Página/12

Emir fue a ver a Menem, no lo encontró y se conformó con Corach

El ex cuñado del Presidente se reunió 25 minutos con el jefe de
Interior, donde analizó los pasos a seguir tras el escándalo que
desataron las declaraciones de su ex secretaria, Lourdes Di Natale.

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Lourdes Di Natale abrió la boca y metió a Emir en problemas.
La ex secretaria es muy amiga y confidente de Zulema Yoma.

Emir Yoma fue de paseo ayer por la Rosada. Se encontró con Corach.
“¿O se olvidan que Emir es Carlos (Menem)?”, dijo un funcionario.

Por Sergio Moreno

Los periodistas que estaban haciendo su guardia en el Salón de los Bustos, lindero con la explanada de calle Rivadavia, en la Casa Rosada, apenas atinaron a hacerle gestos para que se acerque. El dijo que no con la mano, dando a entender que no hablaría. Dudó unos instantes, miró hacia atrás, pero retomó su camino en dirección al Ministerio del Interior. “Acá no vino, el ministro (Carlos Corach) no estaba, fue a recibir al Presidente al aeropuerto”, se atajó, temprano, uno de los voceros habituales de esa cartera. “Fue a ver al ministro del Interior, pero no sé nada más”, dijo Alberto Kohan a Página/12, replicando al vocero. En medio del temporal que desataron las declaraciones de su ex secretaria Lourdes Di Natale, Emir Yoma paseó ayer por la Casa de Gobierno y se reunió con Corach para hablar sobre los dichos de Lourdes y qué hacer de ahora en más.
El objetivo de Yoma era encontrarse con el presidente Carlos Menem, según confió a este diario un allegado al empresario, pero no pudo ser. Menem estaba de viaje y Yoma enfiló directo a las oficinas de Interior, que dan al Patio de las Palmeras.
Corach y Emir charlaron durante los 25 minutos previos a la salida del ministro camino al Aeroparque para recibir a Menem que llegaba de Neuquén. El tiempo sobró para que el ex cuñado y asesor de Menem le expusiera al ministro dos cosas:
1) que evaluaba la posibilidad de publicar una solicitada para responder las acusaciones de Lourdes Di Natale y
2) que saldría a hacer declaraciones en el mismo sentido si el Gobierno expresaba claramente que lo respaldaba. Corach calló, pero le dio a entender que todos en Gobierno estaban preocupados.
Un allegado al empresario confirmó la visita a Corach pero aseguró que el objetivo de Yoma era otro. “Emir no va a la Casa de Gobierno si no está Menem”, dijo. Pero Menem estaba regresando de Neuquén cuando los periodistas sorprendieron al ex cuñado caminando en el Salón de los Bustos.
Emir se guardó los últimos minutos de la reunión con Corach para recordarle lo mal que le habían caído las declaraciones de su antiguo enemigo y actual ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo, quien esta semana, tras conocerse los dichos de Di Natale, dijo que “no pondría ni dejaría de poner” las manos en el fuego por él.
La boutade de Granillo fue desmenuzada ayer mismo a la mañana, en Olivos, entre el propio ministro Corach y el jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy. Granillo se desdijo ante sus pares y prometió guardar silencio sobre el asunto, postergando su viejo rencor.
–El Gobierno va a seguir bancándolo –dijo sobre Emir un alto funcionario de Interior a Página/12– ¿Quién va a cerrarle la puerta? –se preguntó.
–¿Quién? –repreguntó este diario.
–Nadie. Es muy difícil que alguien le cierre la puerta a Emir. Ayer (por anteayer) alguien hizo correr la bola que lo abandonaban (en el Gobierno) y hoy vino a mostrarse, a demostrar que todavía lo bancan.
–¿Quién hizo correr la versión?
–Algún loco, no sé. ¿O se olvidan quién es Emir, o se olvidan que Emir es Carlos (Menem)?
Lourdes Di Natale fue secretaria de Emir Yoma desde 1990 hasta 1996. Anteayer la verborrágica mujer declaró ante el juez de instrucción Ricardo Farías y acusó a su antiguo empleador, entre otras cosas, de:
u Haber participado en el negocio ilegal de la venta de armas argentinas a Croacia y Ecuador.
u Haber recibido dinero de Alfredo Yabrán.
u Haber introducido en la Rosada al traficante internacional de armas Monzer Al Kassar.
Emir Yoma, además, es deudor de los bancos Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Las tres entidades le otorgaron alrededorde 170 millones de dólares para su curtiembre de Nonogasta, que el ex cuñado del Presidente no pagó. Los bancos le cortaron el crédito, Emir pidió la convocatoria de acreedores y echó a parte del personal de la planta.
Ayer el Gobierno analizaba el dolor de cabeza que le generó la parlanchina ex secretaria amiga de otra ex, la ex mujer del Presidente, Zulema Yoma. Un funcionario especuló ante este diario: “Estoy seguro de que esa mina (Lourdes) no tiene pruebas. ¿O sí?”.

