Por Raúl Kollmann
Luis Kesseler,
detenido e imputado por la profanación de tumbas en el cementerio israelita de
Berazategui, en 1991, fue contratado por la Policía Bonaerense para investigar el
atentado contra la AMIA. En diciembre del año pasado se conformó la Comisión de
Asesoramiento Técnico (CAT), organismo de la Bonaerense al mando del comisario general
retirado Carlos "El Oso" García --actualmente jefe de seguridad del Banco
Provincia--, que prometió al juez Galeano esclarecer la forma en que se realizó el
armado final de la Trafic que estalló frente a la AMIA. La CAT funcionó durante nueve
meses hasta que Galeano se cansó de las maniobras, contradicciones y pistas falsas y
ordenó su disolución, aunque hay indicios de que sus integrantes siguen trabajando y
cobrando. Entre los efectivos incorporados a la comisión se encuentra Kesseler, quien
fuera detenido por las profanaciones y que tenía en su casa -cuando la
allanaron- dos picanas, literatura antisemita, armas de guerra y un proyectil
anti-tanque. Además, Kesseler tiene un frondoso prontuario, principalmente por robos de
distinto tipo.Una investigación del noticiero "24 Horas"
de Canal 9 dejó en claro que Kesseler fue contratado por García para investigar la AMIA.
"Sí, seguimos trabajando, seguimos cobrando", le contestó telefónicamente
García a "24 Horas" cuando le consultaron por el profanador de tumbas. El
propio Kesseler lo reconoció: "No sé cómo se enteraron, soy agente
encubierto", argumentó en su casa de San Vicente. Por último, en la propia causa
AMIA hay un indicio categórico: tras uno de los innumerables bloopers de la CAT, un
testigo de apellido Ferroni declaró ante el juez su sorpresa porque "ese muchacho,
que yo sé que tuvo que ver con las profanaciones, esté tan metido investigando la
AMIA". Debe recordarse que el 28 de abril de 1991 aparecieron destruidas 111 tumbas
del cementerio de Berazategui en homenaje a los 111 años del natalicio de Adolfo Hitler.
Dos semanas más tarde, el 16 de mayo, Kesseler -ex integrante del Servicio de
Inteligencia del Ejército-- fue detenido e imputado por haber participado en las
profanaciones. La causa sigue abierta a pesar de que transcurrieron siete años.
La historia de la CAT se inició en diciembre pasado cuando El Oso
García se acercó al abogado de la AMIA, Luis Dobnievsky, con una propuesta tentadora:
"Yo sé cómo se hizo el armado final de la camioneta. La Trafic se preparó en la
unidad de la Bonaerense de 1 y 60, en La Plata, en la División Inteligencia. Hasta ahí
la llevó el propio Ribelli, se le pusieron los explosivos y salió hacia la Capital el
viernes anterior al atentado". Ante semejante revelación, Dobnievsky fue al juzgado
de Galeano y éste le pidió al entonces interventor de la Bonaerense, Luis Lugones, que
se investigara esa pista. El siguiente paso fue la creación de la CAT mediante la
resolución 10-3620, del 4 de diciembre de 1997. García quedó al frente de la comisión
y en el acta se designan a otros dos funcionarios de apellidos Alcántara y Dáttoli.
Además de estos nombramientos oficiales, otros efectivos fueron contratados por la CAT,
entre ellos Kesseler.
En sus nueve meses de vida, la Comisión protagonizó un blooper tras
otro. El fiscal de la causa, José Barbaccia, señaló que "no se pudo comprobar nada
de nada" de la versión original. Ya apurados por Galeano, García llevó a declarar
a varios testigos que, o bien dijeron todo lo contrario de lo informado por la CAT, o
manifestaron que en realidad lo sabían por otra persona que, por supuesto, no podían
identificar. Según el juzgado, uno de los eslabones de la pista investigada era un
negocio platense de comidas al que supuestamente concurría un iraní. Los dueños del
establecimiento probaron, con el contrato de alquiler en mano, que iniciaron operaciones
en marzo de 1995, es decir ocho meses después del atentado.
