis primeras vacaciones, viajé con esa valija. Fuimos con Alejandra Rodino, la secretaria de (el ex secretario general de la Presidencia, Eduardo) Bauzá a Brasil. Después, atando cabos, recordé que nunca me la reclamó y coincidía con las características que figuraban en la causa del Narcogate, una Samsonite azul, entonces puede ser o no puede ser. Eso no lo puedo asegurar yo. --¿Quiénes eran los visitantes más frecuentes en Presidencia cuando usted era secretaria de Ramón Hernández? --Trabajaba tanto que en la privada de Presidencia corría de mi oficina, volvía corriendo, no sabía nada. Ramón (Hernández) nunca me soportó. En una oportunidad, en plena campaña, me dijo: "Lourdes, vos sos la única que va a conocer la suite del doctor Carlos Menem". Me lleva, me hace conocer la suite del Bauen y yo, cuando me hace conocer todo, pasamos y estábamos sentados en los sillones, me dice: "Vos me gustás mucho". Y yo le respondo: "Ramón, disculpáme, yo acá vine a trabajar". Desde ese momento me dijo: "No me tomes más los mensajes". Los empezaron a tomar las chicas de la Lotería de La Rioja, en Callao 240, y yo les seguí tomando los mensajes a Miguel Angel Vico y a (Juan Bautista) "Tata" Yofre. En una oportunidad hubo un problema y Ramón me volvió a pedir que le tomara los mensajes. Ramón nunca me soportó. Independientemente de ello, en algunos momentos cenaba conmigo y me contaba muchas cosas.
DI NATALE DECLARO DURANTE SEIS HORAS ANTE EL
JUEZ Y PIDIO CUSTODIA Por Adriana Meyer Pocos minutos antes de las 13, vestida con un traje verde brillante, camisa de encaje blanca y un largo tapado de piel de camello, Lourdes Di Natale entró en el despacho del juez Ricardo Farías. Llevaba tres de las tantas agendas que usaba cuando era la secretaria de Emir Yoma y se ocupaba de los asuntos del presidente Carlos Menem. Según ella contienen parte de las pruebas que dice tener sobre los más graves casos de corrupción en los que estarían involucrados importantes funcionarios de este gobierno. Apenas comenzaba una larga jornada que culminaría con su partida custodiada por la Policía Aeronáutica. "No quiero que me cuide la policía de Corach", fue su pedido al juzgado. Uno de los participantes de la audiencia aseguró a Página/12 que la mujer "ratificó todo lo que ha afirmado a los medios y se le pidió que ampliara algunos hechos puntuales. Aportó muchísimos detalles, casi de manera abrumadora, pero demostrando una gran capacidad de memoria". Este diario pudo saber que hubo una rectificación en cuanto a la famosa valija del Narcogate (ver reportaje). Mientras esperaba en los pasillos del quinto piso del Palacio de Tribunales, junto a su abogado Alberto Heredia, la ex secretaria de Yoma comentó que le causaba gracia la atención de los medios que había convocado su presencia. "Pensar que esto que vengo a decir acá se lo escribí a varios periodistas famosos y nadie me dio bolilla", suspiró con cierta satisfacción. Alguien le preguntó qué pensaba de los fiscales Norberto Quantín --quien participó del interrogatorio-- y José María Campagnoli --quien hizo la denuncia de oficio para que la Justicia estableciera si hay algún delito en los hechos relatados por Di Natale a la revista Noticias--. "Son todos amigos de Mariano Cúneo Libarona, no espero mucho de ellos". Tratando de dar contundencia a sus palabras, mostró a los cronistas que la rodeaban un supuesto escrito de puño y letra de Cúneo Libarona, que mencionaba cuáles eran las situaciones que lo excitaban, las que no dejan muy bien parado al abogado de los ricos y famosos. Un allegado a Di Natale se mostró sorprendido del inicio de esta causa en la Justicia criminal de instrucción, porque la mayoría de las personas mencionadas por la mujer en aquel reportaje son funcionarios públicos o lo eran en el momento de cometer algún presunto acto de corrupción. "Sería más lógico que se active el fuero federal, ya sea a partir de una denuncia de un fiscal federal o en el juzgado de Urso, donde ya está abierto un expediente", dijo la fuente. Los policías aeronáuticos que la escoltarían hasta su casa y que la cuidarán durante los próximos días tardaron varias horas en llegar. Mientras tanto la declarante leyó detenidamente lo que había dicho, comió una tarta de verduras, habló por teléfono con su hija Agustina, y terminó conversando con los empleados del juzgado. Dos pisos más abajo declaró ante el juez Héctor Yrimia otra "pentita", pero acusadora del bando opuesto. Rita López, la amiga del escribano Jorge Gómez, amplió su indagatoria (ver página 2). El juez Ricardo Farías implantó el secreto de sumario, lo cual resulta paradójico en una causa que se inicia a raíz de un reportaje. El magistrado le solicitó a la testigo que no hablara con los medios, pero no impidió la emisión del programa de Mariano Grondona por Canal 9, con una entrevista del periodista a Di Natale que