LAS PRUEBAS QUE LOURDES GUARDO EN SU AGENDA
Un rompecabezas para el juez

Lourdes Di Natale presentará a la Justicia cuatro agendas en las que registró los encuentros de su ex jefe Emir Yoma con los principales sospechosos del tráfico de armas, el caso IBM-Banco Nación y la causa del oro. En sus minuciosas anotaciones de secretaria, Di Natale dejó asentados no sólo los nombres de los visitantes de Emir, sino también los motivos ocultos de aquellas reuniones “de negocios” mantenidas en las oficinas del ex cuñado presidencial. A través de ellos se puede atisbar la increíble dimensión del poder manejado por Yoma.
Los cuadernos –según contó la ex secretaria a la revista Noticias– fueron llenados entre mayo y noviembre de 1996, cuando su trabajo consistía en tomar nota de los mensajes telefónicos dirigidos a Emir. En la página del 22 de agosto de una de las agendas se lee: “10 hs. Luis S. Hacerle algunos comentarios. ¿Cómo ve la cosa? Siguen jodiendo”. Di Natale asegura que se trata de un mensaje de Luis Sarlenga, ex interventor de Fabricaciones Militares (ver nota en página 3). Cuando Sarlenga llamó, los diarios acababan de revelar que la empresa fantasma Daforel había devuelto una coima de 400 mil dólares vinculada a la venta ilegal de armas. Por eso, tras la devolución del dinero, Sarlenga esperaba que “lo dejaran de joder”. Como se recordará, el traficante prófugo Diego Palleros contó que esos 400 mil dólares estaban destinados a “un alto empresario argentino, muy conocido, y vinculado al máximo poder del Estado”. El de Sarlenga no fue el único llamado ligado al escándalo de las armas. También en agosto del ‘96 Di Natale dejó constancia de un contacto entre Emir y el coronel Edberto González de la Vega, otro ex directivo de Fabricaciones Militares hoy procesado.
Las citas y mensajes anotados en los cuadernos en cuestión ayudan a reconstruir la oscura ligazón que el cuñado del presidente Menem tejió entre política y negocios. Y no tocan a un solo sector. Juan Carlos Cattaneo, hoy procesado por el affaire IBM-Banco Nación, llamó el 4 de julio del ‘96. El ex subsecretario de Kohan –explica Lourdes– dejó dicho que “desearía tomar un café” con Emir. Por entonces el caso IBM-Nación había vuelto a recalentarse. IBM reclamaba al banco estatal el pago del contrato por la informatización de sus sucursales, y Cattaneo era a la vez funcionario y parte en Consad y CCR, las proveedoras del sistema muletto a través del cual se habrían derivado 37 millones de pesos en coimas. También quedaron registrados llamados de hombres del cavallismo, como Hugo Gaggero –ex DGI– y José Luis Giménez, secretario del ex ministro de Economía. En el ítem correspondiente a los vínculos entre Emir Yoma y la Justicia, el premio se lo lleva un mensaje presuntamente dejado por Adolfo Vázquez, integrante de la Corte Suprema, en el que habría informado que “el expediente todavía estaba en su escritorio”.
Di Natale guardó durante casi dos años las agendas que ahora promete entregar a la Justicia. Dejó de trabajar con Emir Yoma en noviembre de 1996, cuando pidió licencia por una enfermedad que atribuye al estrés laboral, pero hasta hace poco tiempo cobró religiosamente un sueldo de 4000 dólares. Di Natale asegura que su ex jefe dejó de pagarle cuando ella se contactó con Zulema Yoma para decirle que “cuando murió Carlitos Menem a Emir sólo le importaba cobrar el seguro del helicóptero caído”. Los acusados por la ex secretaria dicen que miente por despecho, porque dejó de recibir su paga, y le exigieron que presente pruebas de la corrupción denunciada. A eso apunta la mujer con la presentación de las agendas a la Justicia.

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