|
Por Mariana Carbajal Un hombre de 35 años que recién está aprendiendo a leer y escribir salvó de la destrucción varios documentos presuntamente originales de la histórica batalla de Maipú, firmados por los generales José de San Martín y Bernardo OHiggins. Juan Francisco Flores encontró el material en su trabajo, donde se reciben papeles y cartones para reciclar. Lo curioso es que prestó atención a los viejos apuntes después de recorrer por primera vez en su vida un museo, con sus compañeros de la Escuela Nocturna Nº 2521, de la ciudad santafesina de Rafaela, donde este año empezó la primaria. Papeles como ésos veo permanentemente en mi trabajo, le dijo a su maestra al observar los manuscritos amarillentos de las vitrinas del Museo Histórico Municipal local. Al día siguiente, sorprendió a la docente con un plano del combate y dos partes de batalla en los cuales San Martín y OHiggins informaban sobre el triunfo obtenido por el Ejército en los llanos de Maypú (sic). Es muy probable que sea auténtico, especuló ante Página/12 Juan José Cresto, director del Museo Histórico Nacional (ver aparte). El material estaba guardado en una carpeta de apariencia antigua con restos del sello de lacre, que responde a las características de las que se usaban en la época para enviar mensajes importantes. Ambos textos, fechados el 5 de abril de 1818, el día de la batalla, están dirigidos al Excelentísimo Director Supremo de las Provincias Unidas del Sud y escritos a la usanza de la época en cuanto a las estructuras lingüísticas. Narran en detalle los hechos ocurridos, con precisión de horarios, cantidad de soldados prisioneros y otros datos de la contienda, relató ayer a este diario Carmen Beltramo, vicedirectora de la escuela (que casualmente se llama Libertador General San Martín) y periodista del diario Castellanos de Rafaela, donde el martes apareció la noticia. El mapa marca los distintos movimientos realizados por el ejército patriota y el realista, la magnitud de las tropas, y su ubicación en el campo de batalla. El triunfo de Maipú fue decisivo en la independencia de Chile. Encontré la carpeta adentro de unos libros sobre San Martín que llegaron a mi trabajo junto con unos artículos del diario La Nación de hace 20 años sobre el mismo tema, contó ayer a Página/12 Flores, padre de siete hijas de entre 19 años y 7 meses y analfabeto hasta hace algunos meses. Lo primero que miré fue la fecha y después la firma. Y me dije: esto es historia. Busqué en uno de esos libros sobre San Martín si había existido OHiggins y la batalla de Maipú porque yo nunca había escuchado sobre ellos. Y los encontré, explicó con entusiasmo Flores, quien hace 18 años enfarda papeles y cartones desechados en la basura en la empresa de Octavio José Lentore, ubicada en las afueras de Rafaela, a 100 kilómetros de la ciudad de Santa Fe. Un día antes del hallazgo, dos semanas atrás, este hombre pisó por primera vez en su vida un museo. Fuimos con la escuela al Museo Histórico Municipal y al de Arte y Fotografía y ahí empezó a interesarme la historia y la cultura. Y le dije a la maestra: Pensar que por mis manos pudo haber pasado la historia de Rafaela y como yo no sabía leer no me enteré, recordó. La maestra Gladys Martina y la vicedirectora Beltramo se encargaron de mostrar los documentos a investigadoras locales, quienes evaluaron que podría tratarse de manuscritos originales. Ahora tratarán de certificar la autenticidad del material con historiadores del Instituto Sanmartiniano y del Archivo General de la Nación. Las dos hojas tanto la firmada por OHiggins como la que firma el propio San Martín tienen las mismas marcas de agua, una serie de líneas verticales que se observan solamente a trasluz, indicó Beltramo. Las inflexiones del lenguaje, los trazos elegantes y las posiciones de los ejércitos pintadas en colores azul y rojo, propios de la época de las guerras de la independencia son algunos de los elementos que hacen pensar que serían apuntes originales. En elcaso del texto de OHiggins, se presume que fue escrito por algún secretario y sólo firmado por él. El de San Martín, en cambio, podría ser de su puño y letra.
|