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Por Horacio Cecchi
"En dos días, máximo tres, un cuerpo tiene que subir a la superficie", habían asegurado las autoridades policiales el martes pasado, cuando apenas había comenzado el rastrillaje de los buzos en el fondo del lago. "Se habrá enredado entre las algas", aseguró entonces el comisario Juan Carlos Robles, de la seccional 51ª. Ayer, a más de tres días de superado ese límite, el comisario mayor José Elías, a cargo de los hombres de neoprene de la Policía Federal, consideraba que "por más algas que haya, nuestra experiencia nos indica que el cuerpo del chico ya tendría que haber reflotado". Según Elías, una de las posibilidades que manejan los buzos es que podría estar "atascado en la parte media del lago, donde en otra ocasión incluso encontramos un kayak hundido". La otra conjetura, que sólo se disolverá cuando reaparezca el cuerpo, es que Maxi no está en el fondo del Lago de Regatas. A medida que pasan los días, esta última hipótesis va ganando espacio, tanto entre la Policía como entre los familiares. Las presunciones para cada bando son diferentes y desde ninguno de los dos lados, también por distintos motivos, lo expresan en voz alta. Para el perito forense de la Corte Suprema de Justicia, Osvaldo Curci, "ya tendría que haber aparecido. Las bacterias saprófitas del intestino generan gases sulfhídricos durante el proceso de putrefacción, llevando cualquier cuerpo hundido hacia la superficie a lo sumo en cinco días. Todos salen". De todos modos, el especialista consideró que la baja temperatura del agua "podría retardar el proceso unos días más. Dicen que podría estar enganchado entre las algas, pero el mismo proceso de maceración hace que se liberen las partes sujetas". Por la mañana, los amigos de Maxi denunciaron ante la Justicia a los miembros de la seccional 51ª por privación ilegítima de la libertad. Según la denuncia ratificada ayer, el martes pasado, entre las 14.30 y las 15, personal policial de la seccional 51ª detuvo ilegalmente a los ocho amigos que aguardaban a que Maxi saliera del agua, y recién los liberaron durante la noche. "La causa fue caratulada como privación ilegítima de la libertad agravada --indicó a Página/12 el abogado de la familia, José Console--. Le corresponde una condena de entre 1 y 5 años." Por la tarde, desde las 16, sobre la superficie del lago se podía ver operando a ocho
buzos tácticos en dos gomones y un bote plástico de la Prefectura Naval. "Nos
hicieron el pedido hoy (por ayer) a la tarde --informó el prefecto mayor René Romero, a
cargo del Servicio de Salvamento--. Trabajamos en mutua colaboración con la Policía,
cada uno con una estrategia diferente." A última hora, cuando ya los buzos
suspendían sus tareas, la familia recibía con una breve sonrisa un trailer y dos baños
químicos. |