Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


WASHINGTON ENDURECIO SU POSICION FRENTE A YUGOSLAVIA POR KOSOVO
La OTAN prepara un ataque a Yugoslavia

Como reacción a la matanza de albaneses ocurrida el sábado pasado, la  Casa Blanca exigió el retiro de tropas serbias de la provincia yugoslava de Kosovo y pidió a los norteamericanos en la zona que abandonaran la región. La ONU podría ordenar la operación militar el miércoles próximo.

Así quedó una de las 34 víctimas civiles de la masacre ocurrida el sábado pasado en Kosovo (ab.).
El premier ruso Yevgueni Primakov y Milosevic; Rusia es el aliado de Yugoslavia en la ONU (arr.).

na21fo02.jpg (9934 bytes)

t.gif (67 bytes)  Luego de meses de amenazas, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN parecen decididosEl entierro de uno de los masacrados en Kosovo. a intervenir militarmente en la provincia yugoslava, luego de la masacre de 34 albaneses a manos de tropas serbias ocurrida el sábado pasado. El gobierno norteamericano exigió el retiro inmediato de las fuerzas serbias instaladas en Kosovo y advirtió a sus ciudadanos que abandonaran territorio serbio. Mientras Alemania y España, entre otros países, ofrecían sus servicios para una posible operación militar –que podría decidirse el miércoles próximo el premier británico Tony Blair ya descartó una solución diplomática a la situación. El Consejo permanente de la OTAN pidió la aceleración de un informe sobre Kosovo y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, adelantó al lunes la presentación de una síntesis de la situación prevista para el miércoles.
Varios dirigentes albaneses y serbios compararon la situación actual con la de Bosnia en las vísperas de la intervención de la OTAN en ese país. Para el viceprimer ministro serbio, Vojislav Seselj, se trata de preparativos de guerra a los cuales Belgrado piensa responder. “Las potencias occidentales deben saberlo. Tal vez no logremos abatir cada uno de sus aviones y misiles, pero sus soldados en todo el mundo serán nuestros enemigos y estarán expuestos a nuestros ataques allá donde estén a nuestro alcance”, dijo Seselj, quien recomendó “a todos los extranjeros cuyos países podrían participar en la agresión que huyan a tiempo”.
“La perspectiva de una acción militar (de la OTAN) está ahora más cerca”, fue la respuesta en forma diplomática del portavoz del Departamento de Estado, James Rubin. La decisión de la OTAN sobre una intervención armada podría ser adoptada el próximo miércoles, según afirmó el vocero del Pentágono, Kenneth Bacon. Esta medida podría llegar en forma de una “orden de activación” que fijaría una fecha para el comienzo de una operación aérea en Kosovo. El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic “no debe dudar de nuestra firmeza”, sentenció Rubin.
Los orígenes del conflicto se remontan a 1989, cuando Milosevic anuló el estatuto de autonomía a la región de Kosovo, cuya población pertenece mayoritariamente –un 90 por ciento– a la etnia albanesa. Durante este año, la escalada de enfrentamientos entre el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que se alzó en armas contra Belgrado y exige la independencia de la provincia, y las tropas serbias, ya dejaron 1300 muertos solamente del lado albanés, según el Comité albanés de Derechos Humanos. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) considera que ya huyeron de la región 300.000 personas y de acuerdo con diversas organizaciones humanitarias, otras 50.000 se escondieron en los bosques cercanos a las aldeas por temor a ser masacrados por los serbios. Esto podría derivar en una catástrofe ante la llegada inminente del invierno en la región.
Las amenazas norteamericanas y británicas sobre una respuesta militar se multiplicaron a lo largo de este año. El sábado pasado, una masacre de 34 albaneses en una aldea kosovar disparó la reacción actual, donde, a diferencia de las anteriores, Estados Unidos exigió el retiro total de las tropas serbias de Kosovo y ahora recomendó a sus ciudadanos salir de la región. Las personas masacradas “no fueron asesinadas porque representaban una amenaza para el Ejército, sino porque pertenecían a la mala etnia”, subrayó indignado el canciller británico Robin Cook, quien aseguró que su país está dispuesto a participar en ataques aéreos de la OTAN. Cook convocó ayer en carácter de urgente una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar el tema, y los miembros del Grupo de Contacto para la ex Yugoslavia (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Rusia) también se encontraron ayer en Londres.
Sin embargo, la posición anglonorteamericana no encuentra un apoyo total entre los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, responsable de autorizar una operación de este tipo. Rusia, en particular, es un aliado de los serbios de Yugoslavia y pretende ejercer su derecho a veto en elorganismo para evitar el ataque. Sin embargo, otros países como Francia y China, habitualmente reacios al uso de la fuerza en este y otros casos -como el de Irak– se mostraron duros con Belgrado. En una resolución adoptada la semana pasada, este Consejo reclamó el retiro de tropas serbias y el fin de las hostilidades; de lo contrario, la Carta de la ONU autoriza el recurso de la fuerza. Frente a esta medida, Francia considera que no es necesario otra resolución, pero Rusia se opone.
El lunes pasado, el gobierno yugoslavo afirmó que la guerra había terminado y que parte de las tropas regulares serbias se retirarían de la región, pero el anuncio fue tomado con pinzas. Según James Foley, vocero del Departamento de Estado, las unidades que Belgrado afirma haber retirado de Kosovo fueron sustituidas por otras de refresco, con lo cual lo que los yugoslavos llaman retirada en realidad “es una rotación”. Según Rubin, incluso “los bombardeos de las autoridades yugoslavas continuaron hoy (por ayer) en varias regiones”, dijo Rubin.
El conflicto en Kosovo también afecta a Albania. Las autoridades de Belgrado acusaron reiteradamente a Tirana de apoyar a los rebeldes del UCK, y ayer presentaron “una vigorosa protesta” luego de un enfrentamiento ocurrido anteayer con “terroristas albaneses”, que dejó como saldo cinco soldados yugoslavos muertos.

