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LA POLICIA RECUPERO EN UN TEMPLO DE JOSE C. PAZ A UN RECIEN NACIDO ROBADO
El bebé de la conexión umbanda

Un bebé que le había sido arrebatado a la madre el martes fue encontrado ayer en un templo umbanda, donde se disponían a venderlo. Ya tenían documentos con una identidad falsa.

La madre del bebé robado se asoma a la ventana de la Brigada de Investigaciones de José C.Paz.
El juez ordenó un examen de ADN para confirmar que ella es la verdadera madre.

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Por Mariana Carbajal

t.gif (67 bytes) Un bebé de cinco días que había sido robado el martes fue encontrado ayer a la madrugada durante un allanamiento a un templo umbanda de la localidad de José C. Paz. En el procedimiento, la policía bonaerense detuvo a cuatro personas que actuarían como intermediarios en la venta de la criatura, dos hombres y dos mujeres, una de ellas mae de la secta. Según fuentes policiales, la madre del niño, soltera, de 25 años y condición humilde, concurría al templo hace siete meses. “Por la forma en cómo se armó la maniobra de sustracción del menor no puede descartarse que se trate de una banda dedicada al tráfico de bebés: podría haber más casos similares o este ser el primero de una serie”, señaló a Página/12 el comisario inspector José Ferrari, titular de la Dirección Departamental de Investigaciones de San Martín, a cargo del operativo. La policía estaba ayer tras los pasos del matrimonio que iba a comprar al chico.
La maniobra fue armada sin improvisaciones: el domingo cuando Karina Mariel Zeballos fue a internarse al Hospital Larcade de San Miguel para dar a luz, la mae Gabriela Alejandra Zuzenegui (30) la acompañó y se encargó de los trámites administrativos. Pero la inscribió con un nombre falso: en lugar de dar el nombre de Zeballos, dio el de Paula Vanesa Menéndez, también de 25 años, la otra mujer detenida ayer en el templo.
De esta forma, la verdadera madre no consta en ningún registro del hospital y el niño fue anotado en la partida de nacimiento como hijo de Menéndez. “Debido a estas circunstancias el recién nacido fue inscripto con un nombre falso y si su madre no hubiera realizado la denuncia de su secuestro, hoy tendría una identidad falsa pero con documentación auténtica”, señaló el comisario inspector Ferrari. De acuerdo a la versión policial, el bebé iba a ser sacado del país vía Uruguay.
El miércoles, un día después de ser robado, el niño fue inscripto en el Registro Civil de Pablo Podestá, partido de Tres de Febrero, como Maximiliano Menéndez. El DNI Nº 41.461.609 del niño fue secuestrado ayer en el templo junto con la partida de nacimiento, según informó Ferrari. El caso está a cargo de la fiscal Fabiana Ruiz y tomó intervención el juez de menores Nº 1 de San Martín, Rubén Catino, quien ordenó que hoy se realice un test de ADN al bebe para confirmar el vínculo filial con Zeballos, quien es madre soltera de otros tres niños, de 6, 5 y un año y medio.
Según denunció Zeballos el miércoles en la comisaría 1ª de José C. Paz, el martes fue dada de alta y cuando estaba por entrar a su casa, en Vicente López al 3600 de ese partido bonaerense, la mae Zuzenegui y otras tres personas le arrebataron al recién nacido y se escaparon en un Renault 11 azul. Uno de ellos, Walter Alejandro Montserrat, de 28 años, fue detenido ayer por la policía durante el procedimiento realizado en el templo situado en Crámer 1962, del barrio Frino de José C. Paz, junto con Paula Menéndez y un hermano de ésta, David Benjamín Menéndez, de 30 años. Otros dos miembros del grupo están aún prófugos.
Según informó el comisario inspector Ferrari antes de llegar al templo, la policía allanó la casa de la mae –ubicada frente a la de Zeballo–, donde detuvo a Zuzenegui. Los cuatro detenidos permanecían ayer en distintas dependencias de la DDI de San Martín y posiblemente hoy sean indagados por la Justicia. La vivienda de Zeballos y el templo umbanda están a unas quince cuadras de distancia.
El juez de menores ordenó la internación del bebé en el Hospital Thompson. Allí fue sometido a diversos estudios y se comprobó que se encontraba en muy buen estado de salud. Zeballos declaró ayer en el juzgado de Catino. “Me dijeron que mañana (por hoy) me van a devolver a mi hijo”, dijo por la tarde en la sede de la DDI de José C. Paz.
Una de las hipótesis policiales es que la madre haya dado su consentimiento en la entrega del niño y después se arrepintió. “La amenazaron con quitarle los otros hijos si hacía la denuncia y que porproblemas religiosos no podía decir nada”, dijo el comisario inspector Ferrari que denunció Zeballos.
El umbanda es un culto sincretista, formado sobre la base de religiones africanas, mezcladas con catolicismo, cultos indígenas, espiritismo y ocultismos. Para la camarista de San Martín, Stella Maris Biocca, especializada en tráfico de niños, el templo podría ser una pantalla para una banda dedicada a la venta de menores. “En esos lugares la gente cuenta sus intimidades y es fácil de detectar si tienen algún pariente que va a tener familia o alguna de sus concurrentes está en esa situación. La pueden sugestionar y amenazarla con técnicas demoníacas para que después no digan nada”, especuló la profesora de Derecho Internacional de la UBA.

