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La victoria de Gerhard Schroeder en las elecciones alemanas hizo que 11 de los 15 países de la Unión Europea tengan un gobierno con mayoría socialdemócrata. Desean darle un giro a la Unión hacia más solidaridad. Pero falta encontrar una política extranjera común. Le Monde Alemania seguirá siendo atlantista más que francófila y europea en todas las cuestiones que se relacionen con la seguridad. Cuestiones a propósito de las cuales la Internacional Socialista no tiene posiciones tomadas. Las solidaridades de partido tienen muy poca influencia sobre los temas de política extranjera común, mucho menos en todo caso que la que sí tienen las sensibilidades históricas o los intereses nacionales. Pero también es cierto que Europa, a medida que se construye, toma conciencia de sus intereses comunes y de la necesidad de dotarse de medios para defenderlos. Libération La carta británica de Schroeder formaba parte de su campaña electoral. Schroeder quería dar a entender que era el Tony Blair alemán. Era la utilización de un concepto de política extranjera, pero persiguiendo fines de política exterior. También en Francia los hombres políticos dijeron cosas distintas antes y después de las elecciones. Schroeder tiene razón al decir que habría que interesarse más por el acercamiento de Gran Bretaña a la Unión Europea. Pero se va a dar cuenta pronto que la actitud de Gran Bretaña respecto de Europa es ambivalente. Resulta claro que todas las cuestiones estructurales de las reformas europeas van a desarrollarse a lo largo de eje franco-alemán. Times Literary Supplement El espacio creado por la Tercera Vía es un terreno en disputa cruzado por varias líneas demarcatorias. Sus ocupantes parecen estar de acuerdo en varios puntos, además de un rechazo de las perspectivas neo-liberales. Son abiertos con respecto a qué lugar darle al mercado, y dónde cortar su imperio. Están de acuerdo en que el Estado debe garantizar servicios básicos como la educación y la salud, pero no necesariamente proveerlos él mismo, y en que deben explorarse modos alternativos de financiación. Entre las palabras preferidas están responsabilidades, comunidad, ciudadanía, inclusión y exclusión. Pero son las diferencias entre todos estos acuerdos diferencias que no son de izquierda y derecha-- las que constituyen hoy la vida política de las socialdemocracias europeas. F. M. I. en S. O. S.
Las perspectivas para la economía mundial presentadas el miércoles por el Fondo Monetario Internacional están marcadas a fuego por las consecuencias en cadena de la crisis asiática y rusa. Ahora, el FMI se enfrenta con un crecimiento mundial del 2 por ciento contra un 4,1 por ciento en 1997. Llamó a una baja de las tasas para evitar la recesión mundial. Le Monde Creado
en la inmediata posguerra, el FMI demostró en los últimos 18 meses hasta qué punto
está superado por los acontecimientos. A pesar de estar acostumbrado a enfrentar
críticas, el FMI nunca enfrentó una asamblea general en una postura tan poco confortable
como esta semana. El balance del "gendarme del mundo económico", examinado a la
luz de la crisis financiera, aparece tan sombrío como sus propios pronósticos sobre el
crecimiento. El FMI no pudo tener en cuenta el contagio de la crisis a los mercados
emergentes más frágiles, los que combinan debilidades económicas estructurales e
incertidumbres políticas: Rusia, Ucrania, Brasil, mañana quizás Sudáfrica. International Herald Tribune Es muy difícil para los que toman decisiones y arman políticas pensar claramente el largo plazo en tiempos de crisis. Más difícil todavía es enfrentar el desafío monumental de reparar y rehacer dos de los más importantes pilares de la economía global. Sin embargo, éste es precisamente el dilema que enfrentan los funcionarios de más alto rango de los 175 miembros del sistema del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, junto con sus colegas prósperos del Grupo de los Siete. El FMI está corto de fondos y está enfrentando, a los ojos tanto de sus amigos como de sus críticos, una seria amenaza a su credibilidad. El mensaje más claro es el siguiente: cuando termine la retórica sobre crear una nueva "arquitectura financiera" para el siglo XXI, la realidad es que la reforma no va a llegar fácil ni rápidamente. Prospect La hambruna llegó a Indonesia. En Malasia faltan medicinas. En Tailandia siguen acumulándose las bancarrotas. La política coreana sigue siempre tambaleante, y hasta Singapur perdió sus certezas políticas. Rusia se está deslizando por un agujero negro, y hasta Noruega parece empezar a debilitarse con la caída de los precios del gas natural. Las crecientes tensiones políticas y sociales que hay detrás de todo esto no se van a resolver con sermones o con los remedios del FMI, por correctos que sean en teoría. Tampoco va a desaparecer el impacto sobre el resto del mundo si se adopta la decisión de ignorar la crisis: los acontecimientos económicos y los problemas del mercado no ocurren en el vacío.(David Howell) El Brasil de Cardoso
El presidente Fernando Henrique Cardoso venció ayer en las elecciones nacionales brasileñas a su oponente del Partido Travalhista (PT), Luiz Inácio Lula da Silva. La reelección abre ya las expectativas sobre el plan con el que enfrentará los golpes que las crisis asiática y rusa asestaron a la primera economía de Sudamérica. Jornal do Brasil La
falta de una reforma política fue la mayor falla del primer gobierno del presidente
Fernando Henrique Cardoso, y deberá pagar por ello un alto precio en su segundo mandato.
