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Por Darío Pignotti desde San Pablo El domingo vamos a ganar la presidencia del Brasil, dijo ayer a Página/12 Luiz Inácio Lula Da Silva, el candidato de izquierda que por tercera vez consecutiva se presenta a elecciones presidenciales. Las elecciones se ganan con votos, las encuestas son de la prensa que no quiere que Lula sea presidente, dijo Lula cuando se lo consultó sobre los 20 puntos de ventaja que el presidente actual Fernando Henrique Cardoso le lleva en todos los sondeos. Y ¿por qué va a ganar?, preguntó este diario. Porque represento lo que el pueblo brasileño está necesitando y porque entiendo a ese pueblo, porque vengo de ese pueblo. Eso fue todo. Cuando el cronista quiso saber qué táctica aplicaría Lula para convencer a los indecisos, un negro de campera negra y cabeza rapada (sin aro) apeló a la disuasión de un manotazo y Lula desapareció a bordo de un Che-vrolet azul que lo llevo al aeropuerto. Eran las 17.30 en Xavier de Toledo 159, centro de San Pablo, y tenía que llegar a las 20 horas a Río de Janeiro para realizar el acto de cierre de su campaña. La caminata relámpago por la ciudad paulista duró apenas 50 minutos y convocó unas 2000 personas citadas en la Plaza de la República, una zona considerada de alto riesgo entre las 20 y las 6 de la mañana. Aunque el candidato lo disimule, en el comité de campaña se han lanzado al combate final conscientes de la distancia que los separa de la alianza cardosista. En la movida se incluye pelear por la segunda vuelta en las disputas gubernamentales de San Pablo (con Marta Suplicy) y Rio Grande do Sul (con Olivio Dutra), donde Lula estuvo el miércoles. En el palco móvil levantado frente a la plaza, Jose Dirceu, presidente del Partido de los Trabajadores (PT, el partido de Lula que comparte la coalición otros tres partidos de izquierda) le explicaba a este diario la táctica petista, que consiste en actuar en la boca de urna (el domingo), trabajar de casa en casa en los próximos cuatro días, y confiar en el impacto de las propuestas que hemos realizado para salir de esta crisis porque sabemos que hay desconfianza en el pueblo en el paquete que el gobierno está preparando para el día 5. A menos que una operación sorpresa tenga lugar entre viernes y sábado, la respuesta del presidente del PT desmiente los rumores acerca de un volantazo político de última hora, como pudo haber sido unificar candidaturas con el socialdemócrata Ciro Gomes o denunciar las elecciones por parcialidad del tribunal electoral. Este diario le preguntó a Dirceu sobre la amenaza que había hecho la coalición de izquierda sobre su no participación en los comicios del domingo si el presidente del Tribunal Superior Electoral no renunciaba. Nosotros exigimos la renuncia del presidente Ilmar Galván (quien se había declarado en favor de Cardoso) para que las elecciones puedan ser confiables, declaró el dirigente. Las palabras de Galván tuvieron lugar hace cinco días y no se retractó, por los que hoy (por ayer) presentamos al Tribunal Electoral la solicitud para que declaren impedido a Galván de ejercer sus funciones, sentenció Dirceu. Eran las 16.40 y el líder petista Dirceu se sumó a la caminata que tomaba por la angosta calle 7 de abril para seguir por la peatonal Baron de Itapetinanga. La marcha se detuvo unos minutos cuando un blindado de Prosegur Brasil (esa empresa que el empresario suicidado Alfredo Yabrán nunca reconoció) entorpeció el paso accidentalmente. Lula, la gente ya está chega (harta) de hambre, a ver si nos das comida gritó un mendigo de gorra azul alojado en las escalinatas de la Comedia Municipal mientras pasaba la movilización. Lula no lo escuchó y el hombre volvió a lo suyo: un retazo de pollo compartido con otros dos socios. Del otro lado político, los 21 puntos de diferencia se respiraron con tranquilidad. Aseada y conocida por su urbanización modelo, Curitiba, la capital del estado de Paraná, era el lugar más propicio para un evento que corona lo que ya casi se descarta como una victoria, incluso sin necesidad de segunda vuelta: el cierre de campaña del presidente Fernando Enrique Cardoso. A pesar del clima optimista, el comité reeleccionista llegó anteayer a la capital de Paraná preocupado por algún incidente de último momento que alterara el clima reinante. Como el vencedor seguro del combate discursivo, Cardoso logró imponer durante su campaña la expulsión de la crisis económica del debate electoral. El presidente aseguró que Brasil tiene la voz firme y fuerte y exigirá que el mundo no se transforme en un verdadero casino. Cuando lo consultaron sobre la serie de medidas para afrontar la crisis que está evitando anunciar hasta el domingo, Cardoso dijo que no habrá paquete económico el lunes. Chitaozinho y el dúo folklórico Xororó, de gran éxito, cerró el evento con tono provinciano.
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