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Por M.M. Desde Washington
Sin embargo, esto no evitará que, de continuar la crisis, las empresas argentinas que no pueden pedirles créditos a los organismos internacionales tengan que recortar inversiones, personal o incluso cerrar al no contar con financiamiento. Pero que no haya salvataje para los privados y la economía entre en recesión, también puede ser parte del juego. El paquete financiero que ya abrochó no sin esfuerzo el Gobierno, se compone --según dio a conocer Roque-- de créditos del Banco Mundial por 2 mil millones de dólares, otro tanto aportado por el Banco Interamericano de Desarrollo, mil millones que se colocarán mediante un título a las AFJP y otros 700 millones que se recaudarán a través de títulos que comprará un grupo de bancos de inversión con los que aún se está negociando. "Hemos mantenido conversaciones para extendernos un poco más en el financiamiento, pero por ahora paramos acá y anunciamos lo que tenemos", dijo Roque. Ciertamente, ayer hubo reuniones para negociar ayuda crediticia adicional a nivel bilateral con España y Japón, y mañana habrá contactos con Italia. Pero no hay una cola de inversores ofreciendo dólares, marcos, o yenes a tasas razonables a Argentina, ni nada que se le parezca. Los créditos por 4 mil millones del Banco Mundial y el BID se acordaron a 7 años, con tres de gracia, a un precio de 3 puntos por encima de la tasa Libo. Por los 700 millones que tendrá que colocar el Gobierno en el mercado privado, pagará un costo mucho más caro: al menos un 60 a 70 por ciento mayor. "Que Argentina mantenga un acceso al mercado, aunque sea pequeño, es importante para demostrar que podemos hacerlo", afirmó Miguel Kiguel, tratando de ver una virtud adicional en el esfuerzo. Roque confirmó que el Gobierno no tendrá que embarcarse en arduas negociaciones con sindicatos o pedirle leyes especiales al Congreso para cumplir con las condicionalidades de los préstamos del Banco Mundial, porque en todos los casos éstas son bastante blandas y calzan dentro de órbita del Poder Ejecutivo. Pero, aun si se consiguiera un paquete de salvataje suficiente para cubrir los vencimientos de todo el año próximo, ello no alcanzaría, de prolongarse la crisis internacional, para rescatar a la economía argentina de la recesión. Y tampoco serviría para aliviar la asfixia financiera, en especial, de las pymes. Al cortarse el crédito privado proveniente del exterior para las empresas más grandes, éstas dirigen sus pedidos a los bancos locales. Por un simple motivo de precaución, éstos prefieren atender a este segmento y cerrar sus líneas con las empresas más chicas, que quedan relegadas del sistema de crédito formal y deben pagar tasas exhorbitantes. Que el Gobierno no pida fondos en los bancos domésticos, sirve para descomprimir la demanda de crédito. Pero en las actuales condiciones, los costos financieros aumentan irremediablemente también para los privilegiados que acceden a los bancos. Si hay algo que Roque no haría es armar una red de salvataje para empresas privadas, como se especuló --más como lobby-- en los últimos días en algunos círculos empresarios. Ahora, la convertible economía argentina requiere que haya un menor nivel de actividad y un ajuste importante en el sector privado. Así disminuirá el consumo y la inversión, habrá menor demanda de importaciones, y el déficit externo se achicará. De no ocurrir un colapso en los bancos, entonces, aun en recesión, la economía argentina lucirá menos vulnerable para los inversores extranjeros. Son las reglas del mercado.
BANCOS PROVINCIALES EN VIDRIERA Hay fondos para vender seis
Los bancos que se privatizarían con la asistencia de esos fondos serían los de las provincias de Córdoba, de Corrientes, de Santa Cruz, de Catamarca, de Chubut y de Tierra del Fuego. El de Santa Cruz será el primero: el próximo jueves 15. El nuevo dueño será la sociedad anónima que controla el Banco de San Juan. Para posibilitar el traspaso, la provincia recibirá 80 millones de dólares. Le seguirá el de Catamarca, cuyo proceso se abrirá el 27 de noviembre. Para tal fin, recibirá 50 millones de pesos. Luego vendrá el turno de Corrientes, que demandará otros 70 millones. Respecto del Banco de Córdoba, aún falta que la Legislatura
provincial le dé vía libre a su cesión. Se calcula que la entidad recibiría 300
millones de dólares. Si se cumple la previsión de Economía, sólo quedarán en manos
provinciales los bancos de Buenos Aires, La Pampa, Santafesino de Inversión y Desarrollo,
Social de Córdoba y Neuquén. Y los municipales de La Plata, Rosario y Ciudad de Buenos
Aires. |