 


 

LAS VICTIMAS FUERON MUERTAS DE CERCA Y A SANGRE FRIA
Visiones del lugar de la masacre

Por Jonathan Steele desde Obrinje, Kosovo

t.gif (862 bytes) La joven yace en el suelo, el vestido verde hinchado por un embarazo que estuvo por llegar a término. Un rayo de sol se filtraba por los robles, iluminando los restos de la cabeza. El cráneo estaba partido, aparentemente por bala o balas disparadas desde cerca. Valmiri, su hija de 18 meses, estaba tirada a su lado. La capucha del anorak todavía cubría su rostro, pero la parte inferior de su pequeño cuerpo estaba oculto por el cadáver de su madre. Cerca, a pocos metros en un barranco, estaba el cuerpo de un niño de seis o siete años con la garganta cortada de oreja a oreja. Otras tres mujeres, con las piernas torcidas por la rigidez de la muerte, estaban a pocos pasos, todas con disparos en la cabeza.
Aun antes que llegáramos al claro del bosque, sabíamos que la visión iba a ser horripilante. El lunes, noticias de esta masacre ya se habían filtrado, cuando un equipo de veedores de Occidente fue llevado a la escena de los hechos por un grupo étnico albanés de derechos humanos. Un periódico local albanés publicó la historia el martes y los periodistas se apresuraron a llegar al pueblo de Gornje Obrinje (Obrinje al norte), a 20 millas al oeste de Pristina, la capital de la provincia bajo gobierno serbio. El viaje por los caminos sucios desde Glogovac, nos llevó a través de pueblos incendiados y casas destrozadas por la artillería serbia, que se han convertido en una visión rutinaria a medida que la ofensiva serbia avanzó durante el verano. Pero todavía no sabíamos que íbamos a ver la mayor atrocidad con la que se encontraron testigos independientes en los seis meses de guerra. Un granjero nos condujo a pie por una senda donde todavía quedaban las huellas de un vehículo pesado, un tanque o un transporte blindado. Luego cruzamos el campo hacia un bosque de robles. Media docena de hombres estaban parados debajo de los árboles. “¿Masacre?”, preguntamos, usando una palabra que parece la misma en casi todos los idiomas europeos. Nos señalaron una senda empinada en la colina. Detrás del primer grupo de cadáveres, encontramos otros tres. Una madre con dos niños de 10 y cuatro años había logrado correr un poco hacia arriba por el barranco. También a ellos les habían disparado desde una corta distancia. Era evidente que este grupo de personas –hasta ahora habíamos contado cinco mujeres y cuatro chicos entre ellas–, no podían haber muerto en un “fuego cruzado” o “accidentalmente por una ronda de artillería”. Esto era asesinato de cerca.
“Pasaron la noche en el refugio”, dijo Hamidi Delija, parado bajo los árboles. Sus padres, su mujer y sus dos hijos estaban entre los cadáveres. Señaló los cuerpos de un par de parientes ancianos que yacían bajo un plástico estirado sobre un marco de madera. A la mujer le habían cortado el pie izquierdo, al hombre le habían quitado la mitad del cerebro y lo habían puesto al lado del cuerpo de su mujer. En la entrada del refugio había madera para cocinar, una pequeña hornalla y dos teteras. La familia Delija se ocultaba aquí a menudo durante los ataques en la región de Drenica. “Todos huyeron a Cirrez cuando comenzó esta ofensiva”, dijo Sadri Delija, refiriéndose al pueblo cercano. “Estaban sitiados aquí. Luego los serbios les dijeron que se fueran a sus casas en Gornje Obrinje, pero cuando llegaron la región estaba bajo fuego, así que se ocultaron acá.”
Caminamos hasta un campo donde los hombres estaban comenzando a cavar tumbas en el terreno húmedo y subimos la colina que va a Sornje Obrinje. El primer complejo de casas de familia al que llegamos todavía humeaba. En una habitación ennegrecida por el fuego un lugareño nos señaló el torso delgado de un anciano de 95 años. También nos mostró el banco donde el campesino solía sentarse a afilar sus cuchillos. “La policía encontró al hombre y le preguntaron por el resto de la familia”, dijo el vecino, que aparentemente se escondió durante el ataque. El campesino llevó a lapolicía hasta el bosque. Después que hubieron terminado con los niños, lo mataron a él también. Entre los 12 cadáveres que contamos, él y otro anciano eran los únicos hombres. Ninguno tenía edad para pelear. El lugareño insistió en mostrarnos más horror. A una distancia de media milla, en otro bosque, donde un tanque había arrancado a un roble de raíz, Habib Delija, de 55 años y, Hysen Delija, de 40, estaban muertos. No resultaba claro si habían tratado de escapar del tanque o si habían encontrado su muerte más tarde. Al hombre más joven le habían volado de un disparo la parte de arriba de la cabeza.
Traducción: Celita Doyhambéhère

PRINCIPAL