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CUANDO LA VICTORIA DE FERNANDO HENRIQUE CARDOSO NO DEJA MAS DUDAS, EL AJUSTE ECONOMICO ESTA CADA DIA MAS CERCA PARA BRASIL
Pagar por el triunfo

El ministro de Economía Pedro Malán representa a Brasil en la reunión en Washington del FMI.
Va a conseguir un macrocrédito que será más grande si viene un “pacote” de ajustes en regla.

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t.gif (67 bytes)  Después del triunfo político, el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso quiere ahora su victoria económica. Después de que fuera elegido el candidato favorito de las instituciones financieras internacionales, Brasil está cada vez más cerca de conseguir del FMI un macrocrédito de más de 30.000 millones de dólares. Pero a los brasileños les va a costar más que ir el domingo a votar. Los esfuerzos de Cardoso se centran en la aceleración del programa de ajuste fiscal para superar la crisis financiera que afecta al país desde agosto pasado. Cardoso, que no se ha pronunciado aún sobre el resultado de las elecciones, prepara para esta semana un mensaje al país en el que explicará la necesidad de aplicar un “pacote” fiscal, según lo manifestaron miembros del equipo económico del Gobierno que se reunieron ayer con el mandatario para discutir las futuras medidas.
“El presidente debe hablar al país en los próximos días para presentar un programa de ajuste fiscal, de forma que se puedan bajar rápidamente las tasas de interés y volver a hacer crecer la economía”, manifestó el secretario ejecutivo del Ministerio de Hacienda, Pedro Parente. Los analistas políticos consideran que la reelección de Cardoso en la primera vuelta, con cerca del 54 por ciento de los votos, le concede la fortaleza suficiente para adoptar las medidas y reformas necesarias para sacar al país de la crisis. Sin embargo, tendrá problemas en controlar un Congreso en el que la oposición ha aumentado y en el que será dudosa la fidelidad de los aliados del gobierno.
El anuncio del presidente no tiene fecha confirmada, pero podría producirse entre hoy y mañana, ya que Cardoso se tomará unos días de descanso a partir del jueves en la Restinga de Marambaia, una reserva ecológica custodiada por el ejército en el litoral de Río de Janeiro. En un discurso que pronunció a finales de septiembre, Cardoso afirmó que las medidas de ajuste fiscal serían anunciadas antes del 15 de noviembre pero, según el portavoz del Palacio de Planalto, Sergio Amaral, serán anticipadas por petición expresa del presidente. Miembros del gobierno han informado que Cardoso no pronunciará un discurso por la cadena nacional, sino que enviará un mensaje corto a la sociedad para explicarle la importancia de las medidas a tomar. Según miembros del equipo económico, el ajuste fiscal que prepara el gobierno será “dramático, definitivo y permanente”, pero no incluirá aumentos de impuestos, por lo menos mientras sea posible evitar esa medida.
“El presidente prefiere que no haya aumento de impuestos, y sólo admite eso como última instancia”, agregó Amaral. Las medidas de ajuste están centradas en la reducción del déficit público, que en el primer semestre del año alcanzó al 7,2 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), para reducir la vulnerabilidad del país a las crisis financieras y conseguir una ayuda preventiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos internacionales. De acuerdo con el director de Asuntos Internacionales del Banco Central, Demósthenes Madureira, la intención del gobierno con el programa de ajuste es ahorrar en 1999 unos 25.000 millones de reales (21.200 millones de dólares).
El ministro de Hacienda, Pedro Malán, y el presidente del Banco Central (BC), Gustavo Franco, participan desde la semana pasada en la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial (BM), en Washington, donde discuten los términos del acuerdo de ayuda para Brasil. El fondo de ayuda, para ser usado en casos de emergencia, alcanzaría los 30.000 millones de dólares, que serían utilizados en caso de que la situación financiera internacional se agrave y las reservas brasileñas sean insuficientes para cumplir los compromisos internacionales del país.
Brasil comenzó el mes de agosto con reservas internacionales de 74.000 millones de dólares, pero por la constante salida de dinero del país se redujo en dos meses a unos 47.000 millones de dólares. Tras reunirse hoy con los técnicos del equipo económico, Cardoso se entrevistará con los presidentes del Senado, Antonio Carlos Magalhaes, y de la Cámara deDiputados, Michel Temer, para pedirles que agilicen en el Congreso la aprobación de las reformas fiscales y del sistema de seguridad social, fundamentales para equilibrar las cuentas públicas.