había sido grabada el martes. Esta causa caratulada "N.N. sobre presunto delito de acción pública" está radicada en el Juzgado de Instrucción 25 que ocupaba el ex juez Francisco Trovato. Los magistrados que lo reemplazan cambian cada dos meses y Farías estará a cargo sólo hasta el domingo. El sillón del ahora preso "juez del placard" será ocupado por Federico Salva, un pariente del jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, a quien sus pares prefieren mantener a distancia para que los asuntos de los que hablan en su presencia no lleguen a oídos de los espías. En los próximos días, Di Natale subirá las escalinatas de Comodoro Py 2002 para sentarse frente a otro magistrado. El juez Jorge Urso ya le envió un médico forense para confirmar su estado de salud, dado que cuando la citó el 19 de agosto Di Natale estaba enferma. "Estoy perfecta y quiero declarar, lástima que se acordó un poco tarde", fue la respuesta que le mandó a Urso.
LA SECRETARIA QUE LLEGO A LA TELEVISION Por Raúl Kollmann Flaca, nerviosa, por momentos creíble y por momentos desequilibrada. Así se la vio anoche a Lourdes Di Natale, ex secretaria privada de Emir Yoma, Ramón Hernández y Miguel Angel Vico, estos dos últimos a su vez secretarios del presidente Carlos Menem. Ante Mariano Grondona, la mujer sostuvo que junto con Juan Manuel Retamero, hijo de un amigo de Emir, tuvo que destruir decenas y decenas de folletos de armas y que en realidad fue el propio Emir el que cobró los 400.000 dólares pagados como coima por el tráfico de armas. La secretaria no se privó de una referencia delirante sobre los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA: "Fueron hechos por Monzer Al Kassar, Alfredo Yabrán, Emir Yoma y Carlos Menem". Di Natale reiteró que vio salir del despacho de Yoma a varios funcionarios -entre ellos los ex ministros José Luis Manzano y Roberto Dromi- con bolsitas que según dijo contenían dinero y que supuestamente provenían de coimas de las privatizaciones. La ex secretaria fue entrevistada por Grondona en su casa, porque -según dijo- "me da pavor ir al canal". Efectivamente, anoche en "Hora Clave" se la vio de a ratos temblorosa, aunque en su relato no se detectaron contradicciones notorias: contó las cosas como las contaría cualquier secretaria, no pudo aportar prácticamente ninguna prueba pero hizo una larga y vívida enumeración de bolsitos con dinero, negocios turbios, lavado de narcodólares, tráfico de armas y, sobre todo, corrupción. "No soy una arrepentida", dijo sobre la entrevista que le hizo la revista Noticias la semana pasada. "Sí soy una desilusionada de Emir Yoma, del presidente Menem y de toda su familia." "Emir era asesor del Presidente -dijo Di Natale- y yo citaba a Manzano, María Julia Alsogaray, Dromi, Carlos Grosso, Matilde Menéndez. Todos pasaban por su oficina particular de la calle Florida. Manzano iba con su secretario y salía con un bolsito de dinero. Juan Antonio Retamero, un amigo de Emir, iba a la casa de Dromi con un bolsito de dinero. La testaferro de Emir, Aurelia Hoffman de Retamero, me confirmó que en los bolsitos había dinero". Respecto del Narcogate, Di Natale hizo referencia a un supuesto arreglo realizado con la jueza María Luisa Riva Aramayo, que habría cobrado una importante suma de dinero para darle la excarcelación a Amira Yoma, imputada en las maniobras de lavado de narcodólares. La antigua secretaria mostró a las cámaras de Hora Clave una carta de la madre de Mariano Cúneo Libarona que dice que prestó su casa de Santa Fe 1955 para la realización de un encuentro entre la jueza, Emir y Cúneo, ocasión en la que se habría cerrado el trato. La madre del letrado sostiene en la misiva que guarda un video del momento en que llegan y se van los participantes de la reunión secreta. Como la carta está escrita a mano, en cursiva, debería ser fácil periciarla y determinar si efectivamente se trata de la letra de la madre de Cúneo, quien en el piso de Hora Clave describió a Lourdes como "depresiva" e "inestable emocionalmente". Para redondear, Di Natale insistió en que Emir tuvo directa relación con el envío de armas a Ecuador y Croacia y que el traficante Diego Palleros y el titular de Fabricaciones Militares, Luis Sarlenga, también estuvieron en las oficinas del asesor presidencial. Según la ex secretaria, el dinero de las coimas lo cobró Emir a través de la cuenta de Daforel en Uruguay. Desde el Gobierno y el entorno de la familia presidencial las respuestas tuvieron un mismo color: "Esa mujer está enferma, mal de la cabeza, es una desequilibrada". En televisión, más allá de que no se la vio bien del todo, la mayor parte de su relato parece no haber sonado a delirio. Por eso no extrañó que el televoto de Grondona arrojara una goleada a su favor: el 91 por ciento de los oyentes llamó para decir que le creía contra sólo un 7 por ciento de incrédulos.
