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Por Claudio Zlotnik Los mercados volvieron a sacudirse. Las acciones líderes cayeron ayer en promedio 7,7 por ciento. Sólo la bolsa paulista tuvo un desempeño peor: bajó 9,6 por ciento. La crisis internacional desplegó su furia y pegó con fuerza en los recintos americanos, europeos y asiáticos. México perdió 5,0 por ciento; Nueva York, 2,7; Tokio, 1,6; Madrid, 7,1; Francfort, 7,5; París, 5,0; y Londres, 3,1. A los inversores les ganó la sensación de que la economía mundial podría ingresar en una fase recesiva. Después de dos semanas de relativa calma, la volatilidad volvió a adueñarse de los recintos. Los financistas terminaron de demostrar su disgusto tras el recorte de un cuarto de punto por parte de la Reserva Federal (banca central estadounidense) en la tasa de interés de corto plazo, el último martes. Pero, además, desde entonces no hacen más que escuchar malas noticias sobre el desarrollo de la crisis. Al sombrío pronóstico del FMI sobre la evolución de la economía mundial, ayer se sumaron los pronósticos de menores ganancias en las empresas europeas, para el tercer trimestre del año, y el pesimismo que reina entre los empresarios japoneses. El 60 por ciento de los consultados por el Banco Central nipón dijo que la situación económica en el archipiélago empeorará. O sea, que se va a profundizar el ciclo recesivo. La Bolsa de Tokio abrió con una pérdida de 1,5 por ciento, deprimiendo al índice Nikkei por debajo de la barrera de los 13 mil puntos. Justamente, el temor de los inversores a que la economía mundial sufra una recesión, ante la falta de reacción de los organismos multilaterales de crédito y de la Reserva Federal, motorizó los fuertes declives de ayer. "Volvió el pánico. Hacía semanas que no veíamos este escenario. Recibíamos órdenes de desprendernos de acciones sí o sí, porque la sensación era que los precios de los activos seguirán hacia abajo", comentó un operador de la city a Página/12. Con la pérdida de ayer, el MerVal borró de un plumazo todo lo que había adelantado el mes pasado. Y en lo que va de la semana acumula una baja del 9,5 por ciento. Los máximos derrapes correspondieron a los papeles del BBV Banco Francés, Acindar y Siderca, las tres con una merma del 10 por ciento; Molinos (-8,8) e YPF (-8,7). Sólo hubo un alza --Bansud, 1,7 por ciento--, pero después de que el banco saliera al mercado a comprar acciones propias. Hasta ese momento soportó una caída de hasta 15 por ciento. En total se pactaron negocios por 27,1 millones de pesos. Por su parte, los títulos públicos quedaron a salvo de los fuertes bajones debido a que cuando los papeles empresarios subieron la pendiente en las últimas semanas, los bonos se mantuvieron planchados. Los Brady cedieron entre 0,6 y 1,5 por ciento y los Globales entre 3 y 3,2. Después de que los inversores evaluaran que el recorte en la tasa de corto en Estados Unidos resulta exigua para amortiguar la crisis bursátil, ahora las miradas apuntan, por un lado, a Brasil y, por el otro, a los sistemas financieros y las compañías de los países desarrollados. Tras el millonario rescate del fondo estadounidense Long Term Capital Management, los financistas se preguntan por los daños que la crisis está dejando entre los bancos y los fondos de riesgo norteamericanos. Mientras, las empresas de Estados Unidos y Europa comenzaron a enviar avisos sobre menores ganancias por culpa del terremoto bursátil. En tanto, a 48 horas de las elecciones, en Brasil dan por descontado la reelección de Fernando Henrique Cardoso. Pero cada vez hay menos entusiasmo sobre los efectos que podría tener un eventual paquete de ayuda liderado por el FMI. "En el mercado se nota una mayor conciencia sobre lo difícil que será superar la crisis. No sólo depende del auxilio financiero a Brasil, sino también de que se realice un severo ajuste fiscal. Y hay dudas de que una cosa y la otra sirvan", señaló a este diario Marcelo Cimini, analista del Merchant Bankers Asociados (MBA). Durante setiembre se fugaron desde Brasil un total de 18.946 millones de dólares, que se suman a los 12.000 millones que salieron en agosto, según cifras oficiales. Ante la posibilidad de que las turbulencias de los mercados puedan perdurar y, por lo tanto, complicar las necesidades de financiamiento para el próximo año, Economía selló ayer el acuerdo con las AFJP para que suscriban una emisión de Bonos del Tesoro (Bontes) por 2000 millones de dólares a 30 años, a una tasa cercana al 13 por ciento anual. En lo que resta del año se realizarán tres licitaciones, cada una por 100 a 200 millones de dólares.
EL BANCO ESPAÑOL REBOBINA EN ASIA El mismo día en que la acción del Banco Santander se desplomó 14,8 por ciento en la Bolsa de Madrid, la entidad anunció un nuevo acuerdo que le permite elevar en un 21,4 por ciento su participación en el Banco Río, ampliando un acuerdo previo. De esta manera, la casa española controlaría, de ejercitar la opción en junio del 2001, un 64,4 por ciento del capital del banco argentino y un 90 por ciento del derecho a voto en éste. En contrapartida, Jorge Gregorio Pérez Companc, el argentino de mayor fortuna según Forbes, suscribió una opción sobre acciones del Santander, representativas del 1,29 por ciento del capital de éste, a 22,99 dólares por acción a la misma fecha. En los últimos días el banco hispano fue noticia en Europa por sus contratiempos en el negocio accionario. Una semana atrás anunció la reducción de 300 puestos en sus áreas de acciones y renta fija en todo el mundo. A fines de febrero adquirió en 23 millones el sector bursátil de un banco de inversión situado en Hong Kong, el Peregrine Investment Holdings, que había quebrado en enero. Una portavoz del Santander reconoció que habían subestimado el ulterior impacto de la crisis en Asia y América latina. La calificadora Moody's bajó de "estable" a "negativa" la nota para la deuda del Santander, expresando preocupación por las cuantiosas inversiones del banco cantábrico en Latinoamérica. Este gastó 3700 millones desde 1994 para expandirse como banca de inversión en la región. Pero a pesar del adverso clima creado por la crisis, el Santander expresó la semana pasada que va a concentrar sus recursos en América latina, además del sur de Europa, para consolidar su liderazgo y su rentabilidad. En cuanto al Asia, se limitará a la banca comercial.
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