Cardoso colocó a la reelección por encima de las reformas económicas, y a las reformas
económicas por encima de las reformas políticas. Es una estrategia clara y que tiene su
lógica. Para modernizar a Brasil, necesitaba más de un mandato y una reforma económica
bien llevada a término da credibilidad al gobierno. Cardoso confió en la entrada de
capital extranjero para ganar tiempo. No puede decir que el mercado es irracional.
Conocía el problema del déficit público. Y si no hubiesen ocurrido las crisis de Asia y
de Rusia, todo estaría bien. O Estado de S. Paulo Los dirigentes del partido de Lula aseguran que si Lula pierde en la primera vuelta, habrá una crisis de credibilidad sin precedentes en los 18 años de la sigla. Y si se pierden posiciones claves en los gobiernos de Sao Paulo y Rio Grande do Sul, varios sectores de la izquierda del PT harán públicas las quejas hechas entre bastidores. Una de las discusiones que dividió fue la de las medidas a tomar desde la izquierda para enfrentar el impacto de la turbulencia mundial. Entre ellas estaba el control de cambios para limitar la salida de dólares del país. Nadie arriesga cuál será el futuro de Lula en el caso de una derrota, ni él mismo. Sólo se sabe que, en las vísperas de cumplir 53 años, está más emotivo que nunca. O Globo Aunque los votantes siempre tienen el privilegio de contrariar a las encuestas, éstas recomendaban considerar como primera posibilidad el triunfo de Cardoso. "Una victoria fea no sirve", decía el senador Antonio Carlos. Una victoria fea sería ganar en segunda vuelta, o con un margen apretado de votos en la primera. La belleza ya no es más fundamental. Pero esto no hace que el escenario pos-electoral sea menos feo. Se ha dicho que si Cardoso dependiera menos de sus aliados, haría un gobierno socialdemócrata y desarrollista, cuya gloria, en el 2002, abriría el camino para un tercer mandato. O para la aprobación del parlamentarismo, que lo mantendría en el poder como primer ministro. Hoy estas son quimeras. Los economistas cuentan con la recesión, y con todo lo que ésta trae de feo. TEMA LIBRE El camino de Malasia
Le Monde Para
contrarrestar la crisis asiática, el primer ministro malasio Mahatir Mohammad encontró
un chivo expiatorio en su ex vicepremier, Anwar Ibrahim. Mahatir parece cada vez más
haberse convertido en uno de esos autócratas superados por la situación, como el
presidente indonesio Suharto hace unos meses. En lo inmediato, el poder judicial podría
hacer un inestimable servicio a su país mostrándose independiente en el juicio a
Ibrahim. Sería el mejor medio de devolver la confianza en los malasios, más orgullosos
de lo que han construido en pocas décadas que del triste espectáculo ofrecido por los
ajustes de cuentas de un jefe de gobierno septuagenario que rehúsa ceder el poder.
The Washington Post Las
últimas visitas de los líderes israelíes y palestinos a la Casa Blanca representan un
esfuerzo colectivo para resolver por negociación y consenso el futuro de los territorios
capturados por Israel en 1967. Israel no carece de fundamentos históricos y religiosos,
por no hablar de necesidades de seguridad, para mantener su interés en los asentamientos.
Pero ninguno de esos fundamentos puede ser invocado e impuesto sin consideración por los
intereses palestinos y sin consulta directa con las autoridades palestinas. En resumen, si
la paz es el objetivo, ninguno de los fundamentos puede ser sostenido unilateralmente. En
las últimas posiciones de Arafat, hay algún lugar para la negociación. La pregunta es
si lo hay en el premier israelí Benjamin Netanyahu.
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