 

Mecanismos para un robo
Por M.C.

“Una maniobra de venta de niños a través de una secta es mecanismo novedoso”, comentó a Página/12 la profesora de Derecho Internacional, Stella Maris Biocca, especializada en la problemática del tráfico de niños. “Sin embargo, no me extraña que un templo umbanda pueda ser una pantalla para captar madres que den sus hijos. La gente que concurre a esos lugares en muy sugestionable y los umbanda juegan con los grandes miedos, con técnicas demoníacas y pueden amenazarlos con que van a sufrir algún mal si después denuncian el hecho”, analizó Biocca, camarista de San Martín. La jueza precisó que la inscripción en el hospital con un nombre falso es un mecanismo típico del tráfico de bebés. “A veces, incluso, hay una internación real de la mujer que se va a apropiar del niño pero los nombres están cruzados. Entonces, si se llega al proceso judicial se alega que hubo un error”, explicó la docente universitaria, quien indicó que suele haber cómplices de la maniobra entre el personal paramédico del centro de salud. “Constantemente hay organizaciones que se dedican a vender niños. Los precios de un bebé oscilan entre 2000 y 10.000 dólares. A la madre le suelen pagar algunos pesos durante el embarazo pero el gran negocio los hace el intermediario. Los bebés se venden para familias argentinas y también para gente del exterior”, añadió.

 


 

