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En el sube y baja juegan los mercados en medio de la crisis. El fuerte derrape de una sesión es rápidamente compensado en la siguiente. Fue lo que pasó en las dos últimas jornadas. Las acciones líderes subieron ayer 6,6 por ciento en promedio, recortando gran parte de la pérdida del 7,7 por ciento del jueves. Lo mismo sucedió en Brasil: avanzó 7,5 por ciento, achicando las pérdidas de 9,6 de anteayer. En tanto, México avanzó 4,1 por ciento y Wall Street, 2,0. Europa, a contramano, sufrió fuertes pérdidas, al igual que los mercados asiáticos. Tras el fuerte bajón de los precios de los papeles empresarios el jueves, ayer los inversores cambiaron radicalmente de percepción y prefirieron desenvolverse con optimismo ante varios hechos que se avecinan: las elecciones en Brasil y la Asamblea Anual del Fondo y el Banco Mundial en Washington. En este marco, durante la sesión se pactaron negocios por 28,7 millones de pesos, el mismo nivel que en las últimas jornadas. Alpargatas, que se anotó una suba del 24,2 por ciento, y Sevel, con una mejora de 9,5 fueron los papeles con comportamientos más sobresalientes. Desde el comienzo de la rueda, las acciones mostraron una clara tendencia alcista, impulsadas por el camino que recorría la bolsa de San Pablo. A media mañana, el banco central brasileño dio a conocer que las compañías extranjeras que ganaron en las últimas privatizaciones adelantaron pagos por 3885 millones de dólares en efectivo, que fueron a engrosar las reservas de Brasil. Sin embargo, los financistas siguen muy escépticos. Ayer se fugaron otros 1000 millones. En los últimos dos meses, Brasil perdió 30.000 millones. Durante la tarde, fueron las palabras de Bill Clinton y del secretario del Tesoro norteamericano, Robert Rubin, las que impulsaron los negocios en la rueda. Ambos hicieron hincapié en que los Estados Unidos tomará el compromiso de evitar una recesión mundial. Y que prestará especial atención a las economías latinoamericanas. Hay que restaurar el crecimiento de los países en dificultades, abonó Clinton (ver aparte). La comunidad internacional apoya mucho al programa de reforma del presidente Cardoso y está muy orientada a brindarle ayuda, señaló, en tanto, Rubin. Por otra parte, organismos públicos brasileños salieron a comprar acciones para levantar los valores en las bolsas de San Pablo y Río de Janeiro. Pese a que los financistas están entusiasmados con que Cardoso será reelecto presidente en las elecciones de mañana, y que esto pueda constituirse en el primer paso para que el país vecino comience a transitar la salida de la crisis, hay datos que preocupan. La calificadora estadounidense Standard & Poors, por caso, pronosticó que Brasil soportará una severa recesión en el 99. Pero que ésta tendrá un efecto limitado sobre la Argentina. Por su parte, Gustavo Franco, el titular del banco central de Brasil, enfatizó que su país no devaluará y negó nuevamente que se vaya a aplicar un control sobre las operaciones cambiarias. Para Argentina la situación no es fácil. Su economía está atada a la suerte de la economía brasileña, y esa vinculación la pone en observación de los inversores. Al respecto, el JP Morgan distribuyó ayer en Washington un informe que recomienda vender activos argentinos al bajar las perspectivas del país.
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