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independiente
Mondragón; Núñez, Rotchen, Sánchez, Díaz; Hanuch, Carrizo, Mercado, Amaya; Gómez,
Calderón.
DT: César Menotti |
2
u. de chile
Vargas; Castañeda, Mora, Alberto Rojas, Aros; Mussri, Arancibia, Ponce, Rodríguez,
Valencia; Barrera.
DT: Roberto Hernández. |
Cancha: Independiente.
Arbitro: Epifanio González (Paraguay). Goles: 20m. y 22m. Gómez (I), 39m. Amaya (I),
44m. y 50m. Barrera (U), 76m. Calderón (I), 80m. Garnero (I), 88m. Calderón (I).
Cambios: 45m. García por Arancibia (U), González por Rodríguez (U), 63m. Toresani por
Hanuch (I), 77m. Turdó por Amaya (I) y Garnero por Mercado (I), 79m. Roberto Rojas por
Vargas (I) |
El resultado puede
engañar. Parece que fue fácil. Pero Independiente siempre sufre. Era un regalo y casi
termina como un presente griego. Después de un rato de imprecisiones y de abulia,
Independiente encontró el camino al arco y con mucha facilidad se fue tres goles arriba.
Pero el paraguayo González no le dio un penal, enseguida descontó Barrera y a la vuelta
del vestuario hizo otro. Tembló el local y el partido se hizo mejor y más abierto. Se
veía caer el empate hasta que Calderón puso el cuarto. Después, Garnero y el mismo
Calderón confirmaron el triunfo y así nació Independiente del fondo de la tabla del
Grupo B.
El equipo chileno dio tantas ventajas defendiéndose que hasta el ataque más inoperante
pudo haberle creado una docena de situaciones de gol sin demasiado esfuerzo. A su tiempo,
con todos sus problemas, Independiente aprovechó bien todos los regalos y consiguió la
contundencia que le faltó en otros partidos de la Mercosur y del Apertura. Algún
trasnochado pensará que a los rojos les va mejor con los suplentes que con los
titulares pero este equipo que anoche puso Menotti alcanza para este tipo de
remiendos, no para una competencia más exigente. Amaya y Mercado, por ejemplo, que
tuvieron una buena noche, aún son frutos inmaduros para sacarlos del árbol y darle la
responsabilidad de sostener a un plantel que ha sufrido tanto. Sin embargo, el
entrenamiento con público y la victoria holgada sirvió para retemplar el ánimo y para
hacer esas pruebas que dieron resultado satisfactorio.
Independiente mantuvo sus líneas tradicionales. Esto es, defensa zonal con cuatro
hombres. Pero la U fue tan tibio, tan poco agresivo que con Sánchez sólo alcanzaba para
contener los intentos azules. El boliviano jugó un partidazo. Como esos clásicos
tiempistas que dan la sensación de no correr nunca pero llegar siempre, Sánchez
anticipó, quitó y pasó al ataque a definir, no para mostrarse ante la tribuna. Y desde
el fondo contagió al resto en el lapso done el partido tenía rumbo incierto y Leo
Rodríguez y el zurdo Valencia amagaban quebrar la aparente endeblez de la defensa roja.
Es que Núñez no tiene pinet, todavía, para ser titular en Independiente. Díaz no
recuperó el nivel de otras épocas y duda más que acertar. Y juega Rotchen, además.
Por eso, el fútbol rojo no podía aparecer. Porque la pelota la tenían los chilenos.
pero bastó que Sánchez se adelantara unos metros, detrás de Carrizo y que tanto Mercado
como Hanuch se tiraran unos metros atrás y adentro para cerrar definitivamente todos los
caminos a Mondragón y comenzar la progresión hacia Vargas. Tuvo suerte Independiente
porque en dos minutos se distanció dos goles. El primero con una gran definición de
Gómez de zurda, abajo, y cruzado. El segundo otra vez García, de cabeza, después que
Díaz se la bajara de otro cabezazo mientras nueve jugadores de la U asistían impávidos
a la jugada. Y el tercero, verdadero golazo de Amaya después de una espléndida doble
pared con Gómez. Cuando menos se lo proponía, Barrera encontró una pelota que pasó
delante de Mondragón y descontó. Un minuto antes, el paraguayo González no vio un
clarísimo penal de Vargas a Gómez. Cuando Independiente fue a liquidar el partido se
encontró el segundo gol chileno. Vargas salvó el cuarto y en la contra Barrera puso el
2-3 y sembró de angustia a los poquísimos hinchas que fueron a Avellaneda. Después,
Epifanio equiparó y no dio un claro penal de Díaz a Pedro González y zafó el rojo. El
partido se hizo atractivo, de ida y vuelta, pero Menotti no respiró hasta que Calderón
aprovechó el enésimo error y conquistó el cuarto. Garnero, recién ingresado, y
Calderón sobre la hora estamparon este 6-2 tan exagerado como insólito e imprevisto.
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