DOS PAREJAS ESPERABAN GEMELOS PERO RECIBIERON UNO
Una saga de robos imparable

t.gif (862 bytes) Un nueva denuncia por robo de bebés, esta vez en Santa Cruz, se suma a la saga que, impune, se obstina en reiterarse los últimos meses. Patricia Zuñiga llegó al hospital de Río Turbio segura de que esperaba gemelos pero tras la cesárea le dieron sólo un bebé. En el marco de la investigación, el médico que practicó las ecografías y vicedirector del hospital confirmó que se trataba de un embarazo gemelar. Patricia dio a luz el 26 de septiembre; tres días antes pero en Buenos Aires, el caso se repetía idéntico con Patricia Michalato en la Clínica Materna de Caseros. La existencia del parto gemelar de Michalato tendrá la próxima semana la primera confirmación con los resultados de las pruebas de ADN realizadas sobre la placenta.
Después de dar a luz en el Hospital de Río Turbio, el único bebé de Patricia Zuñiga fue trasladado a Río Gallegos de urgencia por problemas respiratorios. La mujer y Juan Aguirre, su esposo gendarme, no hicieron la denuncia en forma inmediata sino tres días después. Y éste es uno de los motivos que ahora dificultan la investigación. Distinto al caso de Michalato, es imposible analizar genéticamente la placenta porque simplemente no se la conservó. Ante la ausencia, las pruebas ecográficas se convierten en uno de los pocos elementos probatorios de la pareja para batallar el reclamo.
El subdirector del Hospital de Río Turbio, Enrique Godoy, fue quien le hizo una de las ecografías, durante el sexto mes, y quien ayer volvió a confirmar los resultados del embarazo gemelar. Para Godoy no existen dudas sobre el embarazo doble pero, aunque lo consideró “muy extraño”, descarta el tema de un robo en el hospital o fuera de él. “El bebé que nació –dijo– cuenta con 30 semanas de gestación y necesitó de un tratamiento de terapia intensiva por lo que fue derivado de urgencia a Río Gallegos, de nacer otro hubiese necesitado la misma atención.” Para descartar posibilidades que comprometan su situación, Godoy indicó que “pudo ocurrir que uno de los bebés haya muerto intraútero y que se haya absorbido”. El propio ejecutivo provincial, de manos del subsecretario de Salud Juan Carlos Nadalich, subestimó esta posibilidad: “Quienes dieron esa explicación –ironizó– tuvieron un día poco feliz”. Para el funcionario “este tipo de casos sólo se dan al comienzo de un embarazo”. Lo cierto es que Nadalich ordenó un inició de sumario administrativo interno para establecer lo ocurrido.
En tanto, en Buenos Aires, Patricia y Marco Ricciari, su marido, campean para empujar el proceso judicial iniciado. Entre los reclamos el matrimonio exige la investigación de dos médicos empleados del hospital. Según adelantó Juan Ramón Padilla, abogado de la familia a este medio, “Sergio Fernández, el médico que siguió el embarazo y Roque Cutulli habrían tenido alguna relación comercial en el pasado”. A Padilla le extraña que Fernández “quien tenía una clínica y se la cerraron, dijo que no podía atender el parto por problemas cardíacos y se lo derivó a Cutulli”. Si bien Roque Cutulli no intervino en el parto de Michalato, si lo hizo su mujer, Ana Capelli de Cutulli, imputada el la investigación por el cambio de Luciano Costa, un bebé nacido y entregado como Juan Manuel Mangiani en el ’94.
Para los Ricciari no hay dudas sobre la existencia de un robo. Por este motivo exigieron que se investiguen a todos los pacientes internados antes y después del parto en el hospital. Una de las hipótesis que manejan en este sentido es que alguna mujer se haya camuflado como parturienta para “después recibir el hijo como natural”, explicó Ramos Padilla. Tras este rastreo esperan además el testimonio del personal del hospital, y que el juzgado pida a AMSA, la obra social de la pareja, informes sobre la ecografías he-chas y antecedentes de los médicos que los antendieron. “Si Fernandez es ginecólogo y obstetra ¿cómo puede ser que no haga partos?”, se preguntó por fin Padilla.

 


 

Una terapia permitiría diseñar niños a pedido

Un científico cree haber descubierto cómo curar enfermedades hereditarias, pero
el método plantea dilemas éticos: permitiría también definir rasgos físicos.

Al menos hipotéticamente, el método permitiría elegir color de ojos o pelo.
El médico a cargo del estudio pide un debate sobre los contenidos éticos.

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Por Paul Brown, Dave King y Sarah Boseley desde Londres