 


 

EE.UU. PREPARA LA CUMBRE PALESTINO-ISRAELI
Acabar con paz de una vez

t.gif (862 bytes) “Hay mucho trabajo por hacer”. La secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, se expresaba así ayer por la mañana en Jerusalén al finalizar una reunión con el presidente del gobierno israelí, Benjamín Netanyahu. La jefa de la diplomacia de la Casa Blanca, que dedicó la segunda parte de su jornada a reunirse con el presidente palestino Yaser Arafat, trató ayer de convencer a ambos dirigentes sobre la necesidad de celebrar una reunión tripartita en las próximas veinticuatro horas, con un solo punto en el orden del día: preparar la cumbre especial de Washington del mes de octubre, donde se tratará de dar finalmente por culminado el proceso de paz. Pero la misión de paz de Albright empezó, sin embargo, a tambalearse al mediodía como consecuencia de la decisión intempestiva del gobierno israelí, que precisamente ayer empezó a ampliar un asentamiento en la ciudad compartida de Hebrón.
Madeleine Albright había tratado durante la víspera de dibujar en el horizonte un espejismo de esperanza. Había utilizado el optimismo que se podía desprender de aquel débil principio de acuerdo que el presidente del gobierno israelí y el presidente palestino ratificaron la semana pasada en Washington, donde pactaron en bruto los términos aritméticos de un repliegue hebreo en Cisjordania. “La clave del proceso se encuentra en que Arafat y Netanyahu confirmen el principio de pacto, impidiendo que se vuelvan atrás, y celebrar la cumbre solemne de Washington”, se aseguraba ayer en los círculos diplomáticos donde se intentaba vaticinar didácticamente la estrategia de la secretaria de Estado norteamericana.
El programa de trabajo vaticinado para Madeleine Albright empezó a cumplirse fielmente. A la salida de la reunión de Albright con Netanyahu, el portavoz de éste, Aviv Bushinsky, afirmó con un cierto tono eufórico que “Netanyahu es favorable a un encuentro tripartito, si ello puede ayudar a hacer avanzar las negociaciones de la próxima cumbre de octubre en Estados Unidos”.
“Tenemos que darnos prisa. El tiempo no está de nuestra parte. Se trata de una oportunidad única para alcanzar un acuerdo”, afirmaría a media mañana Albright, mientras se dirigía a la ciudad de Jericó, en la zona autónoma palestina, donde se encontraría con el presidente Yaser Arafat. En el pequeño lapso entre la primera entrevista con Netanyahu y la segunda con Arafat empezaron, sin embargo, a desmoronarse las esperanzas. Las noticias que llegaban desde la ciudad compartida de Hebrón aseguraban que el gobierno israelí había aprovechado la mañana para ampliar el asentamiento situado en el centro de la localidad, donde vive una exigua comunidad judía de cerca de 400 miembros, rodeados de más de 20.000 musulmanes, provocando por ello enfrentamientos entre soldados israelíes y la población autóctona, en los que abundaron las bombas de gases lacrimógenos, las pedradas y los lamentos. “Esto ha sido una bofetada a la cara de Albright”, afirmaban a su vez portavoces del movimiento israelí contra los colonos, estructurado dentro de la organización pacifista de izquierda Paz Ahora. Los temores de estos militantes se vieron confirmados, cuando después de dos horas de reunión entre Yaser Arafat y Madeleine Albright, todo parecía haber dado un vuelco y volver al estancamiento habitual del proceso de paz palestino-israelí.

 

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