Ya en julio Galeano se cansó de las dilaciones y la falta de pruebas,
por lo que le exigió a García evidencias del trabajo de la CAT. El secretario de
Seguridad bonaerense, Héctor Beraldi, mano derecha del ministro León Arslanian, también
manifestó su preocupación al juez, quien dio la orden de disolver la comisión. El 31 de
agosto pasado, Beraldi allanó de hecho las oficinas de la CAT para llevarse la
documentación y los implementos que guardaban, con lo que dio sepultura oficial a la
comisión. Cuando "24 Horas" intentó entrevistar a García en su bunker del
Banco Provincia, dijo que no puede hablar sin autorización de Galeano. En realidad el
juez está furioso por lo que considera fue otra maniobra de efectivos de la Bonaerense,
que gastaron decenas de miles de pesos por mes, no hicieron más que vender humo y usaron
el dinero, entre otras cosas, para pagarle a un imputado por profanar tumbas judías.
La historia de Kesseler
Por R.K.
Luis Enrique Kesseler, DNI 13.103.088, fue detenido en relación con la profanación de
tumbas del cementerio israelita de Berazategui el 16 de mayo de 1991 en su casa de Lanús.
Allí se encontraron un proyectil antitanque FMK 1-0, dos picanas eléctricas, literatura
antisemita como Los protocolos de los sabios de Sión, esposas, chapas patentes
falsas, una pistola, un revólver, un sello de la Dirección General de Investigaciones,
un cuño para grabados de motores y una credencial del Ministerio del Interior. Por las
mismas profanaciones había sido detenido Horacio Carrondi, quien se reivindicó nazi, y
en la casa se le encontró, además de abundante literatura antisemita, una pequeña placa
plateada del cementerio. Carrondi tenía en su agenda el teléfono de Kesseler y éste el
de Carrondi.
El ahora contratado para investigar el caso AMIA no era un novato. Ex
integrante del Servicio de Inteligencia del Ejército registraba en su legajo, número
441.123, las siguientes causas penales hasta 1991: un hurto de automotor en Vicente
López, causa investigada por el juez Fierro (1980); una causa por asociación ilícita y
hurtos reiterados, en Ringuelet, a cargo del juez Borrás (1982); robos reiterados y robo
de automotor, en Almirante Brown, juez Navascues (1988); privación ilegal de la libertad,
robo y hurto de automotor, en Quilmes, juez Madina (1989). En la causa por las
profanaciones quedó imputado también por la tenencia de armas de guerra y
falsificaciones varias. Actuó el juez Orfeo Maggio (1991).
|
El Oso en la interna
Por R.K.
La CAT
y el comisario general retirado Carlos "El Oso" García están íntimamente
relacionados con la interna de la Bonaerense. García trató de hacer pie en el caso AMIA
justamente para incursionar otra vez en la fuerza y, en breve, reemplazar al ministro de
Justicia León Arslanián. "Un civil no puede estar al frente de la Bonaerense. Tiene
que ser alguien de la propia fuerza", dicen sus hombres, postulando al ex poderoso
García.
El Oso era número puesto para ser jefe de la Bonaerense cuando, en
forma sorpresiva, el gobernador Eduardo Duhalde eligió a Pedro Klodczyk, por entonces
jefe de la División Narcotráfico. García -y también Kesseler- alega que
las profanaciones de Berazategui fueron hechas por otros policías para perjudicarlo y que
por esa maniobra, y otras, terminó perdiendo.
La CAT era el revival de sus pretensiones. La idea era cobrarse las cuentas pendientes
con Klodczyk, su mano derecha, Ribelli, y todo el grupo que además de estar relacionado
con el caso AMIA fueron los que desplazaron al Oso en su momento. Es decir, se trataba de
una pelea interna y no de juntar pruebas sobre el atentado ni contribuir al
esclarecimiento. Al final, Galeano se cansó y pidió que terminaran con la Comisión. |
|