Por Felipe Yapur
El ministro
Carlos Corach se comprometió personalmente a garantizar la seguridad del acto del 17 de
octubre, aseguró a Página/12 el jefe de la campaña del precandidato presidencial
Eduardo Duhalde, Alberto Iribarne, tras la reunión que mantuvo con el ministro del
Interior. Pero el ministro político de Carlos Menem dijo, en una conferencia de prensa,
que la responsabilidad y el control de la gente correrá por cuenta de los
organizadores. Tirios y troyanos fueron cordiales, pero siguen desconfiándose
mutuamente. Tal es así que el duhaldismo, más allá de las promesas que le hicieron
ayer, aportará su propia seguridad al acto.
El encuentro se concretó pocos minutos después de las 19 y era esperado con ansiedad en
algunos sectores del duhaldismo. Las señales que había enviado el gobierno nacional,
sobre la cobertura policial del acto, no fueron muy concretas y existían rumores de la
posibilidad de la participación de grupos que intentaran romper la paz de
la fiesta del peronismo. Allí radicaba la importancia del encuentro.
Fue una reunión muy cordial, dijo Iribarne y con ello buscó tranquilizar a
sectores del duhaldismo que pronosticaban que el encuentro iba a ser muy tenso. Muchos
creían que iba a resultar difícil sacarle a Corach un compromiso tan concreto como el
que Iribarne dijo obtener.
Cuando los hombres de Duhalde llegaron a la reunión con el ministro se encontraron
además con el secretario de Seguridad Interior, Miguel Angel Toma, el viceministro Jorge
Matzkin y el jefe de la Policía Federal, Pablo Baltazar García, el jefe de la
Superintendencia de Seguridad, Luis Fernández, y el director de Operaciones, Oscar
Monteriano.
Todos estos hombres buscaron demostrarle a Iribarne que el gobierno nacional garantizará
la seguridad del festejo peronista y que el estar en veredas diferentes no significa que
el Ejecutivo se podría hacer el distraído ante un evento que convocará a miles de
personas.
Fue en ese momento que la gente de Duhalde se sorprendió cuando el titular de la Federal
expresó la cantidad de participantes que estima la policía que participará.
Creemos que llegarán unas 70.000 personas a la Plaza de Mayo y destinaremos unos
1500 efectivos, expresó el jefe policial para alegría de Iribarne que reconoció
que el piso calculado por ellos es de cincuenta mil almas. La apreciación del policía
provocó que el ministro Corach expresara una letanía: Que dios nos ayude.
Pero ésta no será la última reunión que se hará por el acto. Antes de finalizar el
encuentro en el ministerio, los integrantes de la organización del acto y de la Policía
Federal acordaron nuevos encuentros para ajustar los detalles de la jornada.
Pero más allá de la cordialidad del encuentro y las promesas de volver a encontrarse, en
el duhaldismo nadie está dispuesto a descuidar la seguridad interna de las columnas que
arribarán a la Plaza de Mayo el Día de la Lealtad. Todo se mantiene tal cual como
se acordó en las reuniones que se hicieron con los intendentes y legisladores de la
provincia de Buenos Aires el miércoles pasado en Vicente López, confió un hombre
de la organización del acto al tiempo que agregó que por más policías que haya
no podemos ser tan ingenuos de no proteger a nuestros militantes. Mientras esta
reunión se desarrollaba, los borradores del discurso del próximo continuaban circulando
por correo electrónico entre los integrantes del grupo de notables que
acompañan a Eduardo Duhalde en el camino a la Casa de Gobierno.
EL GOBERNADOR RECAUDO FONDOS EN COSTA SALGUERO
Algunos pesitos para la campaña
Por F.Y.
La cena en Costa
Salguero fue un éxito, reconozco que no hubo caras muy conocidas pero eran empresarios de
la provincia que están acompañándonos. Además, recaudamos 934.000 pesos,
aseguró un integrante del entorno duhaldista cuando la fiesta estaba finalizando. Todo
fue alegría, la expectativa de máxima de los organizadores era recaudar un millón de
pesos y la gente de la Junta Duhalde 99 brincó de sus asientos cuando anunciaron la
cifra obtenida.
La mesa principal, donde se sentó Duhalde con su esposa, Hilda Chiche
González, fue la más concurrida por todos aquellos que querían una foto con el
precandidato e intercambiar aunque más no sea un par de palabras. El malestar que
provocó este constante peregrinar de admiradores se reflejó en el rostro de
Chiche Duhalde: Lo que pasa es que no los dejaron tranquilos ni un
instante, la justificó uno de los hombres de la campaña del gobernador bonaerense.
Junto al gobernador estuvo su ministro de Gobierno, José María Díaz Bancalari, el
embajador Mario Cámpora, el jefe de la campaña presidencial Alberto Iribarne y los
diputados nacionales Rodolfo Frigeri y Alberto Pierri. En otra mesa estuvo la directora
nacional de educación Graciela Giannetassio, el sindicalista Luis Barrionuevo y mucho
más alejado el intendente de San Miguel, Aldo Rico.
En cuanto al sector empresario participaron de la cena representantes de la UIA, la
Sociedad Rural, la CGI, la CGE, SACA, SANCOR, CAME, IUPA y las Cámaras gastronómica,
hotelera y de turismo, entre otras. Todos los presentes esperaban unas palabras del
candidato y éste no los defraudó. Nosotros hicimos la mitad de la tarea: el
salvataje de la economía, y ahora vamos por más que es salvar a al hombre y la
familia, afirmó el candidato sobre un escenario que tenía como fondo una
gigantografía de una vista nocturna de Buenos Aires donde podía leerse una simple
leyenda: Duhalde 99.
Poco después de la medianoche Duhalde y su esposa se retiraron mientras los invitados
continuaban degustando los platos que se sirvieron con mucho retraso.
Kirchner apunta a Menem
Si
el presidente Menem no envía a sus ministros al Parlamento para explicar por qué no
actuaron cuando les informaron sobre el contrabando de armas, la sociedad comenzará a
pensar que la responsabilidad de todo está más arriba de (Guido) Di Tella y (Erman)
González. Y yo formo parte de la sociedad, aseguró a Página/12 Cristina
Fernández de Kirchner.
La legisladora santacruceña sostuvo que Erman González y Guido Di Tella deberían ir al
Parlamento y explicar lo que sucedió con la venta de armas: Si no lo quieren hacer
por la sociedad que lo hagan por el partido o aunque más no sea por su honor y
destacó que si el Presidente no hace algo quedará involucrado o al menos
sospechado. Kirchner aseguró que el silencio de los funcionarios daña el sistema
democrático y agregó que es imposible creer que estos hombres sigan afirmando que
no estaban al tanto de lo que sucedió, cuando la venta de armas está bajo el control
estricto de Cancillería.
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