t.gif (862 bytes) Un científico norteamericano está forzando al mundo a enfrentarse a los difíciles problemas éticos involucrados en la terapia genética, que podrían erradicar terribles enfermedades de un feto, pero también harían posibles los primeros bebés diseñados por el hombre.
French Anderson, un pionero de la terapia genética de la Universidad de Baja California, Los Angeles, cree que puede curar dos enfermedades hereditarias. Una, la alfa-talasemia, es una alteración de la sangre que mata a un bebé en el útero o poco después de nacer. Su revolucionaria terapia incluye insertar un gen sano para reemplazar uno dañado. La técnica consiste en introducir un virus con el nuevo gen. Pero una vez que se perfeccione el método, podría ser usado igualmente fácil para cambiar o agregar genes que determinan la apariencia física. Ojos marrones podrían ser cambiados por azules, baja estatura por alta. Podría ser posible alterar el carácter y el intelecto de los no nacidos.
Debido a los dilemas éticos implícitos en su investigación, el doctor Anderson quiere que en Gran Bretaña y Estados Unidos empiece ya un debate tan exhaustivo como sea posible. Aunque faltan unos tres años hasta que esté listo para iniciar pruebas clínicas, Anderson ha presentado ya solicitudes de autorización de experiencias altamente controvertidas. A Anderson no le permitirán probar la terapia en un feto vivo con alfatalasemia, ya que la mujer que lleva un niño con esta condición tiene el riesgo de desarrollar preclampsia, y su vida correría peligro. Por eso pide permiso para probar su terapia en embriones que algunas mujeres hayan decidido abortar. El embrión sería removido del útero y mantenido con vida en un laboratorio, donde el virus sería introducido. Si al doctor Anderson le dan el permiso y la terapia funciona, el embrión sería curado, lo que daría lugar a un duro trauma. “Los padres y los investigadores tendrán este sentimiento de culpa para el que no creo que sea posible preparar emocionalmente”, dice Anderson en la revista New Scientist de esta semana. Pero podrían sentirse consolados por el hecho de que habría una cura para otros niños concebidos con la enfermedad.
La segunda enfermedad a la que apunta Anderson es la inmunodeficiencia combinada severa –SCID por sus siglas en inglés– que detiene el desarrollo del sistema inmune. Los niños nacidos con este mal deben pasar sus vidas en una burbuja estéril. Cualquier infección los mataría. El doctor Anderson quiere insertar copias sanas del gen para proveer la enzima de la que carecen en el embrión.
Dice que está provocando un “cambio radical en relación con lo que ha sucedido antes en la medicina”. Su solicitud para iniciar la terapia fetal ha sido presentada ante el Comité asesor de ADN recombinante del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos. Los experimentos que cambiarían la estructura genética de un bebé en gestación están prohibidos en Estados Unidos y en Gran Bretaña actualmente, pero crece la presión para cambiar esta norma, a fin de erradicar terribles enfermedades hereditarias.
Aun el movimiento antiabortista en Estados Unidos empieza a discutir estos argumentos. Mientras que la Liga de Vida calificó a los experimentos como “un ataque radical a seres absolutamente indefensos”, un miembro del movimiento, el padre Joseph Howard, dijo que los tratamientos genéticos que no afectan futuras generaciones podrían ser aceptables. El Concejo de Genética Responsable, un grupo con sede en Massachusetts, condenó la propuesta: “Así es como empieza. ¿Queremos un futuro en que los bebés sean producidos según una receta genética?”, preguntaron. Gran Bretaña tiene más barreras para la ingeniería genética y los experimentos fetales que Estados Unidos, pero el comité asesor sobre terapia genética del Departamento de Salud estuvo estudiando aspectos dela cura de enfermedades hereditarias y se espera que emita un informe próximamente. Un vocero de la Asociación Médica Británica dijo que la terapia experimental realizada en embriones destinados al aborto difícilmente consiga aprobación en Gran Bretaña, ya que no sería en beneficio ni de la mujer ni del ser en gestación.

 


 

“Por ahí lo llamo Jesús”

t.gif (862 bytes) La última vez que Karina Zeballos vio a su hijo fue el martes a las 11 de la mañana, mientras cuatro personas se lo llevaban en un coche. Lo tuvo en sus brazos muy poco tiempo, apenas dos días. También ella permaneció poco con su mamá: la perdió a los dos años. Pero la historia le promete otro final. Ahora espera que se lo devuelvan –tal como dice que el juez le aseguró ayer– y sus ojos se iluminan cuando piensa en el nombre que le pondrá: “Por ahí lo llamo Jesús, porque Dios me lo devolvió”. De los tribunales de San Martín, Karina fue llevada a la Brigada de Investigaciones de José C. Paz. Allí pasó toda la tarde con sus tres hijos, encerrados en una oficina y mirando por televisión las imágenes que desnudaban parte de su historia. De a ratos, estaba también atenta a los movimientos del otro lado de la ventana que daba a la calle. Desde ese lugar corrió el ventanal y, entre gestos nerviosos, aseguró que nunca fue al templo umbanda aunque admitió que conocía a “esa gente del barrio”. Su versión, sin embargo, se contradice con la declaración que hizo en su denuncia ante la policía. Por la tarde recibió la visita de su papá, Carlos, al que no veía hacía dos meses. “Yo me enteré por la televisión. Estaba limpiando unos terrenos cuando se acercó una vecina y me dijo: don Carlos, ¿vio lo que le pasó a la Karina?” El hombre no le dio mucha importancia, a tal punto que siguió trabajando. Está enojado con su hija porque ella lo echó de la casa hace dos meses. Ni siquiera sabía que Karina estaba embarazada. “Tenía familia y yo la banqué en varias, pero se juntó con un hombre y me echó como a un perro”, contó con voz entrecortada y visiblemente angustiado. Karina se separó dos meses después de quedar embarazada. Cuando tuvo a su bebé, nadie de su familia estuvo a su lado. Dos días después denunció que se lo habían robado y contó que antes de que lo tuviera, un grupo de umbandas intentó convencerla de que “tenía que desprenderse de esa criatura porque estaba endemoniada y ella no era merecedora de ese bebé”, según afirmó a este diario el subcomisario Alberto Riquelme.

 

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