Otro detenido por las coimas del caso Gómez
Por Santiago Rodríguez La detención de un empleado de carrera de la comuna porteña alimentó la sospecha sobre la existencia de una red de corrupción dentro de la administración local, que comenzó a tejerse a partir de la denuncia del caso de coima del empresario Emanuel Fumarola por la cual fue procesado el ex escribano general del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Gómez. El hombre detenido es César Cappelotto, quien ayer fue indagado por el juez Héctor Yrimia por su presunta participación en otro pedido de coima, vinculado a una habilitación en el Hipódromo Argentino de Palermo, y después recuperó su libertad bajo palabra. Cappelotto tiene 22 años de antigüedad como empleado de la comuna porteña y se desempeña en el área de Certificaciones y Registros. Anteanoche fue detenido por personal de la División Investigaciones Preventivas de la Policía Federal en su casa del barrio de San Telmo. La causa penal abierta tras la denuncia formulada por Fumarola cobró impulso en los últimos días a partir de la declaración del empresario Valentín Krasnobroda, quien vinculó a Gómez y a la gestora María Rita López --los únicos procesados hasta el momento-- con una coima que le pidieron para conceder la habilitación de un estacionamiento y un predio de exposiciones en el Hipódromo. El arquitecto Juan Carlos Núñez Costoya, gestor de Krasnobroda, corroboró ante el magistrado el testimonio del empresario y fue quien afirmó que Cappelotto había exigido 400 mil pesos. López también mencionó a Cappelotto cuando declaró ante Yrimia y lo incluyó en la nómina de hombres de la administración porteña que tenían trato frecuente con Gómez. En su aparición pública de anteayer, frente a las cámaras de televisión, la gestora admitió, además, como "exacto" que la cifra solicitada a Krasnobroda fue de 400 mil pesos. Esos elementos llevaron a Yrimia a ordenar la detención de Cappelotto y la ampliación de las indagatorias a Gómez y López. Fuentes vinculadas a la causa precisaron a Página/12 que "el magistrado dispuso el arresto porque entendió que había indicios suficientes para suponer que estaba frente a una asociación ilícita". De corroborarse esa hipótesis, la prisión preventiva que pesa sobre Gómez y López, como la que eventualmente podría dictarse con Cappelotto, se tornaría de cumplimiento efectivo, dado el mínimo de la pena prevista para ese delito. Yrimia y su secretario letrado, Ignacio Belderraín, dirigieron muchas de sus preguntas en ese sentido durante la indagatoria a Cappelotto, además de interrogarlo sobre el caso particular del Hipódromo. Finalizado ese trámite que no se prolongó mucho más de hora y media, ambos se dedicaron a la ampliación de la indagatoria de López, quien finalmente no fue careada con el detenido como se había especulado en un primer momento. "El juez entendió que no era procedente en este momento", explicaron a este diario voceros del juzgado. Después de notificarse de la decisión de Yrimia de conceder la libertad bajo caución juratoria --es decir, sin pago de fianza-- de Cappelotto, su abogado defensor, Eduardo Rigotti, aseguró que "la imputación contra mi cliente está absolutamente desvirtuada, tanto por su descargo, en el que negó en forma clara y precisa haber participado en ilícito alguno y mucho menos haberle pedido dinero señor Núñez Costoya para trámites municipales, como por la declaración de la propia López". Destacó, además, que "la denuncia formulada por Núñez Costoya no se corresponde con la realidad".
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